El esperado regreso del Ajax
Esta Europa nuestra ha concentrado el potencial de su fútbol en unos pocos rincones. El nuevo orden aristocrático les parece aún insuficiente a algunos, que reivindican una Liga cerrada sólo reservada a los equipos gigantescos. Otros pensamos que hay que caminar en la dirección opuesta y abrir el torneo más importante de clubes a la enorme extensión del continente. Entre los países más perjudicados por el post-Bosmanismo y por la era Champions League, Holanda. El león no sólo se ha comido a los ratones: también ha convertido en ratones a los que fueron leones. Y a muy pocos les ha extrañado que el gran Ajax se haya pasado cuatro años sin comparecer en esta sociedad de elite. Afortunadamente, está de vuelta.
El gigante de Amsterdam reaparece en esta escena tan afín a su historia visitando templos, codeándose con aquellos caballeros que una vez fueron de su misma clase y que hoy lo han dejado atrás y lo observan con suficiencia. Empezará en el Bernabéu, pero pronto visitará también San Siro, donde murió su último intento de alcanzar las semifinales, en 2003, cuando Tomasson lo eliminó en el descuento, o donde también se evaporaron los sueños de la generación de Sneijder y Huntelaar en 2006, en la que fue su última participación en la fase final. Desde ese día, un continuo despropósito de derrotas ante enemigos menores. Primero en las rondas previas, en las que un autogol de Vermaelen ante el Copenaghen inició el destierro; en las que los desconocidos Vlcek y Vaniak se convirtieron en internacionales checos tras lograr la hazaña de impulsar al Slavia de Praga ante el poderoso Ajax. Después en la propia liga holandesa, en la que el Twente, por dos veces, le quitó la última plaza Champions. Y hasta el miércoles, fecha del esperado regreso tras superar con más miedo que placidez los caramelos envenenados que fueron las eliminatorias contra el PAOK y el Dinamo de Kiev -dos cruces, estoy de acuerdo con Mourinho, de enorme exigencia-.
Quizá por esta larga ausencia, quizá porque lleva años sin ganar su propia liga, quizá porque acabó por debajo de un rival que al público general le suena a equipo pequeño, la sensación predominante es que este Ajax no debería ser rival para el Real Madrid. Y más teniendo en cuenta que Luis Suárez, el crack indiscutible, se ausentará del duelo por sanción. Pierde desequilibrio y pegada el cuadro de Martin Jol sin su estrella, pero el subcampeón holandés presentará algunas virtudes que merecen ser destacadas. Especialmente, la elegancia con la que saca la pelota su línea defensiva. Lo he manifestado en más de una ocasión y lo escribiré ahora en este espacio cibernético: creo que la línea de cuatro de atrás del Ajax, cuando está formada por Van der Wiel, Alderweireld, Vertonghen y Emanuelson, es la que tiene mejor salida de balón del fútbol europeo. La que aglutina una mayor cantidad de zagueros que destacan especialmente en lo técnico. La clave es que los cuatro son virtuosos, y que no basta con tapar a tres y dejar libre a uno. De todas formas, Vertonghen no podrá estar tampoco en Madrid y es poco probable que Emanuelson forme de lateral izquierdo en el Bernabéu: se le espera más arriba, en la teórica posición de extremo. En ese caso, será Vurnon Anita el que complete el cuarteto. Un Vurnon Anita que, siendo menos brillante, no podemos olvidar que actuaba de media punta, de diez clásico, en la selección holandesa sub-17 que en 2005 fue subcampeona de Europa y semifinalista del Mundial. O sea, que la tradición se mantiene, que los conceptos de juego no han variado en Amsterdam pese a los pobres resultados del pasado reciente. Y que ésta es quizá la mejor generación del Ajax en muchos años, ya que además de promocionar a canteranos de enorme nivel, mantiene un dominio sobre el mercado local: en los dos últimos veranos se ha llevado a dos de las piezas claves del AZ campeón en 2009: el medio centro Demy De Zeeuw y el goleador Mounir El Hamdaoui, convertido en la gran amenaza para el Madrid al no estar Suárez.
¿Es entonces el Ajax un rival peligroso? Es técnicamente mejor conjunto que el Mallorca y que el Osasuna, enemigos que hasta ahora han logrado que el cuadro de Mourinho, aún en fase de iniciación, no desarrollara un fútbol a la altura de su potencial. Las dudas, evidentemente, se centran en su capacidad para competir al máximo nivel, para ser férreo, contundente. No es un equipo acostumbrado a defender a los mejores, precisamente porque lleva años sin estar en la elite. De hecho, no es un equipo ni acostumbrado a defender, porque casi siempre asume la iniciativa. En ese sentido, la entrada de Ooijer por Vertonghen le dará más oficio a una zaga a la que se acusa de ser excesivamente inocente. Pero aún así, el de Madrid será un examen estimulante para una generación prometedora. Y el partido apunta a ser un espectáculo.