El primer día me relajo en la playa, disfruto del clima. Pero en la segunda noche vuelvo a la realidad después de ver mi película favorita Scary Movie y me acuerdo de vosotros, los patéticos.
Sois completamente patéticos, si fueseis detectives decentes al menos podría disfrutar de vuestras muertes, pero esto está resultando igual de gratificante que pisar insectos, por desgracia no se puede considerar ni caza... Os he dejado pistas de mi identidad hasta en las comas, quizá un día me descubráis si aprendéis a contar... no sabéis atar cabos, no tenéis la menor intuición. Si es que lo hacéis todo al revés, veo que en esta ocasión tendré que dejar muchas más pistas...
En fin, no será la primera vez que mato ni la última, os lo aseguro, esta noche mi motosierra y yo salimos de nuevo a pasear.
Sigo un tipo con pinta de empanado hasta su casa y espero. Le contemplé estudiar para sus exámenes desde fuera de la ventana hasta que al fin apagó las luces. A mitad de noche entro por la ventana y me le encuentro durmiendo a pierna suelta en su cama, así es que da gusto. Antes de que pudiera darse cuenta ya le había atado de pies y manos.
Su primera visión al despertar fue mi cara, mi reluciente sonrisa, y a mi mejor amiga rugiendo en la mano y oliendo a gasolina.
- ¿Qué quieres? Tengo dinero, ¡y amigos mexicanos con más dinero aún!
Sin mediar palabra empiezo a rajarle. Comenzando por abajo, entre las piernas, y subiendo en vertical a lo largo de todo su convulsionante torso. Esto, sin lugar a dudas, es lo más divertido que he visto nunca. No puedo dejar de reir en ningún momento, desde que empiezo a rajar por la entrepierna hasta que termino con su duro cráneo. Lo mejor de todo es que hasta llegar al pecho aún parecía seguir con vida.
Al terminar me quedo admirando la obra el número exacto de 10 minutos contados, sin moverme del sitio, veo como se vierte su sangre lentamente. Me aseguro de guardar la imagen en mi cerebro. Después de muerto su mirada desencajada seguía fija en mis ojos.
A continuación saco una aguja grande y un hilo fuerte y comienzo a coserle de nuevo las dos partes separadas. Tras un rato largo consigo coserle por completo. Escribo en un papel: “Lo siento, hice lo que pude pero ya era demasiado tarde” y lo introduzco en su boca.
Como ya antes algunos habéis podido deducir, el canario muerto es:
- Spoiler:
- Arriero