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El Barcelona abrió un expediente sancionador por un hecho muy grave a raíz de que la fiscalía anticorrupción archivase una denuncia que trasladó Giralt contra la junta directiva y su presidente, Joan Laporta, en la que se pedía que se investigara al dirigente azulgrana por su presunta intermediación en el contrato de representación que Johan Cruyff firmó con Mediapro.
Giralt, impulsor de la moción de censura contra Laporta en 2008, había solicitado a la fiscalía que investigase al presidente del Barça por si éste hubiera incurrido en los delitos de falsedad documental, apropiación indebida y administración fraudulenta del club que preside.
Los hechos a los que se refiere Giralt, y que éste denunció ante la fiscalía el pasado 17 de noviembre, se remontan a la intermediación que el despacho de abogados de Laporta habría hecho para cerrar un contrato entre una de las empresas de Cruyff y la plataforma audiovisual de Jaume Roures por valor de 3 millones de euros en septiembre de 2007.
La entidad barcelonista fundamentó la propuesta de sanción a partir del redactado de la fiscalía para archivar la denuncia.
En dicho escrito, la Fiscalía resolvió: "El cauce escogido por el Sr. Giralt, aparte de arrancar varios titulares de prensa escrita y haberse difundido la noticia en los medios de comunicación audiovisuales, no ha sido pertinente ni adecuado habida cuenta que nada de lo que expone es constitutivo de delito alguno, ni apropiación indebida, ni administración desleal ni falsedad documental".
Esta mañana, el socio barcelonista ha recibido la notificación de sanción de un año de su condición de asociado, lo que le privará de votar en las elecciones a la presidencia del Barça del 13 de junio, aunque puede recurrir a la justicia ordinaria en un plazo de 40 días.
Oriol Giralt ha declarado a EFE que agilizará el recurso para obtener la suspensión cautelar "porque quiero votar, ya que siempre lo he hecho".
"Es la primera vez que el club adopta esta determinación, propia de la Alemania de los años 30. No quieren que hable, que pregunte. Esto es una venganza en toda regla por haber impulsado el voto de censura", ha señalado.
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El Barcelona abrió un expediente sancionador por un hecho muy grave a raíz de que la fiscalía anticorrupción archivase una denuncia que trasladó Giralt contra la junta directiva y su presidente, Joan Laporta, en la que se pedía que se investigara al dirigente azulgrana por su presunta intermediación en el contrato de representación que Johan Cruyff firmó con Mediapro.
Giralt, impulsor de la moción de censura contra Laporta en 2008, había solicitado a la fiscalía que investigase al presidente del Barça por si éste hubiera incurrido en los delitos de falsedad documental, apropiación indebida y administración fraudulenta del club que preside.
Los hechos a los que se refiere Giralt, y que éste denunció ante la fiscalía el pasado 17 de noviembre, se remontan a la intermediación que el despacho de abogados de Laporta habría hecho para cerrar un contrato entre una de las empresas de Cruyff y la plataforma audiovisual de Jaume Roures por valor de 3 millones de euros en septiembre de 2007.
La entidad barcelonista fundamentó la propuesta de sanción a partir del redactado de la fiscalía para archivar la denuncia.
En dicho escrito, la Fiscalía resolvió: "El cauce escogido por el Sr. Giralt, aparte de arrancar varios titulares de prensa escrita y haberse difundido la noticia en los medios de comunicación audiovisuales, no ha sido pertinente ni adecuado habida cuenta que nada de lo que expone es constitutivo de delito alguno, ni apropiación indebida, ni administración desleal ni falsedad documental".
Esta mañana, el socio barcelonista ha recibido la notificación de sanción de un año de su condición de asociado, lo que le privará de votar en las elecciones a la presidencia del Barça del 13 de junio, aunque puede recurrir a la justicia ordinaria en un plazo de 40 días.
Oriol Giralt ha declarado a EFE que agilizará el recurso para obtener la suspensión cautelar "porque quiero votar, ya que siempre lo he hecho".
"Es la primera vez que el club adopta esta determinación, propia de la Alemania de los años 30. No quieren que hable, que pregunte. Esto es una venganza en toda regla por haber impulsado el voto de censura", ha señalado.