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"Todo empezó por quien empezó. Cada vez hay menos fútbol y más quejas", ha afirmado. "Todo el mundo se va quejando. No podemos hacer nada en contra de eso. Sólo tratamos de jugar al fútbol y hacer que la gente disfrute".
En este sentido, ha opinado que su equipo peca "a veces de ser demasiado bueno" y "por eso pasan este tipo de cosas": "Pero como siempre salgo yo, el malo de la película, a hablar de estas cosas, al final me tienen manía a mí. Pero me importa poco. Soy libre de opinar, como la mayoría de la gente lo es".
"Tenemos que tener un poco más de mala leche en ese aspecto, porque, si no, al final te pasas de tonto", ha aseverado Alves, quien ha parecido lanzar un mensaje a la directiva: "Nosotros (los jugadores) no podemos quejarnos, porque al final nos cogerán manía. Pero los de fuera son los que tienen que salir a protestar".
"No es posible", ha proseguido, "que un fuera de juego de dos metros no se vea. De tonto lo justo. Pero no podemos salir a protestar porque después nos dirán que somos llorones. No nos quejamos, pero tampoco somos retrasados. Buena cara los demás, yo no pongo buena cara".
Así, ha ironizado con que el Barça "tiene que hacer dos o tres veces más para ganar las cosas" para que "estas cosas no afecten" al resultado del partido.
"Por mucho que uno más lo intente, cuando está ahí arriba causa envidia a la gran mayoría. Cuando la envidia es buena, no pasa nada. Pero cuando es mala, acaba contaminando al resto. Tenemos que pensar que no es suficiente hacer lo que hacemos", ha señalado el defensa.
Porque, a su juicio, protestas como las de Mourinho "influyen" en los árbitros, porque "empiezan a pensar que si pitan una cosa o no van a ser mal vistos por los entrenadores".
Como ejemplo, ha recordado una dura entrada que recibió y que Stark no sancionó con falta anoche, parecida a la que sufrió del madridista Pepe en aquella eliminatoria en 2011, que supuso la expulsión del portugués y originó las protestas del técnico luso.
"Al final condicionan tantas quejas. Fue una falta como una casa, como en el Bernabéu, pero como es Dani Alves, el teatrero, al final no es nada. Si me llega a romper la pierna en esa ocasión, pasaría algo. Pero como no me la rompió, soy un teatrero"