Alfredo Relaño | 21/02/2010
Cien partidos ya de Guardiola como entrenador del Barça, cargo al que accedió hace temporada y media. Sin más experiencia que la de Tercera División, en medio de una revuelta en el barcelonismo, que había estado a punto de voltear a Laporta. Salvó la moción de censura un poco por los pelos, porque se exigía el 66%, pero tuvo bastante más de la mitad de votos contrarios. Acorralado, aceptó el consejo de Evarist Murtra (entonces colaborador suyo, hoy alejado de él, harto de sus cosas) de acudir a Guardiola. Todos pensamos en su día, y aún hoy, que vio en Guardiola una figura emblemática tras la que protegerse.
Bueno, pues ya han pasado cien partidos desde aquello y la mayoría magníficos. Ha ganado 71, ha empatado 19 y ha perdido 10. Recompuso un equipo bien diseñado por Rijkaard, pero que se había podrido por los malos rollos entre Ronaldinho y Etoo. Anunció que quitaría a los dos y los quitó, aunque de uno en uno. El equipo conservó lo mejor, con los que había y con incorporaciones de cantera, que son las que han resultado, porque curiosamente a este Barça los fichajes no le sientan bien. Si algún pero (alfombras del villarato aparte) se le puede poner a Guardiola es ése: poco ojo clínico a la hora de fichar.
El fuerte del Barça es el mensaje Guardiola, el mensaje de la casa. Repasando los jugadores más utilizados, ayer nos salía un once con ocho canteranos, incluyendo al repescado Piqué. Éste es un Barça que vive una identidad de club, que se identifica consigo mismo, con su escuela, con su fútbol calculado y elegante. Como fue Guardiola cuando era jugador, como es Xavi, su jugador bandera, el más utilizado, como es la cantera. El Barça celebró ayer la efemérides con un cuatro a cero: abrió Iniesta, cerró Thiago, otro canterano. La Masía sigue produciendo y Guardiola siempre tiene sitio para los que llegan.
GO RELAÑO? O YA NO GO?
Cien partidos ya de Guardiola como entrenador del Barça, cargo al que accedió hace temporada y media. Sin más experiencia que la de Tercera División, en medio de una revuelta en el barcelonismo, que había estado a punto de voltear a Laporta. Salvó la moción de censura un poco por los pelos, porque se exigía el 66%, pero tuvo bastante más de la mitad de votos contrarios. Acorralado, aceptó el consejo de Evarist Murtra (entonces colaborador suyo, hoy alejado de él, harto de sus cosas) de acudir a Guardiola. Todos pensamos en su día, y aún hoy, que vio en Guardiola una figura emblemática tras la que protegerse.
Bueno, pues ya han pasado cien partidos desde aquello y la mayoría magníficos. Ha ganado 71, ha empatado 19 y ha perdido 10. Recompuso un equipo bien diseñado por Rijkaard, pero que se había podrido por los malos rollos entre Ronaldinho y Etoo. Anunció que quitaría a los dos y los quitó, aunque de uno en uno. El equipo conservó lo mejor, con los que había y con incorporaciones de cantera, que son las que han resultado, porque curiosamente a este Barça los fichajes no le sientan bien. Si algún pero (alfombras del villarato aparte) se le puede poner a Guardiola es ése: poco ojo clínico a la hora de fichar.
El fuerte del Barça es el mensaje Guardiola, el mensaje de la casa. Repasando los jugadores más utilizados, ayer nos salía un once con ocho canteranos, incluyendo al repescado Piqué. Éste es un Barça que vive una identidad de club, que se identifica consigo mismo, con su escuela, con su fútbol calculado y elegante. Como fue Guardiola cuando era jugador, como es Xavi, su jugador bandera, el más utilizado, como es la cantera. El Barça celebró ayer la efemérides con un cuatro a cero: abrió Iniesta, cerró Thiago, otro canterano. La Masía sigue produciendo y Guardiola siempre tiene sitio para los que llegan.
GO RELAÑO? O YA NO GO?