El Sport ha publicado hoy algunas páginas del libro de Joan Laporta que sale el 29 de marzo 2010 en las librerías: http://sport.es/default.asp?idpublicacio_PK=44&idioma=CAS&idnoticia_PK=699685&idseccio_PK=803
BARÇA Y CATALUNYA
(…) Desde el Barça contribuimos al país, sin hacer política. En el Club nunca se ha hecho política partidista. Esta primera reflexión está especialmente dirigida a los que me han acusado de utilizar el FC Barcelona como supuesto trampolín para mi supuesta carrera política. No es así. No lo acepto (...) El Barça es independiente, apolítico y está abierto a todo el mundo, pero mi nación es Catalunya y defender el Barça es también defender Catalunya. Además de presidente, soy un ciudadano y creo que tengo derecho a exponer mis sentimientos nacionales. ¿Quién se otorga el derecho supremo de pedir que el presidente de la entidad social catalana con mayor proyección internacional tenga que ser alguien neutro ideológicamente? ¿O es que presidentes de otras entidades deportivas no han manifestado públicamente, de manera muy respetable, el sentimiento patriótico hacia su país? Que el presidente del Barça muestre sin complejos su catalanidad no debería ser motivo de aspavientos. Quizá tendría que serlo si llegara a darse el caso de que un presidente del Barça fuera poco sensible a la cuestión de un país, Catalunya, que da sentido a las esencias de la entidad. No parece ninguna casualidad que aquellos presidentes que a lo largo de la historia han mostrado su catalanismo sin complejos hayan sido los más perseguidos. Hablo de Gamper, el mejor presidente de la historia, a quien obligaron a exiliarse en 1924 por motivos políticos; hablo de Sunyol i Garriga, fusilado en la sierra de Guadarrama en 1936; hablo de Agustí Montal, que tuvo que soportar los feroces ataques desde Madrid o desde Barcelona. (...)
BARÇA Y CATALUNYA
(…) Desde el Barça contribuimos al país, sin hacer política. En el Club nunca se ha hecho política partidista. Esta primera reflexión está especialmente dirigida a los que me han acusado de utilizar el FC Barcelona como supuesto trampolín para mi supuesta carrera política. No es así. No lo acepto (...) El Barça es independiente, apolítico y está abierto a todo el mundo, pero mi nación es Catalunya y defender el Barça es también defender Catalunya. Además de presidente, soy un ciudadano y creo que tengo derecho a exponer mis sentimientos nacionales. ¿Quién se otorga el derecho supremo de pedir que el presidente de la entidad social catalana con mayor proyección internacional tenga que ser alguien neutro ideológicamente? ¿O es que presidentes de otras entidades deportivas no han manifestado públicamente, de manera muy respetable, el sentimiento patriótico hacia su país? Que el presidente del Barça muestre sin complejos su catalanidad no debería ser motivo de aspavientos. Quizá tendría que serlo si llegara a darse el caso de que un presidente del Barça fuera poco sensible a la cuestión de un país, Catalunya, que da sentido a las esencias de la entidad. No parece ninguna casualidad que aquellos presidentes que a lo largo de la historia han mostrado su catalanismo sin complejos hayan sido los más perseguidos. Hablo de Gamper, el mejor presidente de la historia, a quien obligaron a exiliarse en 1924 por motivos políticos; hablo de Sunyol i Garriga, fusilado en la sierra de Guadarrama en 1936; hablo de Agustí Montal, que tuvo que soportar los feroces ataques desde Madrid o desde Barcelona. (...)