Como ocurre en todas partes, no existe un "modelo" único de español. Los hay alegres y tristes; rubios y morenos; tacaños y generosos; trabajadores y perezosos.
Pero se habla mucho, eso sí, y no es necesario conocer a alguien para hablar con él durante horas, terminando la conversación sin saber siquiera el nombre del interlocutor. Esto conecta con el hecho de llamar "amigo" a una persona a la que simplemente hemos visto un par de veces. Así, cuando la amistad es verdadera, hay que reforzar la expresión: un íntimo amigo, un verdadero amigo, un buen amigo... ¿Pueden existir amigos malos?
El ruido es tan español como la paella. Es una característica nacional que trae consigo el alto número de sordos en este país. Se habla más alto, se actúa más seguro aunque no se tenga certeza de nada. Pero el titubeo no se da entre nosotros. Pregunte usted una dirección a un español. Si no la conoce, le mandará a cualquier sitio sin vacilar, antes de reconocerlo Aquí nadie ahorra energías, a todo el mundo parecen sobrarle, excepto si están trabajando, también es verdad que, en ese afán de discutir, le dirán a usted que no se puede generalizar, lo cual, además, ES CIERTO.
Según estudios, los españoles dormimos una hora y media menos de lo que deberíamos. A fin de cuentas, dormir es como morir un poco, como dice el poeta, y éste es un pueblo que ama desde antiguo la vida, tal vez porque es lo único de verdad que ha tenido.
A los españoles nos encanta hablar de política... Y todos, sin excepción, tenemos fórmulas para arreglar nuestros problemas. Ahora, que no se nos pida que participemos en ello. Eso lo dejamos para otros. Aunque la verdad es que nos falta sentido práctico en todo, y más que nada en la política. De ahí que estemos siempre protestando en términos generales, pero reclamemos muy poco en los específicos. Pero aquí, últimamente la forma de actuar de la gente está moviéndose poco a poco, quizá es que la vida nos está dando motivos poderosos.
Algunos dirán que cuanto más cambiamos, más somos los mismos. El español sigue esperando que el Estado le resuelva sus problemas y cifra su mayor ilusión en que le toque la lotería Otros sostendrán que sí, que España está cambiando. Lo más característico de los cambios es la velocidad a la que se están produciendo. El país ha cambiado más en los últimos treinta años que en los dos últimos siglos.
Y uno de esos cambios más notables es que, gracias a las Comunidades Autónomas, existe una España más plural. Cada pueblo ha ido recuperando sus costumbres y afianzando sus tradiciones, lo que nos convierte en un país con contrastes lingüísticos, gastronómicos..., culturales en definitiva.
Otro hecho que está enriqueciendo nuestra sociedad es que cada día están llegando más inmigrantes. Con ellos traen no sólo la esperanza de un futuro mejor, sino lo que son y lo que saben. La confluencia de personas diferentes está contribuyendo también a hacer más variados los colores, los sonidos de nuestras calles, de nuestras tiendas, de nuestras tradiciones. La convivencia con lo diferente no es fácil y claro que hay conflictos, pero esta España que está creciendo gracias a todas esas personas debe transformar el conflicto en interacción respetuosa.
Pero se habla mucho, eso sí, y no es necesario conocer a alguien para hablar con él durante horas, terminando la conversación sin saber siquiera el nombre del interlocutor. Esto conecta con el hecho de llamar "amigo" a una persona a la que simplemente hemos visto un par de veces. Así, cuando la amistad es verdadera, hay que reforzar la expresión: un íntimo amigo, un verdadero amigo, un buen amigo... ¿Pueden existir amigos malos?
El ruido es tan español como la paella. Es una característica nacional que trae consigo el alto número de sordos en este país. Se habla más alto, se actúa más seguro aunque no se tenga certeza de nada. Pero el titubeo no se da entre nosotros. Pregunte usted una dirección a un español. Si no la conoce, le mandará a cualquier sitio sin vacilar, antes de reconocerlo Aquí nadie ahorra energías, a todo el mundo parecen sobrarle, excepto si están trabajando, también es verdad que, en ese afán de discutir, le dirán a usted que no se puede generalizar, lo cual, además, ES CIERTO.
Según estudios, los españoles dormimos una hora y media menos de lo que deberíamos. A fin de cuentas, dormir es como morir un poco, como dice el poeta, y éste es un pueblo que ama desde antiguo la vida, tal vez porque es lo único de verdad que ha tenido.
A los españoles nos encanta hablar de política... Y todos, sin excepción, tenemos fórmulas para arreglar nuestros problemas. Ahora, que no se nos pida que participemos en ello. Eso lo dejamos para otros. Aunque la verdad es que nos falta sentido práctico en todo, y más que nada en la política. De ahí que estemos siempre protestando en términos generales, pero reclamemos muy poco en los específicos. Pero aquí, últimamente la forma de actuar de la gente está moviéndose poco a poco, quizá es que la vida nos está dando motivos poderosos.
Algunos dirán que cuanto más cambiamos, más somos los mismos. El español sigue esperando que el Estado le resuelva sus problemas y cifra su mayor ilusión en que le toque la lotería Otros sostendrán que sí, que España está cambiando. Lo más característico de los cambios es la velocidad a la que se están produciendo. El país ha cambiado más en los últimos treinta años que en los dos últimos siglos.
Y uno de esos cambios más notables es que, gracias a las Comunidades Autónomas, existe una España más plural. Cada pueblo ha ido recuperando sus costumbres y afianzando sus tradiciones, lo que nos convierte en un país con contrastes lingüísticos, gastronómicos..., culturales en definitiva.
Otro hecho que está enriqueciendo nuestra sociedad es que cada día están llegando más inmigrantes. Con ellos traen no sólo la esperanza de un futuro mejor, sino lo que son y lo que saben. La confluencia de personas diferentes está contribuyendo también a hacer más variados los colores, los sonidos de nuestras calles, de nuestras tiendas, de nuestras tradiciones. La convivencia con lo diferente no es fácil y claro que hay conflictos, pero esta España que está creciendo gracias a todas esas personas debe transformar el conflicto en interacción respetuosa.