Después de que se hiciera público el acuerdo entre Barça y "Qatar Foundation", no faltaron críticos y fiscales que entendían que la camiseta culé no podía ensuciar su virginidad con la publicidad de un país que vulnera los derechos humanos. Un diario deportivo madrileño dedicó toda una semana a explicar, con todo lujo de detalles, que el Barça había cometido una inmoralidad a la hora de poner el cazo sin valorar que en Qatar no se respeta ni a las mujeres ni a los homosexuales. La denuncia provocó un debate que se instaló en la calle, pero se recrudeció cuando Guardiola -que había vivido una temporada en Qatar- emitió su opinión sobre el asunto. Esa fue todo lo que necesitaron aquellos que esperan a Guardiola con la escopeta cargada, que abrieron fuego a discreción durante más de una semana. Primero aparecieron informaciones que definían a Qatar como un estado dictatorial, autoritario, sin respeto por los derechos humanos y cuya homofobia era preocupante. Hasta ahí, fetén. Pero otros, faltaría más, quisieron mear mucho más lejos. Por ejemplo, un colaborador de "Sálvame", de "Dónde estás Corazón" y de "La Noria" escribió lo siguiente sobre el tema: "Pep, córtate un poco, no nos vendas babuchas (...) Estás de moda, Guardiola. Sólo falta que te compres una camella, te cuelgues una guirnalda de dátiles y te instales en un oasis con olor a fritanga de jazmines a medio camino entre ese pequeño país de ahí arriba y tu falta de humildad. Cuanto más brilla tu equipo, menos luces tu filosofía de todo a cien". El autor de "Yo, Jimmy. Mi vida entre los Franco" no fue el único en atizar gratis a Guardiola. Acaso fascinado por las babuchas, un señor con gafas que también escribe en ese periódico, también le dedicó la contraportada a Guardiola: "El Mulá Pep, con sus rictus ascético de anacoreta de Sampedor, dice que en Qatar 'sí hay libertad' y se queda tan pancho, igual que cuando posa para los anuncios del Banco de Sabadell con esa jeta de sufrir un atasco permanente en el tránsito intestinal". Luego, en el calor de la crítica, también tenía tiempo para la metáfora: "Mal está que el mundo civilizado haga la vista gorda con una dictadura homófoba y asesina, pero anunciarla en tu camiseta ya es el colmo. El Barça no sólo da la espalda a Unicef, sino que se baja los pantalones por dinero para que le pongan mirando a La Meca". Hubo más, porque el señor que se define a sí mismo como "un tipo francamente insoportable", se animó a dar clases de pedagogía y levantar el estandarte de la moralidad y los derechos humanos: "En el país que os patrocina, los partidos políticos están prohibidos y no existe libertad de prensa. Los homosexuales pueden ser condenados a muerte, lo mismo que los que apostaten de la religión musulmana. La mujer es considerada como un electrodoméstico de carne y hueso y vive en la más absoluta discriminación (...) El adulterio se paga con la lapidación y el robo con la amputación". La traca final dejó en el aire una insinuación que el ex presidente del Barcelona debería revisar con un buen abogado: "Si Laporta fuera qatarí, no sé yo si tendría todos los miembros en su sitio".
Casualidades de la vida, dos meses después, el mismo periódico que criticó con dureza al Barça y machacó sin piedad a Guardiola, hoy publica la siguiente noticia: "Florentino crea dos escuelas en Oriente. Florentino Pérez sigue expendiendo madridismo. El domingo por la noche viajó a Arabia Saudí (...) y en sus planes también está hacer escala en Qatar". Primero Arabia y luego, vaya por Dios, Qatar. El periodista continúa su información asegurando que el objetivo es inaugurar dos escuelas que beneficiarán a 300 niños "dentro del acuerdo alcanzado entre la Fundación del Real Madrid y la Fundación Príncipe Salman de Riyadh". Vaya por dios, resulta que también existen fundaciones fuera de Qatar. Al final de la noticia, un dato ilustrativo: "La presencia de Florentino Pérez ha levantado una gran expectación en Oriente y pude suponer un impulso en los ingresos del club. Poder esponsorizar la camiseta, lucir su firma en el Bernabéu y contar con la presencia del equipo en estas tierras puede reportar ingresos importantes al club". Es decir, que la veta descubierta por el Barça, también va a ser explotada por el Real Madrid, que también acude al filón de Oriente en su caza por reclutar patrocinadores e ingresos extraordinarios. Hasta ahí, todo correcto y legítimo, porque es lícito que los gestores del Real Madrid pretendan mejorar sus números y busquen patrocinadores allí donde les venga en gana y donde les paguen más. Si además, con eso, se benefician tres centenares de niños, miel sobre hojuelas.
Pero atención, pregunta: ¿Cómo es Arabia Saudí? Una vez completada la labor pedagógica sobre cómo se vive en Qatar, conviene completar la lección y explicar cómo es la vida en el lugar donde ahora se va a expandir madridismo. Vamos allá: Resulta que los saudíes viven en un país donde hay monarquía absolutista, donde sigue instaurado un sistema feudal, donde manda la dinastía de los Al-Saud, donde hay herederos pero no partidos políticos, donde no hay elecciones y donde rige la Ley Islámica. De tal guisa que si uno pierde cinco minutos de su tiempo en leer acerca de cómo se vive en Arabia Saudí, uno puede impera la Ley Islámica, que mandan las tradiciones saudíes, que se imponen penas corporales, que se amputan brazos y pies en caso de robo y que los homosexuales y los sodomitas pueden ser azotados durante las veces que haga falta, ya que el número de latigazos lo establece la corte y puede ser de varias docenas hasta miles, normalmente aplicados sobre períodos de semanas o meses.Más de la "democracia" de Arabia Saudí: En 2002 el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT) condenó estas prácticas, protesta que fue ignorada por las autoridades saudíes, amparadas en una tradición que, según ellos, data de hace 1.400 años. ¿La mujer en Arabia Saudí? Bueno, pues no sólo es un "electrodoméstico de carne y hueso, sino que existe una policía religiosa que vigila su modo de vestir, porque se trata de un país que permite la segregación en función del sexo. De propina, en Arabia Saudí, resulta que la sodomía es un delito y en algunas ocasiones conlleva la pena de muerte, peor que en Qatar. Conclusiones: Barça y Real Madrid buscan dinero debajo de las piedras y están legitimados a hacerlo. Otra cosa es que resulte muy triste que recurran a "mecenas" que comulgan con regímenes que atentan contra los derechos humanos, lo cual es como reprobable.
Dicho todo eso y en aras de la imparcialidad periodística, cabe poner el reloj en marcha: No me cabe ninguna duda de que el mismo periódico que se rasgó las vestiduras por la relación Barça-Qatar, hará lo propio con la relación Madrid-Arabia Saudí-Qatar. Estoy seguro de que el mismo periódico que explicó a sus lectores por qué no era ético que el Barcelona recibiera dinero de un país que priva de las libertades, ahora explicará a sus lectores que tampoco es ético que el Real Madrid haga negocios con un régimen que tampoco respeta los derechos humanos. No cabe duda de que, tal y como ocurrió en su día con Pep Guardiola, a José Mourinho le preguntarán qué opinión le merece que el equipo que le paga se dedique a buscar patrocinios en un país donde se pueden lapidar a mujeres y matar a latigazos a homosexuales. Ni se me pasa por la cabeza pensar que el señor con gafas de la contraportada no critique que el mundo civilizado haga la vista gorda con la dictadura homófoba y asesina de Arabia Saudí, y que pondrá el grito en el cielo si es que el Real Madrid llega a anunciarla en su camiseta, porque eso sería el colmo. Él no podrá silenciar que si hace eso, el Madrid no sólo le dará la espalda a "Bwin", sino que se bajará los pantalones por dinero para que le pongan mirando a La Meca. Y tampoco, faltaría más, albergo ninguna duda alguna de que el autor de "Yo, Jimmy, Mi vida con los Franco", le aplicará a Mourinho la misma cantidad de estopa que le aplicó a Guardiola. Quiero pensar que todo eso va a ser así.
Porque en caso contrario, sería evidente que a ellos les importa un pimiento los derechos de la gente de Qatar, de Arabia Saudí yde Kazajistán, porque su único fin en toda esta historia era echar porquería sobre el Barça y basura sobre Guardiola. Desde ya, pongo el reloj en marcha a la espera de tener noticias suyas. Ardo en deseos de leer todo lo que tienen que decir sobre Arabia Saudí y sobre los acuerdos que adopte el Real Madrid con un país que se pasa los derechos humanos por la entrepierna. Que no les vendan babuchas.
Casualidades de la vida, dos meses después, el mismo periódico que criticó con dureza al Barça y machacó sin piedad a Guardiola, hoy publica la siguiente noticia: "Florentino crea dos escuelas en Oriente. Florentino Pérez sigue expendiendo madridismo. El domingo por la noche viajó a Arabia Saudí (...) y en sus planes también está hacer escala en Qatar". Primero Arabia y luego, vaya por Dios, Qatar. El periodista continúa su información asegurando que el objetivo es inaugurar dos escuelas que beneficiarán a 300 niños "dentro del acuerdo alcanzado entre la Fundación del Real Madrid y la Fundación Príncipe Salman de Riyadh". Vaya por dios, resulta que también existen fundaciones fuera de Qatar. Al final de la noticia, un dato ilustrativo: "La presencia de Florentino Pérez ha levantado una gran expectación en Oriente y pude suponer un impulso en los ingresos del club. Poder esponsorizar la camiseta, lucir su firma en el Bernabéu y contar con la presencia del equipo en estas tierras puede reportar ingresos importantes al club". Es decir, que la veta descubierta por el Barça, también va a ser explotada por el Real Madrid, que también acude al filón de Oriente en su caza por reclutar patrocinadores e ingresos extraordinarios. Hasta ahí, todo correcto y legítimo, porque es lícito que los gestores del Real Madrid pretendan mejorar sus números y busquen patrocinadores allí donde les venga en gana y donde les paguen más. Si además, con eso, se benefician tres centenares de niños, miel sobre hojuelas.
Pero atención, pregunta: ¿Cómo es Arabia Saudí? Una vez completada la labor pedagógica sobre cómo se vive en Qatar, conviene completar la lección y explicar cómo es la vida en el lugar donde ahora se va a expandir madridismo. Vamos allá: Resulta que los saudíes viven en un país donde hay monarquía absolutista, donde sigue instaurado un sistema feudal, donde manda la dinastía de los Al-Saud, donde hay herederos pero no partidos políticos, donde no hay elecciones y donde rige la Ley Islámica. De tal guisa que si uno pierde cinco minutos de su tiempo en leer acerca de cómo se vive en Arabia Saudí, uno puede impera la Ley Islámica, que mandan las tradiciones saudíes, que se imponen penas corporales, que se amputan brazos y pies en caso de robo y que los homosexuales y los sodomitas pueden ser azotados durante las veces que haga falta, ya que el número de latigazos lo establece la corte y puede ser de varias docenas hasta miles, normalmente aplicados sobre períodos de semanas o meses.Más de la "democracia" de Arabia Saudí: En 2002 el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT) condenó estas prácticas, protesta que fue ignorada por las autoridades saudíes, amparadas en una tradición que, según ellos, data de hace 1.400 años. ¿La mujer en Arabia Saudí? Bueno, pues no sólo es un "electrodoméstico de carne y hueso, sino que existe una policía religiosa que vigila su modo de vestir, porque se trata de un país que permite la segregación en función del sexo. De propina, en Arabia Saudí, resulta que la sodomía es un delito y en algunas ocasiones conlleva la pena de muerte, peor que en Qatar. Conclusiones: Barça y Real Madrid buscan dinero debajo de las piedras y están legitimados a hacerlo. Otra cosa es que resulte muy triste que recurran a "mecenas" que comulgan con regímenes que atentan contra los derechos humanos, lo cual es como reprobable.
Dicho todo eso y en aras de la imparcialidad periodística, cabe poner el reloj en marcha: No me cabe ninguna duda de que el mismo periódico que se rasgó las vestiduras por la relación Barça-Qatar, hará lo propio con la relación Madrid-Arabia Saudí-Qatar. Estoy seguro de que el mismo periódico que explicó a sus lectores por qué no era ético que el Barcelona recibiera dinero de un país que priva de las libertades, ahora explicará a sus lectores que tampoco es ético que el Real Madrid haga negocios con un régimen que tampoco respeta los derechos humanos. No cabe duda de que, tal y como ocurrió en su día con Pep Guardiola, a José Mourinho le preguntarán qué opinión le merece que el equipo que le paga se dedique a buscar patrocinios en un país donde se pueden lapidar a mujeres y matar a latigazos a homosexuales. Ni se me pasa por la cabeza pensar que el señor con gafas de la contraportada no critique que el mundo civilizado haga la vista gorda con la dictadura homófoba y asesina de Arabia Saudí, y que pondrá el grito en el cielo si es que el Real Madrid llega a anunciarla en su camiseta, porque eso sería el colmo. Él no podrá silenciar que si hace eso, el Madrid no sólo le dará la espalda a "Bwin", sino que se bajará los pantalones por dinero para que le pongan mirando a La Meca. Y tampoco, faltaría más, albergo ninguna duda alguna de que el autor de "Yo, Jimmy, Mi vida con los Franco", le aplicará a Mourinho la misma cantidad de estopa que le aplicó a Guardiola. Quiero pensar que todo eso va a ser así.
Porque en caso contrario, sería evidente que a ellos les importa un pimiento los derechos de la gente de Qatar, de Arabia Saudí yde Kazajistán, porque su único fin en toda esta historia era echar porquería sobre el Barça y basura sobre Guardiola. Desde ya, pongo el reloj en marcha a la espera de tener noticias suyas. Ardo en deseos de leer todo lo que tienen que decir sobre Arabia Saudí y sobre los acuerdos que adopte el Real Madrid con un país que se pasa los derechos humanos por la entrepierna. Que no les vendan babuchas.