Rosell está casi obligado este verano a echar el resto por Cesc, un pedazo de futbolista todo sea dicho, que solo tiene en mente volver al Barcelona.
Mientras que el otro chico ve con temor ese regreso.
Si a su agente se lo vendes como que "tu club te desprecia y aquí serías la piedra angular del centro del campo... imagínate jugar a las órdenes de Mou... en el Barça te pueden trucar la carrera...", firma con los ojos cerrados.
Por cierto, ya hay quien apunta que Florentino vería con buenos ojos esa operación tras la rajada de ayer del presidente culé.