Desde los tiempos de Ramón Mendoza han mangoneado en el club todo lo que han querido y más, poniendo y quitando entrenadores, desprestigiando a aquellos jugadores que no les seguían el juego y ensalzando a los que sí podían sacarle jugo, declaraciones, compadreo, etc. Y buena parte de lo ocurrido la tienen los dirigentes del Real Madrid, incapaces de pegar un puñetazo en la mesa para delimitar terreno.
Personalmente estoy HARTO de los putos panfletos, si bien es cierto que han sido muy bien aprovechados, desde la costa noreste, para atacar al club e incluso directamente crear su propia identidad en contraposición a "la caverna" o "la meseta", como gusta decir a un sector importante de los "humildes" culés. Sin embargo, pese a que la prensa culé sea aún peor, por fanatismo, sectarismo e incluso incitación al odio, esto no es óbice para que desde mi punto de vista a un grupo de madridistas les haga mucha gracia el término Villarato, con todas sus implicaciones.
Estoy viendo mucho llorón y no me gusta. Creo que ponerse a patalear es propio de un club pequeño, de lo que hacía el Barcelona en los 70 y los 80, es el rasgo de la impotencia pero sobre todo de la mediocridad. Con esta absoluta GILIPOLLEZ, ya hemos dejado de hablar de golpe del juego, la plantilla o el club para hablar de árbitros, de confabulaciones judeomasónicas. Algunos parecen porteras, coño.
Y mientras tanto, la prensa sigue ahí. Torpedeando el club con sus corrientes de opinión artificiales con el único objetivo de VENDER a costa del Real Madrid. Medios de comunicación privados, que como los parásitos se encaraman a las espaldas del club llegando a vampirizar política, gestión e incluso opinión pública. Es vergonzoso.
Personalmente echo en falta dos cosas. Por un lado una reacción del club, ante esto el Real Madrid no puede y debe quedarse callado, debería saltar a la palestra, como debió hacerlo ante los ataques constantes de Laporta o la prensa culé, y desmarcarse categóricamente de este tinglado. Pero con este silencio no sé si interesado, pasivo o cobarde, la cúpula dirigente del Real Madrid se convierte en comparsa, una vez más, de dos diarios deportivos. Sin personalidad, sin reacción, sin carácter, a su absoluta merced.
Para terminar me gustaría destacar un apunte. Más hablar de FÚTBOL, de cómo juega el Madrid, de lo que necesita el equipo, de cómo debería gestionarse la política deportiva para consolidar un proyecto de 10 o 20 años, estoy seguro que nos irían mucho mejor las cosas.