Quien sabe de lo que estaremos hablando dentro de unos meses, todo apunta a temporada mediocre-buena, que eso en el Real madrid es igual a mala. El mesonero no se va, ahi estaba al lado de Pablo Laso, Dr. Youtube tampoco, y vete a saber donde estaba ayer, quizás convenciendo a Tucker para renovarle, el hecho es que de Florentino Pérez, que 2 años ago (atrás), nos presentó pomposamente a Ettore Messina como uno de "sus" cracks futbolísticos, ayer ni rastro en la presentación de Laso.
Este artículo resume perfectamente el acontecimiento:
http://www.elmundo.es/blogs/deportes/pressing/2011/06/29/laso-el-buen-clandestino.html
Laso, el buen clandestino
Lo contrario de hablar no es escuchar. Lo contrario de hablar tampoco es callar. Lo contrario de hablar es esperar. Ese es un principio básico de la clandestinidad, bien aprendido por Pablo Laso, 'el Clandestino'. Clandestino por imposición del patrón, de un Real Madrid que convocó a la presentación del técnico sólo tres horas antes de producirse. Algo inaudito e injustificable; una maniobra para evitar que los aficionados críticos con los actuales gestores se movilizasen coincidiendo con la presentación del nuevo entrenador, como habían anunciado y como hicieron el martes, la fecha inicialmente prevista para la puesta del largo de Pablo Laso.
En esas coordenadas se enmarcaba la primera comparecencia de Laso, accidentada desde el mismo comienzo. Un tropiezo con el marco de la puerta de entrada estuvo a punto de tumbarle. Pero tropezarse no es igual que caerse, y Laso no se derrumbó, para afirmarse en ese papel de superviviente con el que lidiará durante muchas semanas, hasta que, sobre el parqué, se agrande o se empequeñezca su autoridad.
Laso tuvo la presentación más arisca que se le recuerda a un técnico (y fueron bastantes) en la última década. A su predecesor, Ettore Messina (Molin no cuenta), lo exhibió el propio Florentino Pérez en el palco de honor del Santiago Bernabéu. Laso, sin embargo, se aposentó en la sala de prensa, un lugar tan digno como convencional. De Florentino Pérez, ni rastro. El anfitrión de Laso fue Juan Carlos Sánchez, director de la sección, a quien 'Gigantes del basket' había dado por destituido cinco horas antes. De hecho, tenía cara de condenado, una imagen que reafirmó en una presentación exprés del huésped. En realidad, no hubo presentación. Se pasó directamente al turno de preguntas.
Juan Carlos Sánchez toreó tres buenas: 1. ¿Por qué esta premura en la convocatoria para la presentación del entrenador? La respuesta fue infame, mezclando viajes del representante de Laso con burocracias varias; es decir, trató de despejar y se dio con el balón. 2. ¿Le van a despedir? "Es un bulo". 3. ¿Cuál va a ser la reducción presupuestaria? "No la va a haber. Seguiremos estando entre el cinco y el séptimo presupuestos europeos". En las dos últimas cuestiones, creerle o no es una opción individual. El tiempo dirá.
No lo tuvo más fácil Laso. Se le preguntó, como bienvenida, si se sentía segundo plato, por eso de que el Madrid había valorado mil nombres junto al suyo y, sobre todo, porque se ha convertido en entrenador después de que el club no aceptase la opción de Repesa, el elegido por Juan Carlos Sánchez y su escudero, Alberto Herreros. El nuevo entrenador, en la línea apuntada, convirtió la debilidad en virtud. Dijo que, precisamente porque el Madrid había barajado muchas opciones antes o junto a la suya, ser finalmente el elegido le fortalecía. Pareció demostrarlo.
Cuando se le cuestionó por el rechazo popular que ha acompañado a su contratación, reorientó la cuestión a su favor: "Que la afición esté viva es bueno para el club". Ante la evidencia de su falta de experiencia en la élite, ensalzó: "Obradovic ganó la Copa de Europa en su primer, segundo y tercer año como entrenador". Sobre "las diferencias" con los técnico que fracasaron antes en el Madrid, bromeó: "Tengo menos pelo que alguno y más que algunos". Y cuestionado por el objetivo mínimo o máximo de su primer curso, envidó: "Prefiero hablar de máximos. Vamos a ganar o a intentar ganar todas las competiciones". Filosofía de conquista con plan de guerrillero, de clandestinidad. No habló de ninguna decisión inmediata. "Hay mucho tiempo hasta que empiece la competición", fue su resumen. Porque lo contrario de hablar es esperar y, de momento, le funciona.
Este artículo resume perfectamente el acontecimiento:
http://www.elmundo.es/blogs/deportes/pressing/2011/06/29/laso-el-buen-clandestino.html
Laso, el buen clandestino
Lo contrario de hablar no es escuchar. Lo contrario de hablar tampoco es callar. Lo contrario de hablar es esperar. Ese es un principio básico de la clandestinidad, bien aprendido por Pablo Laso, 'el Clandestino'. Clandestino por imposición del patrón, de un Real Madrid que convocó a la presentación del técnico sólo tres horas antes de producirse. Algo inaudito e injustificable; una maniobra para evitar que los aficionados críticos con los actuales gestores se movilizasen coincidiendo con la presentación del nuevo entrenador, como habían anunciado y como hicieron el martes, la fecha inicialmente prevista para la puesta del largo de Pablo Laso.
En esas coordenadas se enmarcaba la primera comparecencia de Laso, accidentada desde el mismo comienzo. Un tropiezo con el marco de la puerta de entrada estuvo a punto de tumbarle. Pero tropezarse no es igual que caerse, y Laso no se derrumbó, para afirmarse en ese papel de superviviente con el que lidiará durante muchas semanas, hasta que, sobre el parqué, se agrande o se empequeñezca su autoridad.
Laso tuvo la presentación más arisca que se le recuerda a un técnico (y fueron bastantes) en la última década. A su predecesor, Ettore Messina (Molin no cuenta), lo exhibió el propio Florentino Pérez en el palco de honor del Santiago Bernabéu. Laso, sin embargo, se aposentó en la sala de prensa, un lugar tan digno como convencional. De Florentino Pérez, ni rastro. El anfitrión de Laso fue Juan Carlos Sánchez, director de la sección, a quien 'Gigantes del basket' había dado por destituido cinco horas antes. De hecho, tenía cara de condenado, una imagen que reafirmó en una presentación exprés del huésped. En realidad, no hubo presentación. Se pasó directamente al turno de preguntas.
Juan Carlos Sánchez toreó tres buenas: 1. ¿Por qué esta premura en la convocatoria para la presentación del entrenador? La respuesta fue infame, mezclando viajes del representante de Laso con burocracias varias; es decir, trató de despejar y se dio con el balón. 2. ¿Le van a despedir? "Es un bulo". 3. ¿Cuál va a ser la reducción presupuestaria? "No la va a haber. Seguiremos estando entre el cinco y el séptimo presupuestos europeos". En las dos últimas cuestiones, creerle o no es una opción individual. El tiempo dirá.
No lo tuvo más fácil Laso. Se le preguntó, como bienvenida, si se sentía segundo plato, por eso de que el Madrid había valorado mil nombres junto al suyo y, sobre todo, porque se ha convertido en entrenador después de que el club no aceptase la opción de Repesa, el elegido por Juan Carlos Sánchez y su escudero, Alberto Herreros. El nuevo entrenador, en la línea apuntada, convirtió la debilidad en virtud. Dijo que, precisamente porque el Madrid había barajado muchas opciones antes o junto a la suya, ser finalmente el elegido le fortalecía. Pareció demostrarlo.
Cuando se le cuestionó por el rechazo popular que ha acompañado a su contratación, reorientó la cuestión a su favor: "Que la afición esté viva es bueno para el club". Ante la evidencia de su falta de experiencia en la élite, ensalzó: "Obradovic ganó la Copa de Europa en su primer, segundo y tercer año como entrenador". Sobre "las diferencias" con los técnico que fracasaron antes en el Madrid, bromeó: "Tengo menos pelo que alguno y más que algunos". Y cuestionado por el objetivo mínimo o máximo de su primer curso, envidó: "Prefiero hablar de máximos. Vamos a ganar o a intentar ganar todas las competiciones". Filosofía de conquista con plan de guerrillero, de clandestinidad. No habló de ninguna decisión inmediata. "Hay mucho tiempo hasta que empiece la competición", fue su resumen. Porque lo contrario de hablar es esperar y, de momento, le funciona.