Con toda sinceridad os he dejado varias pistas para encontrar mi identidad en los relatos anteriores, especialmente en el segundo, en el tercer, e incluso en este mismo relato. Son realmente sencillas de encontrar, acaso no sois capaces de contar? Y vosotros os haceis llamar detectives? En realidad tampoco esperaba mas de vosotros, si lo haceis todo al revés.
Noté que alguien me seguía, parecía conocerme y andaba tras mis pasos. Yo actué como si nada, seguí hasta mi habitación de hotel. Acto seguido seleccioné a mi favorito de entre mi extensa colección de cuchillos.
Tenía intención de salir de caza, buscar a alguien y traerle a la fuerza... pero al pobre “intento de detective” este, no se le ocurrió otra cosa que meterse en la boca del lobo y llamar a mi puerta el mismo.
- ¿Hola, podría hacerle unas preguntas rápidamente? Es acerca de unos crímenes que se han producido recientemente...
- Comprendo, ¿en qué puedo ayudar?
- Pero... erm, está usted cocinando?. - Dijo cuando vió mi enorme cuchillo en la mano.
- Más o menos, ¿a usted le gusta el higado? Es muy rico en vitaminas A y B
- La verdad es que nunca lo he probado. - Contestó con algo de nerviosismo.
- En muchos mataderos no se hace, pero lo primero de todo es cortarle el cuello al cerdo para evitar que grite-. . ... - .-
Le sonreí al ver su desconcierto, le acerqué el cuchillo lentamente y no parecía ser capaz de reaccionar, estaba completamente bloqueado. De un golpe rápido seccioné su garganta, esta vez no hubo ningún chorro de sangre gigante, pero fue lo suficiente como para evitar que nunca más hablara.
Lo primero que hice fue rajarle la tripa por completo e ir directo a sacar el hígado, a continuación se lo coloqué entero dentro de la boca a la fuerza y acuchillé el propio hígado repetidas veces dentro de esta. Lo hice con rapidez, aún seguía con vida y lo pudo saborear bien durante un rato. Después le continué acuchillando por todas las partes del cuerpo indiscriminadamente. Y ahora a mirar complacido la escena, hay sangre, una inmensa cantidad de sangre por todos lados.
Cojo un pincel, y utilizando su boca abierta repleta de sangre a modo de bote de pintura, escribo en el suelo un enorme 2.
Por suerte la habitación no estaba a mi nombre, me da una pereza tremenda el limpiar todo esto.
Tras esta muerte seguiré en libertad... o continuará la veda?
- Spoiler:
- Supermigue