Los jugadores del Madrid reconocen en privado que la gran obsesión de Pellegrini es robar balones en campo contrario. Desde el partido ante el Getafe se ha conseguido con regularidad, con la defensa adelantada y las líneas juntas. Ahora todo funciona, incluso el juego por bandas.
Ni siquiera Capello consiguió inculcar en el Madrid, un equipo históricamente de tendencia ofensiva, los rigores de la presión. Ha sido Pellegrini quien ha convertido a los galácticos en obreros. Fue una obsesión para el chileno, desde el inicio, la presión en campo contrario para robar y jugar directo. Desde el partido contra el Getafe se consiguió de forma regular (gráfico superior) y de ahí la imagen de solidez actual. Ante el Zaragoza se alcanzó la cima (21 balones robados en campo rival). El resultado, 6-0, lo dice todo.
"Lo hacemos desde el principio. Quizá antes había lagunas, o los jugadores no encontraban las distancias", argumenta Pellegrini. "Prefiero atacar, pero la presión facilita las cosas", afirma Van der Vaart, que encontró sitio en el once por su sacrificio. "Se ataca como se defiende", concluye Xabi. De la jornada 5 a la 8 (del Tenerife al Sporting), la presión falló, el juego del equipo lo notó y Pellegrini vio peligrar su puesto.
Cambio de sistema. Ya no hay lagunas y las distancias se han acoplado con el paso del 4-2-2-2 al 4-3-1-2 (los puntas defienden). El Madrid es el que más balones roba en Liga en campo rival: 154 por 142 del Barça y 136 del Sevilla. También es el que más recupera en general: 876 por los 841 del Barça, que es segundo.
"Lo hacemos desde el principio. Quizá antes había lagunas, o los jugadores no encontraban las distancias", argumenta Pellegrini. "Prefiero atacar, pero la presión facilita las cosas", afirma Van der Vaart, que encontró sitio en el once por su sacrificio. "Se ataca como se defiende", concluye Xabi. De la jornada 5 a la 8 (del Tenerife al Sporting), la presión falló, el juego del equipo lo notó y Pellegrini vio peligrar su puesto.
Cambio de sistema. Ya no hay lagunas y las distancias se han acoplado con el paso del 4-2-2-2 al 4-3-1-2 (los puntas defienden). El Madrid es el que más balones roba en Liga en campo rival: 154 por 142 del Barça y 136 del Sevilla. También es el que más recupera en general: 876 por los 841 del Barça, que es segundo.