Descanse en paz...
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Gary Speed, encontrado muerto en su casa.
Shearer- Administrador
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Gary Speed, encontrado muerto en su casa.
Arshavin- Master of NBA
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Re: Gary Speed, encontrado muerto en su casa.
Pero se saben los motivos?? Yo lo he oido antes y me he quedado...
Estaba arruinado o algo asi?
Estaba arruinado o algo asi?
Cani1710- Campeón del mundo
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- Mensaje n°3
Re: Gary Speed, encontrado muerto en su casa.
Que descanse en paz.
P.D: Es gol de señor, pero el post esta mejor que el mio
P.D: Es gol de señor, pero el post esta mejor que el mio
Cani1710- Campeón del mundo
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- Mensaje n°4
Re: Gary Speed, encontrado muerto en su casa.
Gary Speed era galés, pero pasó toda su vida ligada a la Premier League, hasta el punto de que mantuvo el récord de partidos jugados en esa Liga (535) hasta que David James superó la marca. En su trayectoria compartió vestuario con muchos jugadores de distintas nacionalidades, entre ellos varios españoles como Iván Campo, Fernando Hierro o Mikel Alonso.
Iván Campo comenta ahora encuentros de la Liga BBVA en la Cadena Cope, donde dejó su versión:”Hoy ha sido un día muy malo para mí. Me he llevado un palo muy gordo cuando he conocido la noticia. Compartí vestuario con él durante cinco años en el Bolton y solo puedo decir que se trataba de un tipo sensacional y un gran compañero. No tenía constancia de que tuviese algún tipo de problema. Es mas, hace unos quince días estuvimos hablando por teléfono y me dio su nuevo número”.
Fernando Hierro coincidió con Gary una temporada en el Bolton. “Ambos estábamos en el final de nuestras carreras. Yo tenia 36 años y él 35. Era un zurdo espigado que se manejaba en el centro del campo muy bien. Era una roca. Y un profesional extraordinario. El jugador típico inglés, un gentleman. Muy buena gente”.
Iván Campo comenta ahora encuentros de la Liga BBVA en la Cadena Cope, donde dejó su versión:”Hoy ha sido un día muy malo para mí. Me he llevado un palo muy gordo cuando he conocido la noticia. Compartí vestuario con él durante cinco años en el Bolton y solo puedo decir que se trataba de un tipo sensacional y un gran compañero. No tenía constancia de que tuviese algún tipo de problema. Es mas, hace unos quince días estuvimos hablando por teléfono y me dio su nuevo número”.
Fernando Hierro coincidió con Gary una temporada en el Bolton. “Ambos estábamos en el final de nuestras carreras. Yo tenia 36 años y él 35. Era un zurdo espigado que se manejaba en el centro del campo muy bien. Era una roca. Y un profesional extraordinario. El jugador típico inglés, un gentleman. Muy buena gente”.
Cani1710- Campeón del mundo
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- Mensaje n°5
Re: Gary Speed, encontrado muerto en su casa.
Articulo de Segurola.
Hace dos semanas charlaba con Mikel Alonso sobre su renovada experiencia en el fútbol inglés, ahora en el Charlton Athletic, después de su paso por el Bolton Wanderers, uno de los primeros equipos británicos que vieron en los jugadores españoles algo más que el exotismo latino. Como siempre en las conversaciones de sobremesa, abundó el anecdotario. Aparecieron nombres de entrenadores y futbolistas, de los tiempos buenos, de los duros y de gente más o menos admirable. Fue una de esas noches donde el fútbol es un territorio amable, salpimentado por un toque de nostalgia, por recuerdos de otros tiempos, de cuando Mikel defendía la camiseta del Athletic juvenil, o de aquella breve experiencia en Bolton, que no es precisamente la Riviera francesa. Entre todos los nombres que surgieron, uno de ellos ocupó un buen rato de la charla. Se trataba de Gary Speed, el incombustible jugador gales que tantas buenas temporadas buenas ofreció en el Leeds United, Everton y Bolton, entre otros de los muchos equipos por los que pasó. A primera hora de la mañana de hoy, la policía ha confirmado el fallecimiento de Speed, a los 42 años de edad, en circunstancias no aclaradas.
“Era fortísimo”, comentó Mikel Alonso. A mí se me ocurrió que también tenía clase, un zurdo alto y elegante que se fue transformando como futbolista, hasta convertirse en una roca. Hasta que el portero David James batió su récord, nadie disputó más partidos (535) en la Premier League. Parecía invulnerable, aunque no fue ése el motivo de la referencia a Speed. Asocié su nombre a un gran equipo destinado irremediablemente al drama: el Leeds United. En su edad de oro, el Leeds fue tan bueno como el Liverpool, pero con mala fama y sin una Copa de Europa en la vitrina. La vandálica actuación de sus hinchas en la final frente al Bayern de Múnich, en 1975, contribuyó definitivamente a la pésima reputación del club, una pena porque durante 10 años el Leeds se distinguió por su perfecta combinación de jugadores británicos. Procedentes mayoritariamente de Escocia, pero también de Inglaterra, Gales y la República de Irlanda, sus nombres estarán siempre asociados a una época irrepetible.
Escoceses como Billy Bremner, Eddie y Frank Gray, Peter Lorimer y Joe Jordan, ingleses como Paul Madeley, Trevor Cherry, Alan Clarke y Jackie Charlton, galeses como Cliff Jones y Terry Yorath, irlandeses como el extraordinario Johnny Giles, aquella pequeña ONU británica fue una pesadilla en todos los sentidos para sus rivales. Jugaban a lo grande o utilizaban toda la letra menuda del fútbol para proclamar su autoridad. A ese equipo solo le quiso su ciudad, convertida al fútbol por Don Revie después de décadas de pasión por el rugby.
El Leeds, como la mayoría de los grandes equipos ingleses, atravesó por todo tipo de tribulaciones, con descensos a Segunda y bancarrotas. Es el camino que todavía recorre. Sin embargo, durante una temporada retomó su viejo esplendor. En 1992, contra pronóstico, ganó la Liga inglesa, la última antes de convertirse en Premiership. En aquel equipo jugaba Gary Speed. Había fichado con 19 años, procedente de Gales, y pronto se convirtió en figura. Era potente, más bien moroso en la conducción, pero con un buen tranco y un elogiable recorrido. Su remate de media distancia también era notable.
Speed no hacía honor a su apellido en la aceleración. En lo demás era una pieza destacada en un mediocampo que recordaba mucho por estatura y decisión al célebre Leeds de los años 60 y 70. Dos escoceses –el diminuto y pelirrojo Gordon Strachan, el enérgico Gary McAllister-, un inglés –David Batty, cuya fama de jugador sucio impidió apreciar sus cualidades de rápido pasador en corto- y el galés Speed fueron el espinazo de un equipo que saltó de bueno a muy bueno con el fichaje de Eric Cantona, el excéntrico francés que se había distinguido por su clase y por los problemas que generaba allí por donde pasaba. La influencia de Cantona fue grande en el Leeds y superlativa en el Manchester United, adonde llegó una temporada después. Aunque sólo jugó 15 partidos con el Leeds, la influencia de Cantona en el juego fue crucial en el éxito del equipo. Su mala relación con Howard Wilkinson, manager del equipo, y el buen ojo de Alex Ferguson hicieron el resto. Fue traspasado al Manchester United por 1,2 millones de libras. Cuando se habla de las mejores operaciones de fichaje en la historia del fútbol inglés, la de Cantona por el equipo de Old Trafford figura inevitablemente a la cabeza de todas. Para el Leeds fue un desastre. Con el dinero que recibió por el delantero francés, fichó a Brian Deane, condenado al anonimato en la memoria del fútbol inglés.
Gary Speed jugó 248 partidos con el Leeds y casi los mismos con el Newcastle, donde vivió buenos momentos junto a jugadores del prestigio de Shay Givens y Alan Shearer, uno de los goleadores más productivos en la historia del fútbol inglés. En esa época, Speed se había convertido en un mediocampista más puro, más defensivo y con menos velocidad. Era la roca de la que hablaba Mikel Alonso, con quien coincidió en el Bolton Wanderers, donde Speed llegó a alcanzar el puesto de jugador-entrenador después de la crisis que significó la destitución de Sam Allardyce en 2007. Todavía tuvo ambición y voluntad para fichar por el Sheffield United, equipo con el disputó su último partido. Le derrotó una lesión en la espalda. Contaba 39 años.
Leyenda del fútbol galés, Speed sucedió en diciembre de 2010 a John Toshack, otro mito en la costa occidental, como seleccionador, un trabajo difícil para un equipo con pocos recursos, a pesar del prestigio de gente como Ryan Giggs, Gareth Bale o el joven Aaron Ramsey. Con Speed al frente, País de Gales mejoró sensiblemente sus resultados y alcanzó por primera vez en mucho tiempo un puesto entre las 50 mejores selecciones en el ranking de la FIFA. Respetado como pocos por su profesionalidad, la carrera de Gary Speed se detuvo ayer.
Hace dos semanas charlaba con Mikel Alonso sobre su renovada experiencia en el fútbol inglés, ahora en el Charlton Athletic, después de su paso por el Bolton Wanderers, uno de los primeros equipos británicos que vieron en los jugadores españoles algo más que el exotismo latino. Como siempre en las conversaciones de sobremesa, abundó el anecdotario. Aparecieron nombres de entrenadores y futbolistas, de los tiempos buenos, de los duros y de gente más o menos admirable. Fue una de esas noches donde el fútbol es un territorio amable, salpimentado por un toque de nostalgia, por recuerdos de otros tiempos, de cuando Mikel defendía la camiseta del Athletic juvenil, o de aquella breve experiencia en Bolton, que no es precisamente la Riviera francesa. Entre todos los nombres que surgieron, uno de ellos ocupó un buen rato de la charla. Se trataba de Gary Speed, el incombustible jugador gales que tantas buenas temporadas buenas ofreció en el Leeds United, Everton y Bolton, entre otros de los muchos equipos por los que pasó. A primera hora de la mañana de hoy, la policía ha confirmado el fallecimiento de Speed, a los 42 años de edad, en circunstancias no aclaradas.
“Era fortísimo”, comentó Mikel Alonso. A mí se me ocurrió que también tenía clase, un zurdo alto y elegante que se fue transformando como futbolista, hasta convertirse en una roca. Hasta que el portero David James batió su récord, nadie disputó más partidos (535) en la Premier League. Parecía invulnerable, aunque no fue ése el motivo de la referencia a Speed. Asocié su nombre a un gran equipo destinado irremediablemente al drama: el Leeds United. En su edad de oro, el Leeds fue tan bueno como el Liverpool, pero con mala fama y sin una Copa de Europa en la vitrina. La vandálica actuación de sus hinchas en la final frente al Bayern de Múnich, en 1975, contribuyó definitivamente a la pésima reputación del club, una pena porque durante 10 años el Leeds se distinguió por su perfecta combinación de jugadores británicos. Procedentes mayoritariamente de Escocia, pero también de Inglaterra, Gales y la República de Irlanda, sus nombres estarán siempre asociados a una época irrepetible.
Escoceses como Billy Bremner, Eddie y Frank Gray, Peter Lorimer y Joe Jordan, ingleses como Paul Madeley, Trevor Cherry, Alan Clarke y Jackie Charlton, galeses como Cliff Jones y Terry Yorath, irlandeses como el extraordinario Johnny Giles, aquella pequeña ONU británica fue una pesadilla en todos los sentidos para sus rivales. Jugaban a lo grande o utilizaban toda la letra menuda del fútbol para proclamar su autoridad. A ese equipo solo le quiso su ciudad, convertida al fútbol por Don Revie después de décadas de pasión por el rugby.
El Leeds, como la mayoría de los grandes equipos ingleses, atravesó por todo tipo de tribulaciones, con descensos a Segunda y bancarrotas. Es el camino que todavía recorre. Sin embargo, durante una temporada retomó su viejo esplendor. En 1992, contra pronóstico, ganó la Liga inglesa, la última antes de convertirse en Premiership. En aquel equipo jugaba Gary Speed. Había fichado con 19 años, procedente de Gales, y pronto se convirtió en figura. Era potente, más bien moroso en la conducción, pero con un buen tranco y un elogiable recorrido. Su remate de media distancia también era notable.
Speed no hacía honor a su apellido en la aceleración. En lo demás era una pieza destacada en un mediocampo que recordaba mucho por estatura y decisión al célebre Leeds de los años 60 y 70. Dos escoceses –el diminuto y pelirrojo Gordon Strachan, el enérgico Gary McAllister-, un inglés –David Batty, cuya fama de jugador sucio impidió apreciar sus cualidades de rápido pasador en corto- y el galés Speed fueron el espinazo de un equipo que saltó de bueno a muy bueno con el fichaje de Eric Cantona, el excéntrico francés que se había distinguido por su clase y por los problemas que generaba allí por donde pasaba. La influencia de Cantona fue grande en el Leeds y superlativa en el Manchester United, adonde llegó una temporada después. Aunque sólo jugó 15 partidos con el Leeds, la influencia de Cantona en el juego fue crucial en el éxito del equipo. Su mala relación con Howard Wilkinson, manager del equipo, y el buen ojo de Alex Ferguson hicieron el resto. Fue traspasado al Manchester United por 1,2 millones de libras. Cuando se habla de las mejores operaciones de fichaje en la historia del fútbol inglés, la de Cantona por el equipo de Old Trafford figura inevitablemente a la cabeza de todas. Para el Leeds fue un desastre. Con el dinero que recibió por el delantero francés, fichó a Brian Deane, condenado al anonimato en la memoria del fútbol inglés.
Gary Speed jugó 248 partidos con el Leeds y casi los mismos con el Newcastle, donde vivió buenos momentos junto a jugadores del prestigio de Shay Givens y Alan Shearer, uno de los goleadores más productivos en la historia del fútbol inglés. En esa época, Speed se había convertido en un mediocampista más puro, más defensivo y con menos velocidad. Era la roca de la que hablaba Mikel Alonso, con quien coincidió en el Bolton Wanderers, donde Speed llegó a alcanzar el puesto de jugador-entrenador después de la crisis que significó la destitución de Sam Allardyce en 2007. Todavía tuvo ambición y voluntad para fichar por el Sheffield United, equipo con el disputó su último partido. Le derrotó una lesión en la espalda. Contaba 39 años.
Leyenda del fútbol galés, Speed sucedió en diciembre de 2010 a John Toshack, otro mito en la costa occidental, como seleccionador, un trabajo difícil para un equipo con pocos recursos, a pesar del prestigio de gente como Ryan Giggs, Gareth Bale o el joven Aaron Ramsey. Con Speed al frente, País de Gales mejoró sensiblemente sus resultados y alcanzó por primera vez en mucho tiempo un puesto entre las 50 mejores selecciones en el ranking de la FIFA. Respetado como pocos por su profesionalidad, la carrera de Gary Speed se detuvo ayer.