El jueves, 48 horas después de la derrota en Lyon, Jorge Valdano se presentó en el vestuario de Valdebebas. Le dijo a los jugadores, con Manuel Pellegrini al lado, que estaba seguro de que remontarían la eliminatoria y que no hiciesen caso a todo lo que salía en la prensa. Parece que el único que no escuchó esa invitación fue el técnico chileno. Está harto de que descalifiquen su trabajo.
Pellegrini comparece normalmente ante los medios de comunicación dos veces a la semana que pasan a ser cuatro si hay Champions. Tiene rueda de prensa el día antes del partido y el día de partido. Esta semana, sin embargo, ha aumentado su presencia. Habló en Lyon, ha hablado hoy en Valdebebas, mañana hablará en el Bernabéu y el viernes quiso hablar para la página web del club.
Sin intención, asegura, de mandar recados. Pero sí mandó uno al recordar que el Madrid en los últimos años sólo ha conseguido dos títulos de quince pese cambiar "siete u ocho veces de entrenador". También dijo que su Madrid es el mejor de los últimos quince años.
Hoy en Valdebebas le han preguntado si no le parecía excesivo hacer esas afirmaciones. Si se le había olvidado que en los últimos quince años el Madrid ha ganado, entre otras cosas, tres Copas de Europa (1998, 2000 y 2002). "Todo el mundo sabe a qué me refería, pero cuando todos quieren interpretar mis palabras con mala fe, se pueden derivar hacia muchos lados… Yo no puedo comparar este Madrid que no ha ganado nada con el que han ganado dos Champions. Me refería a los números que llevamos en esta Liga, los mejores de los últimos quince años. Y lo digo defendiendo un proyecto que hasta el lunes era fenomenal y por haber perdido un partido de ida de octavos de final fuera de casa pues se convierte en un desastre. No puede ser. De repente no podemos ser los últimos", dijo.
Pellegrini está dolido. Sigue asegurando que no le importan las críticas (algunas vienen desde dentro del club) porque él es el primero en ser auto-crítico pero sí le importan los insultos y la mala fe. ¿Y dónde ha habido insultos?, le preguntaron. "En las descalificaciones de mi trabajo y en cómo están enfocadas las criticas", contestó. Él sí parece hacerle caso a todo lo que sale en la prensa.
Aun así no tiene la percepción de estar muy solo, de ser la diana más fácil en un club como el Madrid tan entregado a las prisas y al ansia de conseguir títulos. "Que cada uno interprete como mejor estime, yo nunca me he sentido presionado para dejar mi cargo".
Pellegrini comparece normalmente ante los medios de comunicación dos veces a la semana que pasan a ser cuatro si hay Champions. Tiene rueda de prensa el día antes del partido y el día de partido. Esta semana, sin embargo, ha aumentado su presencia. Habló en Lyon, ha hablado hoy en Valdebebas, mañana hablará en el Bernabéu y el viernes quiso hablar para la página web del club.
Sin intención, asegura, de mandar recados. Pero sí mandó uno al recordar que el Madrid en los últimos años sólo ha conseguido dos títulos de quince pese cambiar "siete u ocho veces de entrenador". También dijo que su Madrid es el mejor de los últimos quince años.
Hoy en Valdebebas le han preguntado si no le parecía excesivo hacer esas afirmaciones. Si se le había olvidado que en los últimos quince años el Madrid ha ganado, entre otras cosas, tres Copas de Europa (1998, 2000 y 2002). "Todo el mundo sabe a qué me refería, pero cuando todos quieren interpretar mis palabras con mala fe, se pueden derivar hacia muchos lados… Yo no puedo comparar este Madrid que no ha ganado nada con el que han ganado dos Champions. Me refería a los números que llevamos en esta Liga, los mejores de los últimos quince años. Y lo digo defendiendo un proyecto que hasta el lunes era fenomenal y por haber perdido un partido de ida de octavos de final fuera de casa pues se convierte en un desastre. No puede ser. De repente no podemos ser los últimos", dijo.
Pellegrini está dolido. Sigue asegurando que no le importan las críticas (algunas vienen desde dentro del club) porque él es el primero en ser auto-crítico pero sí le importan los insultos y la mala fe. ¿Y dónde ha habido insultos?, le preguntaron. "En las descalificaciones de mi trabajo y en cómo están enfocadas las criticas", contestó. Él sí parece hacerle caso a todo lo que sale en la prensa.
Aun así no tiene la percepción de estar muy solo, de ser la diana más fácil en un club como el Madrid tan entregado a las prisas y al ansia de conseguir títulos. "Que cada uno interprete como mejor estime, yo nunca me he sentido presionado para dejar mi cargo".