El problema, por mucho que nos lo queramos creer, no es la prensa; tampoco son los aficionados "piperos" que no animan incondicionalmente e incluso tampoco tiene la culpa el entrenador, no al menos en esencia. Los problemas del Real Madrid son mucho más hondos y por desgracia graves.
¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿A qué se debe ese estado permanente de nervios, urgencias y ansiedad incluso en la victoria o el triunfo? Muy sencillo, bajo todo el barniz de millones, contratos y "esplendor" el cartón piedra sustituye a los cimientos.
El Madrid tiene una carencia abrumadora de trabajo interno, absurda para un club de su entidad. Hay que recordar que hasta hace muy pocos meses la entidad NO disponía de una residencia de jugadores. Tras más de 100 años de historia ¡en 2012 es cuando se inaugura! Esto da idea del enorme retraso que lleva el club en muchas materias, cuando precisamente, con cada vez más clubes extranjeros competitivos es necesario generar recursos deportivos propios más allá de fichajes millonarios.
Pero esto es solo un eslabón más de una cadena que no existe. Podemos seguir tirando y tirando, viendo cómo los intermediarios o representantes tienen secuestrado al club o los trapicheos que hay con los traspasos de la cantera. Vas sumando, vas sumando y al final te encuentras con un mastodente con pies de barro, anclado en el pasado y soñando con la resurrección de Di Stéfano.
Mientras el Madrid sea un club presidencialista, incapaz de funcionar por SÍ SOLO, más allá de entrenadores o presidentes, será incapaz de abordar el desafío de volver a ser club de referencia. Sin embargo, para lograrlo, tendrá que asumir de una vez por todas que NO LO ES y que para lograrlo necesita un trabajo ingente y muy probablemente sacrificios con repercusiones poco agradables.
¿Cuántos aficionados están dispuestos a estar 4 o 5 años sin ganar nada invirtiendo en un modelo más sólido? Muy pocos, y esta realidad, la de vivir "con lo puesto" es lo que tiene desquiciada a la afición. Ahora bien, ¿qué precio tiene abandonar estos nervios crónicos?
¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿A qué se debe ese estado permanente de nervios, urgencias y ansiedad incluso en la victoria o el triunfo? Muy sencillo, bajo todo el barniz de millones, contratos y "esplendor" el cartón piedra sustituye a los cimientos.
El Madrid tiene una carencia abrumadora de trabajo interno, absurda para un club de su entidad. Hay que recordar que hasta hace muy pocos meses la entidad NO disponía de una residencia de jugadores. Tras más de 100 años de historia ¡en 2012 es cuando se inaugura! Esto da idea del enorme retraso que lleva el club en muchas materias, cuando precisamente, con cada vez más clubes extranjeros competitivos es necesario generar recursos deportivos propios más allá de fichajes millonarios.
Pero esto es solo un eslabón más de una cadena que no existe. Podemos seguir tirando y tirando, viendo cómo los intermediarios o representantes tienen secuestrado al club o los trapicheos que hay con los traspasos de la cantera. Vas sumando, vas sumando y al final te encuentras con un mastodente con pies de barro, anclado en el pasado y soñando con la resurrección de Di Stéfano.
Mientras el Madrid sea un club presidencialista, incapaz de funcionar por SÍ SOLO, más allá de entrenadores o presidentes, será incapaz de abordar el desafío de volver a ser club de referencia. Sin embargo, para lograrlo, tendrá que asumir de una vez por todas que NO LO ES y que para lograrlo necesita un trabajo ingente y muy probablemente sacrificios con repercusiones poco agradables.
¿Cuántos aficionados están dispuestos a estar 4 o 5 años sin ganar nada invirtiendo en un modelo más sólido? Muy pocos, y esta realidad, la de vivir "con lo puesto" es lo que tiene desquiciada a la afición. Ahora bien, ¿qué precio tiene abandonar estos nervios crónicos?