osea
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
ultravikingo123 escribió:osea
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
Aye escribió:ultravikingo123 escribió:osea
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
Que no, que el tema no va de esto. El problema es que pantuflo confunde el voto a la ley de prohibición a los toros con la independencia de Catalunya.
Fácil de confundirse cuando son 2 conceptos tan próximos entre si
Aye escribió:ultravikingo123 escribió:osea
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
Que no, que el tema no va de esto. El problema es que pantuflo confunde el voto a la ley de prohibición a los toros con la independencia de Catalunya.
Fácil de confundirse cuando son 2 conceptos tan próximos entre si
Aye escribió:ultravikingo123 escribió:osea
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
Que no, que el tema no va de esto. El problema es que pantuflo confunde el voto a la ley de prohibición a los toros con la independencia de Catalunya.
Fácil de confundirse cuando son 2 conceptos tan próximos entre si
pantuflo escribió:Aye escribió:ultravikingo123 escribió:osea
probablemente catalunya sera independiente? si pasa lo mismo en la comu valenciana voto en contra
Que no, que el tema no va de esto. El problema es que pantuflo confunde el voto a la ley de prohibición a los toros con la independencia de Catalunya.
Fácil de confundirse cuando son 2 conceptos tan próximos entre si
con tener medio dedo de frente se entiende bien la mezcla de los dos conceptos. tu tienes capacidad para entenderlo tio. otra cosa es que no lo compartas, y que te ponga ridiculizarme, pero entenderlo lo entiendes y sabes muy bien que hoy pocos han votado pensando en los toros, puesto que los correbous siguen, el toro de lidia no saben ni lo que es, no tienen ni puta idea d elo que votan de que va esto y de las consecuencias que tendria la quiebra de las ganadarias, asi le va a este puto pais, y eso que esto es un tema menor , porque los mismos zopencos legislan de todo, de eutanasia, aborto, educacion, impulso del I+D, si de todo conocen lo mismo, que no saben distinguir un humano de un borrico. bueno me voy a dar unos golpes yo tambien
kiki_an escribió:En algunos pueblos había la tradición de tirar una gallina, una cabra o una oveja des del campanario de la iglesia y tampoco se hace ya, las tradiciones que consisten en matar animales y cosas de este tipo lógicamente están destinadas a desaparecer
Zizou-5 escribió:kiki_an escribió:En algunos pueblos había la tradición de tirar una gallina, una cabra o una oveja des del campanario de la iglesia y tampoco se hace ya, las tradiciones que consisten en matar animales y cosas de este tipo lógicamente están destinadas a desaparecer
Es que es contradictorio que en España hay una ley que protege a los animales, y a la misma vez otra que no (corridas de toros)
Zizou-5 escribió:kiki_an escribió:En algunos pueblos había la tradición de tirar una gallina, una cabra o una oveja des del campanario de la iglesia y tampoco se hace ya, las tradiciones que consisten en matar animales y cosas de este tipo lógicamente están destinadas a desaparecer
Es que es contradictorio que en España hay una ley que protege a los animales, y a la misma vez otra que no (corridas de toros)
j0azz escribió:¿Porqué las corridas tienen que acabar con la muerte del animal?
pantuflo escribió:j0azz escribió:¿Porqué las corridas tienen que acabar con la muerte del animal?
en eso consiste , es un espectaculo real, como el boxeo , no hay mentira. es barbaro y desaparecera, pero es hermoso . el boxeo tambien desaparecera, por culpa de los amaños, los toros por culpa de los empresarios de las plazas y ganaderos, cada vez es mas mentira, y si es mentira no interesa.es una gran contradiccion que nos gusten los toros y amemos a los animales, como cantaban los martires del compas. pero es asi. ayer algunos votaron contra el maltrato animal, los mas votaron contra los españoles que vivimos en cataluña, contra el castellano, contra el flamenco, contra las casas de andalucia , contra la feria de abril del forum, contra los vecinos de arriba que follan en castellano. y no es imaginacion mia, me lo han dicho en la cara amigos mios, al ponerles en el coche a camaron, cambiarles la cara y avergonzarse, !quita esa charnegada! claro yo recciono y lo guardo y a la que puedo me cago en la sardana, que en realidad no tengo nada contra la sardana, y se quedan serios, ven que soy de otro planeta. quizas todos seamos de otro planeta, ahora llegan los del sur de ceuta y melilla, y se ve el odio que castellanos y catalanes de cataluña tienen hacia estas personas, ya no es solo la lengua y tradiciones, es la religion tambien. me desvio como siempre
https://www.youtube.com/watch?v=qmHDe2mvMVs
https://www.youtube.com/watch?v=5r9AfSjVsdA&feature=related
Agustí Puig (pintor): "Estoy a favor de la libertad; me gustaba el animal y el albero, el sol y sombra, y viajar al siglo XVIII y al vestuario de bailarín: lo encuentro un espectáculo artístico de gran belleza y profundidad. Es ridículo prohibir. En Cataluña el franquismo hizo mucho daño porque luego se mezclan cosas".
Enric Gomà (guionista): "Es una tradición antigua como la humanidad: burlar y dominar a una fiera salvaje; y un arte: una emoción irrepetible. Sí, los toros sufren, pero igual que los animales adiestrados de un circo, y su dolor no se compensa con el arte del toreo. El tema está viciado por la visión antiespañolista".
El 12 de septiembre de 1813 un parlamento decidió por vez primera en España sobre las corridas de toros. Fue el de las Cortes de Cádiz. Había dos hombres. Uno era murciano. El otro catalán. Don Simón López. Don Antonio de Capmany. El catalán, culto, ilustrado y acaso por esto del que dijeron rápidamente que no era un buen catalán, defendía las corridas. Ya lo había hecho ante adversarios de más fuste, como Jovellanos. Las defendía porque, a su entender las corridas de toros eran una expresión del carácter nacional. Las actas de las Cortes de Cádiz correspondientes al día se han perdido, pero hay un valioso artículo de Beatriz Badorrey que reconstruye en lo que puede la polémica, y que voy a seguir ahora. Sobre todo por lo que respecta a las razones del diputado López. Lee: «El rufian, la ramera, el idolatra, el comediante, el lidiador ó torero, el luchador ó espadachín, el aguacil de teatros, el flautero, ó guitarrista, ó lirista, ó baylarin, el sodomita, el libertino y licencioso, el charlatan, bujon, ó histrión, el encantador y agorero, el que vive como gentil, el que frecuenta los espectáculos teatrales, las venaciones, ó toros, carreras, luchas, etc. ó dexen esto, ó no sean admitidos al bautismo, dice S. Clemente 1º» En efecto: los toros, como toda la compaña, eran obra del diablo. Y los curas, como el diputado López, contra ellos se alzaban.
Los curas de hoy también son diputados y también piensan, muchos de ellos, que los toros son del diablo. Yo, amigo mío, no puedo defraudarlos. Los toros son pecado. Comprendo que los taurinos, por razones estratégicas, obvien este asunto en su defensa. Comprendo que la obviase mi querido Capmany, que no sabía por dónde salirse de ilustrado que era. Pero es la defensa. No hay otra. Yo voy poco a los toros. Y últimamente sólo voy a ver a José Tomás. Esa monodosis es vista con suspicacia por algunos taurinos: no creen que así se comporte un taurino pata negra. Este tipo de tipos que se suspicarían de que uno sólo leyese a Montaigne, Orwell o Simenon, e insistiesen mientras enarbolan libros de Zafón: «¡A ti no te gusta leer!». Yo voy a ver torear a José Tomás por el placer. Creo que por la misma razón, básicamente, que el pueblo romano iba a ver cómo luchaban los gladiadores. Por las mismas razones que me levantaba de madrugada para ver morir a Cassius Clay en los brazos de Frazier. Por lo mismo que el escritor Juan Abreu saca un trocito de sushi de las ingles de una mujer tendida, atada y farcida y luego se lo come, el tío. Es el placer, sólo.
Los placeres son fáciles de estropear. No estoy seguro de que en el origen de toda fortuna anide un gusano. Pero en el núcleo del placer el gusano arrastra siempre sus anillos. ¿Cómo comerte el hígado del pato que ha sufrido? ¿Cómo se puede ser tan blindadamente feliz cenando por 200 euros, con la cantidad de niños sin pan! ¿Cómo no reconocer que en el fondo del aprecio desmedido por algún objeto artístico (un cuadro, un iPhone blanco) está la evidencia de que poca gente lo tiene, esa maldad profunda? ¿Cómo someterse a un masaje, incluso sin final feliz, cuando el tumbado se pone en la piel del que está de pie, sudando! Nadie piensa en el toro cuando está José Tomás ahí abajo, eso es todo. Cualquier placer observado es inmoral. Mira si no el Simón, antecedente del cura Puigcercós: el sodomita, el guitarrista, el que vive como gentil.
Se dirá: la puta, el boxeador deciden por sí mismos, a diferencia del toro. Oh, déjame detenerme un instante en este argumento. Naturalmente que el toro no decide; por eso es toro y nosotros hombres. El que dice que el toro no decide es que está viendo abajo un hombre banderilleado. No, no es el toro, claro: son unos hombres enfrente de otros hombres. A unos les ofende la sangre y a otros no. Como si quisieran prohibir las morcillas. Un legítimo y bronco combate moral entre hombres. Es decir, no entre hombres y morcillas. La corrida de toros sucede en un ámbito privado. En este sentido el recinto no se diferencia de la Cueva del Sado. Se trata de pagar la entrada. Pero el que sea un ámbito privado no exime de la intervención pública. Si en vez de toros se lidiaran hombres, la autoridad intervendría. Es legítimo y es lo que están pidiendo al parlamento: que la autoridad intervenga.
¿Esta petición es mayoritaria en la sociedad catalana? La cuestión no es si a la mayoría le gustan los toros. Tampoco a la mayoría le gusta el rugby ni el sushi de ingles. La cuestión es si la mayoría decide que hay que entrar en esa habitación privada, porque allí se están cometiendo atrocidades. Es una cuestión muy distinta. Si matar a un toro exige el derecho de intervención de lo público en lo privado, muchas otras habitaciones catalanas habrán de soportar la entrada de las fuerzas de seguridad. Yo comprendo que haya a quien le moleste lo que está pasando en el albero. Ahora bien: ¿hay un consenso cierto en la sociedad catalana para entrar en esa habitación y disolver a los presentes? Lo dudo. Dudo que el nivel ético de esta sociedad haya llegado a este punto. Porque llegado a este punto, foies, putas y boxeadores deberán ser automáticamente examinados. La ética es inexorablemente transversal.
Lo sería, claro. Lo sería si a esas incertidumbres morales innegables que tiene la corrida no se le añadiera el empujón necesario para que el toro sobresalga una cabeza entre el libertino, el comediante y el espadachín de los nuevos curatos. Bien, ya lo sabes, a qué cargar la suerte. El nacionalismo quiere acabar con los toros porque es un irrevocable símbolo de España. Un símbolo nacional como justamente decía el catalán Capmany. Los toros no tienen ninguna importancia práctica: unas docenas de animales muertos cada verano, cuatro perversos que disfrutamos de ellos, un negocio delicado, una afición tranquila que ya no quema conventos después de la corrida… Los toros sólo tienen importancia simbólica. Los toros son España. Y España es este desgarro inacabable, como los toros igualmente pasional. ¿Alguien puede entender seriamente que haya independentistas en Cataluña, un lugar técnicamente independiente desde hace años? Nadie puede entenderlo. Organizar encuestas independentistas y prohibir las corridas de los toros obedece a la misma tremenda españolidad de Cataluña. La necesidad persecutoria del otro. Este tira y afloja permanente que es el auténtico ser de España.
Desde aquí te digo amigo mío, hoy que apretaron otra tuerca.
Si algún día Cataluña fuera independiente y gobernaran sin rienda los curatos, al día siguiente el tira y afloja habría continuado. En dirección contraria y empezando por el restablecimiento de la fiesta brava.
Sigue con salud.
pantuflo escribió:pantuflo escribió:j0azz escribió:¿Porqué las corridas tienen que acabar con la muerte del animal?
en eso consiste , es un espectaculo real, como el boxeo , no hay mentira. es barbaro y desaparecera, pero es hermoso . el boxeo tambien desaparecera, por culpa de los amaños, los toros por culpa de los empresarios de las plazas y ganaderos, cada vez es mas mentira, y si es mentira no interesa.es una gran contradiccion que nos gusten los toros y amemos a los animales, como cantaban los martires del compas. pero es asi. ayer algunos votaron contra el maltrato animal, los mas votaron contra los españoles que vivimos en cataluña, contra el castellano, contra el flamenco, contra las casas de andalucia , contra la feria de abril del forum, contra los vecinos de arriba que follan en castellano. y no es imaginacion mia, me lo han dicho en la cara amigos mios, al ponerles en el coche a camaron, cambiarles la cara y avergonzarse, !quita esa charnegada! claro yo recciono y lo guardo y a la que puedo me cago en la sardana, que en realidad no tengo nada contra la sardana, y se quedan serios, ven que soy de otro planeta. quizas todos seamos de otro planeta, ahora llegan los del sur de ceuta y melilla, y se ve el odio que castellanos y catalanes de cataluña tienen hacia estas personas, ya no es solo la lengua y tradiciones, es la religion tambien. me desvio como siempre
https://www.youtube.com/watch?v=qmHDe2mvMVs
https://www.youtube.com/watch?v=5r9AfSjVsdA&feature=related
Agustí Puig (pintor): "Estoy a favor de la libertad; me gustaba el animal y el albero, el sol y sombra, y viajar al siglo XVIII y al vestuario de bailarín: lo encuentro un espectáculo artístico de gran belleza y profundidad. Es ridículo prohibir. En Cataluña el franquismo hizo mucho daño porque luego se mezclan cosas".
Enric Gomà (guionista): "Es una tradición antigua como la humanidad: burlar y dominar a una fiera salvaje; y un arte: una emoción irrepetible. Sí, los toros sufren, pero igual que los animales adiestrados de un circo, y su dolor no se compensa con el arte del toreo. El tema está viciado por la visión antiespañolista".
El 12 de septiembre de 1813 un parlamento decidió por vez primera en España sobre las corridas de toros. Fue el de las Cortes de Cádiz. Había dos hombres. Uno era murciano. El otro catalán. Don Simón López. Don Antonio de Capmany. El catalán, culto, ilustrado y acaso por esto del que dijeron rápidamente que no era un buen catalán, defendía las corridas. Ya lo había hecho ante adversarios de más fuste, como Jovellanos. Las defendía porque, a su entender las corridas de toros eran una expresión del carácter nacional. Las actas de las Cortes de Cádiz correspondientes al día se han perdido, pero hay un valioso artículo de Beatriz Badorrey que reconstruye en lo que puede la polémica, y que voy a seguir ahora. Sobre todo por lo que respecta a las razones del diputado López. Lee: «El rufian, la ramera, el idolatra, el comediante, el lidiador ó torero, el luchador ó espadachín, el aguacil de teatros, el flautero, ó guitarrista, ó lirista, ó baylarin, el sodomita, el libertino y licencioso, el charlatan, bujon, ó histrión, el encantador y agorero, el que vive como gentil, el que frecuenta los espectáculos teatrales, las venaciones, ó toros, carreras, luchas, etc. ó dexen esto, ó no sean admitidos al bautismo, dice S. Clemente 1º» En efecto: los toros, como toda la compaña, eran obra del diablo. Y los curas, como el diputado López, contra ellos se alzaban.
Los curas de hoy también son diputados y también piensan, muchos de ellos, que los toros son del diablo. Yo, amigo mío, no puedo defraudarlos. Los toros son pecado. Comprendo que los taurinos, por razones estratégicas, obvien este asunto en su defensa. Comprendo que la obviase mi querido Capmany, que no sabía por dónde salirse de ilustrado que era. Pero es la defensa. No hay otra. Yo voy poco a los toros. Y últimamente sólo voy a ver a José Tomás. Esa monodosis es vista con suspicacia por algunos taurinos: no creen que así se comporte un taurino pata negra. Este tipo de tipos que se suspicarían de que uno sólo leyese a Montaigne, Orwell o Simenon, e insistiesen mientras enarbolan libros de Zafón: «¡A ti no te gusta leer!». Yo voy a ver torear a José Tomás por el placer. Creo que por la misma razón, básicamente, que el pueblo romano iba a ver cómo luchaban los gladiadores. Por las mismas razones que me levantaba de madrugada para ver morir a Cassius Clay en los brazos de Frazier. Por lo mismo que el escritor Juan Abreu saca un trocito de sushi de las ingles de una mujer tendida, atada y farcida y luego se lo come, el tío. Es el placer, sólo.
Los placeres son fáciles de estropear. No estoy seguro de que en el origen de toda fortuna anide un gusano. Pero en el núcleo del placer el gusano arrastra siempre sus anillos. ¿Cómo comerte el hígado del pato que ha sufrido? ¿Cómo se puede ser tan blindadamente feliz cenando por 200 euros, con la cantidad de niños sin pan! ¿Cómo no reconocer que en el fondo del aprecio desmedido por algún objeto artístico (un cuadro, un iPhone blanco) está la evidencia de que poca gente lo tiene, esa maldad profunda? ¿Cómo someterse a un masaje, incluso sin final feliz, cuando el tumbado se pone en la piel del que está de pie, sudando! Nadie piensa en el toro cuando está José Tomás ahí abajo, eso es todo. Cualquier placer observado es inmoral. Mira si no el Simón, antecedente del cura Puigcercós: el sodomita, el guitarrista, el que vive como gentil.
Se dirá: la puta, el boxeador deciden por sí mismos, a diferencia del toro. Oh, déjame detenerme un instante en este argumento. Naturalmente que el toro no decide; por eso es toro y nosotros hombres. El que dice que el toro no decide es que está viendo abajo un hombre banderilleado. No, no es el toro, claro: son unos hombres enfrente de otros hombres. A unos les ofende la sangre y a otros no. Como si quisieran prohibir las morcillas. Un legítimo y bronco combate moral entre hombres. Es decir, no entre hombres y morcillas. La corrida de toros sucede en un ámbito privado. En este sentido el recinto no se diferencia de la Cueva del Sado. Se trata de pagar la entrada. Pero el que sea un ámbito privado no exime de la intervención pública. Si en vez de toros se lidiaran hombres, la autoridad intervendría. Es legítimo y es lo que están pidiendo al parlamento: que la autoridad intervenga.
¿Esta petición es mayoritaria en la sociedad catalana? La cuestión no es si a la mayoría le gustan los toros. Tampoco a la mayoría le gusta el rugby ni el sushi de ingles. La cuestión es si la mayoría decide que hay que entrar en esa habitación privada, porque allí se están cometiendo atrocidades. Es una cuestión muy distinta. Si matar a un toro exige el derecho de intervención de lo público en lo privado, muchas otras habitaciones catalanas habrán de soportar la entrada de las fuerzas de seguridad. Yo comprendo que haya a quien le moleste lo que está pasando en el albero. Ahora bien: ¿hay un consenso cierto en la sociedad catalana para entrar en esa habitación y disolver a los presentes? Lo dudo. Dudo que el nivel ético de esta sociedad haya llegado a este punto. Porque llegado a este punto, foies, putas y boxeadores deberán ser automáticamente examinados. La ética es inexorablemente transversal.
Lo sería, claro. Lo sería si a esas incertidumbres morales innegables que tiene la corrida no se le añadiera el empujón necesario para que el toro sobresalga una cabeza entre el libertino, el comediante y el espadachín de los nuevos curatos. Bien, ya lo sabes, a qué cargar la suerte. El nacionalismo quiere acabar con los toros porque es un irrevocable símbolo de España. Un símbolo nacional como justamente decía el catalán Capmany. Los toros no tienen ninguna importancia práctica: unas docenas de animales muertos cada verano, cuatro perversos que disfrutamos de ellos, un negocio delicado, una afición tranquila que ya no quema conventos después de la corrida… Los toros sólo tienen importancia simbólica. Los toros son España. Y España es este desgarro inacabable, como los toros igualmente pasional. ¿Alguien puede entender seriamente que haya independentistas en Cataluña, un lugar técnicamente independiente desde hace años? Nadie puede entenderlo. Organizar encuestas independentistas y prohibir las corridas de los toros obedece a la misma tremenda españolidad de Cataluña. La necesidad persecutoria del otro. Este tira y afloja permanente que es el auténtico ser de España.
Desde aquí te digo amigo mío, hoy que apretaron otra tuerca.
Si algún día Cataluña fuera independiente y gobernaran sin rienda los curatos, al día siguiente el tira y afloja habría continuado. En dirección contraria y empezando por el restablecimiento de la fiesta brava.
Sigue con salud.
el señor notario:
"Los toros: despedida y cierre
JUAN-JOSÉ López Burniol
Respeto pero no comparto las razones de los abolicionistas. Y creo, sin que ello suponga desmerecerlas, que no habrían conseguido un respaldo popular tan amplio ni la toma en consideración parlamentaria de su iniciativa de no haber recibido el impulso –a mi juicio decisivo– de aquel estado de opinión proclive a marcar distancias de cuanto se considere hispánico, que gana terreno cada día que pasa en Catalunya. Por eso hace tiempo di por perdida esta batalla y no he participado en el debate, aunque me he manifestado siempre contrario a la prohibición de los toros, sosteniendo que es falso que se trate de una fiesta ajena a la tradición catalana (los toros son una fiesta mediterránea, ritualizada –eso sí– a partir del siglo XVIII en la Villa y Corte, y en los cortijos), y añadiendo que una tradición tan arraigada como esta merece desvanecerse en su caso por consunción, sin afrentarla a la hora de su ocaso con un repudio formal.
Y si hoy –cuando todo el pescado está ya vendido y se ha iniciado el proceso que lleva a la erradicación de los toros en Catalunya– vuelvo sobre el tema es solo para formular un ruego a nuestros legisladores. Me ha venido a la cabeza al recordar cómo termina la novela Quo Vadis. Lo hace con una carta de Petronio dirigida a Nerón, en la que –con aquella verdad que resplandece siempre al acercarse la muerte– el artista se despide del déspota diciéndole –cito de memoria– estas o parecidas frases: «Envenena pero no cantes, asesina pero no bailes, martiriza pero no toques la cítara». Pues bien, dejando al margen a aquellos diputados que voten por auténtica convicción proteccionista, a los que respeto, lo que yo les pediría al resto –sin duda numeroso– de legisladores catalanes que por mandato legal ostentan mi representación es que, llegado que sea el momento de la decisión final, voten lo que sin duda van a votar, pero –por favor– que no me den explicaciones altisonantes de su voto, que no me den lecciones de moral y de civismo, que no me quieran hacer creer que la razón profunda de su decisión es el pensamiento abolicionista. No les voy a creer. Sé quin peu calcen. "
j0azz escribió:Me cansa tener que observar que todos tus posts son copiar y pegar de artículos sacados de Dios sabe donde.