Dagoberto Escorcia es un periodista que trabaja para la Vanguardia, lógicamente no se puede ensuciar el buen nombre de La Vanguardia, que es uno de los diarios más antiguos de España, pero sin duda alguna antes de publicar un artículo como el de Dagoberto Escorcia, debían pensarselo dos veces porque su artículo es escoria, quizás estas palabras sean demasiado duras, pero al igual que no niego mi antimadridismo deportivo, que busco la polémica en foros, bares, blogs o dando un paseo; también me gusta atacar al Madridismo o a quién toque pero siempre dentro de las reglas del juego, y sin meterme en lo personal a no ser que sea inevitable como es el caso.
Por eso mismo tachó de escoria lo que ha escrito Dagoberto Escorcia, y no a su persona, porque hasta ahora nunca me había llamado la atención por nada negativo y creo que todos tenemos derechos a equivocarnos, siempre que sepamos reconocer nuestros errores. El artículo en sí, probablemente si lo leéis os causara la misma sensación o similar, porque al margen de los colores, de que seamos Culés, Madridistas, Béticos o Interistas, una vez que se acaba el "show", todos somos iguales y tenemos más o menos los mismos objetivos, y me niego a pensar, mejor dicho estoy seguro que sí hay gente que se alegra por el tema de Abidal, no es que sean Madridistas, sino que son ..... iba a decir malvados, pero prefiero decir "enfermos mentales", y que conste, que para antimadridista deportivo, aquí hay uno que desea que pierda hasta en los entrenamientos, pero una vez que suena la Campana y nos olvidamos del fútbol, me voy a tomar una copa o un café, con el más Madridista del Campo.
Mejor dejo de divagar, porque me parece que el mensaje se entiende perfectamente. A Continuación el artículo "Malo para el Barça, bueno para el Madrid", por Daboberto Escorcia.
Noticias como las que sacuden hoy las entrañas del Barça deben
de ser de las que seguramente alegrarán el ánimo de los madridistas más
radicales y desalmados, esos que un día piensan que los árbitros ayudan
al Barça a ganar los partidos, al otro sostienen que los rivales
utilizan a sus suplentes para enfrentarse al campeón y que los defensas
no entran con la misma dureza a Messi que a Cristiano Ronaldo, o
escriben que a Messi hay que pararlo por lo criminal o por lo civil, y
en otra mañana advierten que el calendario favorece al líder de la Liga y
en una noche de efervescencia achacan el éxito del equipo azulgrana a tener médicos de dudosa reputación y aprovechan que el río pasa por ahí para sostener que hay que hacer controles antidopaje más rigurosos dejando
entrever que el vencedor de las últimas dos ligas utiliza métodos
ilícitos para convertirse en la referencia del fútbol mundial.
Noticias como ésta, la de que Abidal, uno de los jugadores más en forma del Barça en la presente temporada, será operado de un tumor en el hígado,
deben alegrar la cara de los enemigos más perversos del barcelonismo.
Estas sí que son noticias buenas para ellos. Eso lo aprendí en los
viajes con la selección española, en los que en la cola del avión, donde
siempre van los periodistas, se coreaba por parte de algunos pro
Madrid, medio en broma medio en serio, aquello de "malo para el Barça,
bueno para el Madrid".
La noticia de Abidal llena de consternación al barcelonismo porque el
francés es un jugador que había calado en el corazón del Camp Nou, pero
de la misma forma debe de servir para lograr una mayor unidad y
reforzar aún más el compromiso y el apoyo a una plantilla, a un
entrenador, a un club que cuando más sufre intentos de ser
desestabilizado más se crece. El barcelonismo debe ser consciente de que
los ataques furibundos, indecentes y retorcidos no pararán. Los
enemigos están ahí, las malas lenguas de técnicos que van por el mundo
presumiendo de ser auténticos y los periodistas ruines seguirán
existiendo.