Tiene razón Guardiola. El Barcelona no ganará esta liga. Entre otras cosas porque no lo merece. Porque tiene enfrente a un enemigo colosal. Ese coloso, lo sabe Guardiola, se llama Real Madrid y supone un obstáculo mil veces mayor que la chorradita arbitral de turno.Un equipo que ha hecho de la necesidad de mejorarse cada partido una voluntad innegocible. Un equipo que, como bien sabe Guardiola, ganará esta liga porque se lo ha propuesto. Con una determinación envidiable. La misma que su equipo ha tenido las útlimas temporadas. La misma determinación de la que ha carecido este año en los momentos en los que el Madrid acechaba con la intención de reivindicar su pasado, su presente, y su futuro.
Esa es la gran cuestión. Lo del Madrid no es producto de un ciclo espontáneo. Es una llamada a su gloriosa leyenda. Es la irreprochable necesidad de aceptar cualquier cosa que no sea una rendición. Cualquier otro, en esta época de indiscutible hegemonía que el Barcelona ha impuesto con un fútbol envidiable, habría hecho de la derrota una consecuencia de su triste destino. El Madrid eligió otro camino. El de siempre. El camino hacia sus propias convicciones. Es la firme y poderosa obstinación por ser cada día mejor. El férreo y exclusivo empeño por agrandar su historia y superarse en aquello que el escudo le recuerda permanentemente. Eso es lo que hace de este Madrid un ejemplo de competitividad y de orgullo. De grandeza y lealtad consigo mismo. De excelencia.
Eso es lo que algunos se empeñan en negarle a este Madrid de Mourinho que no acepta trámites. Con o sin Mourinho, el Madrid ha decidido convertir este momento en un vertiginoso tránsito hacia lo inaudito. Es un Madrid decidido a vencer por aplastamiento. Por una especie de compromiso liquidador en el que hasta el ruido parece formar parte de la escena. Boom! Boom! Boom! ¡Demolición! Cualquier entrenador del mundo, cualquiera, haría un pacto con el diablo para que su equipo arrasara el campo rival esa manera. Velocidad, precisión..... y ¡aniquilamiento! Por eso tiene razón Guardiola. El Barça no ganará esta liga.