La Industria Farmacéutica y la Agroindustria habrá completado el marzo el proceso para asumir cada uno de los aspectos relacionados con la salud, la comida que tenemos que consumir. Todo ello promete acabar con la poca salud de la que dispongamos.
En abril comienzan los Santos Inocentes
Es la inocentada más despiadada de todos los tiempos, la Directiva Europea de Productos Medicinales Herbarios Tradicionales ( THMPD) fue aprobada el 31 de marzo de 2004 (1). Puso normas para el uso de los productos herbarios que eran utilizados libremente con anterioridad.
Esta directiva requiere de todas las preparaciones herbarias los mismos procedimientos que los utilizados por los productos farmacéuticos. Incluso si la hierba ha sido utilizada como remedio durante miles de años. Los gastos para conseguir esta aprobación son muy altos, que sólo las grandes empresas pueden soportar (del orden de 80.000 a 120.000 libras por hierba), y cada hierba que forme parte de un compuesto tiene que ser ensayada por separado.
Poco importa que una hierba haya sido utilizada sin peligro y con eficacia durante mucho tiempo. Recibe el mismo trato que un medicamento. Las hierbas son ajenas a este proceso. Son preparaciones hechas a partir de fuentes biológicas. No son purificadas, ya que podría cambiar su naturaleza y eficacia, como ocurre con la comida. Supondría una deformación de su naturaleza y un cambio en su uso como medicinas. La Unión Europea ya ha defendido el corporativismo desde su constitución.
El doctor Robert Verkek de la Alianza para la Salud Natural describe el problema sobre el requerimiento de la conformidad de una hierba al igual que una medicina:
La petición que hace la Unión Europea hacia las medicinas clásicas herbarias es lo mismo que intentar colocar una clavija cuadrada en un enchufe redondo. La normativa reguladora no tiene en cuenta la tradición específica. Debe estudiarse con rapidez si tal directiva no discrimina a ciertas culturas y supone una violación de los Derechos Humanos (2)
Derecho mercantil
Para entender mejor lo que puede pasar, hay que consultar el Derecho Mercantil, que ha sido el centro de todos los movimientos para colocar la comida y las medicinas bajo el control de la Agroindustria y la Industria Farmacéutica.
Si han estado al tanto de lo que ha pasado en Estados Unidos en torno a la leche cruda y las reclamaciones de la FDA, Administración de Alimentos y Fármacos, se habrán dado cuenta de que por medio ha estado la Comisión Federal de Comercio (FTC), siendo parte del proceso.
Más que tratar las medicinas tradicionales como una cuestión de Derechos Humanos, las han tratado desde un punto de vista comercial. Esto alegra a las grandes corporaciones, sin atender al deseo y necesidades de las personas. La FDA ha actuado de forma absurda, como en la reclamación de Cheerios, en la que las nueces se convierten en medicinas debido a las reclamaciones que sobre la salud hizo aquella empresa.
El objetivo de todo esto es crear una caja mundial para las megacorporaciones y su libre comercio. Las necesidades y la salud de las personas es un factor que no se tiene en consideración.