La Ipene Junquera se echó a la calle a preguntar a la gente qué consejos le darían a Pellegrini, y casi todo el mundo echaba pestes de Ratul, diciendo que era malísimo.
Este engendro no se da ni cuenta de que como siga así van a acabar por no quererle ni sus propios hijos, o sí que se da cuenta pero le da igual, porque prefiere el suculento botin de euros que se saca cada año.
Este engendro no se da ni cuenta de que como siga así van a acabar por no quererle ni sus propios hijos, o sí que se da cuenta pero le da igual, porque prefiere el suculento botin de euros que se saca cada año.