Empiezo yo por una facilísima
Sobre las once, el número de pacientes de urgencias ya habia disminuido. Dio una vuelta para controlar el estado de los que acababan de entrar y luego se retiró a una habitación para intentar relajarse un rato. Tenía guardia hasta las seis de la mañana, pero aunque no entrara ninguna urgencia, él no solia dormir. Esa noche, sin embargo, los ojos se le cerraban solos.