por alex Jue Mar 01, 2012 12:11 am
Panceto el viudo escribió: alex escribió: Panceto el viudo escribió:Porque estas buscando a dios desde el punto de vista humano
Es que buscarlo desde otro punto de vista es como no buscar a Dios. Si busco unicornios y me encuentro con un rinoceronte y digo "¡eureka, lo encontré!" me estoy haciendo trampas al solitario.
Si al final alguien me dice que Dios existe y que es la gravedad, las fuerzas magnéticas, u otros fenómenos físicos, no me ha demostrado la existencia del Dios como una fuerza divina que se rige de acuerdo a unos parámetros del bien y mal (independientemente de que los suyos y los míos no concuerden). Vamos que Dios de existir debe tener una existencia inteligente.
Pero esa inteligencia cual es?? porque la inteligencia que tu conoces es la humana. si dios existe, no tiene porque ser "humano"
Inteligente, por ejemplo, en la medida que tenga conciencia de nuestra existencia y de su condición superior sobre nosotros, por rizar del todo el rizo.
Un Dios que no sepa de nosotros no puede ser un Dios.
En ese caso, por abrir un frente nuevo en la discusión, hablaríamos de otra cosa, de un ser superior inconsciente de nuestra existencia, pero no de un Dios en el sentido de que reina sobre nosotros. Es como la típica historia en bucle de si nuestro mundo (y nuestro universo) tan sólo forma parte de un experimento de seres, tal vez, humanos como nosotros y a su vez ellos son parte de otro experimento...
Como el poema de Borges sobre el ajedrez y Omar Jayam.
- Spoiler:
I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Al final, cuanto más acorralado está Dios y la posibilidad de su existencia resulta que menos humano es... Curioso. Vamos, que la existencia de Dios es inversamente propoporcional al conocimiento que tenemos los hombres. Eso ya debería darnos una indicación.
Última edición por alex el Jue Mar 01, 2012 12:13 am, editado 1 vez