http://www.marca.com/2009/11/18/futbol/equipos/real_madrid/1258554833.html"Me llamo Cristiano Ronaldo...". Estas cuatro palabras suponen el pistoletazo de salida al personalísimo relato que Cristiano Ronaldo hace de su vida en el libro. A lo largo de casi 200 páginas, el futbolista portugués se desnuda interiormente con confesiones que muestran su lado más humano. CR9 va recordando sus sueños de niño, su vida familiar, sus pasiones, sus primeros pasos en el mundo futbolístico, su consagración como estrella...
La lectura del libro, en el que el portugués ha contado con la colaboración de Manuela Brandao, ofrece a los aficionados un completísimo dibujo interior de Cristiano. Él es consciente de lo que su figura supone. Y lo dice de entrada: “Me llamo Cristiano Ronaldo y sé que este nombre significa mucho para todos los amantes del fútbol”. Con este libro le conoceremos mejor.
"Siento esa necesidad de hacer felices a los demás"
"Siento esa necesidad de hacer felices a los demás, ya sea firmando autógrafos, regalando fotos o siendo amable”. Cristiano Ronaldo expone en un pasaje de su libro autobiográfico su vocación de contentar a quien se dirige a él. Una actitud enormemente profesional que le ha granjeado aún más cariño entre los aficionados que el que ya de por sí provoca por su fútbol.
Cristiano confiesa también una de sus actividades más loables y menos conocidas: la de atender personalmente todas las cartas y mensajes que recibe, que son cientos. El jugador dedica una de sus tardes a responder a todas las peticiones que le llegan desde todos los rincones del mundo.Su truco para firmar autógrafos
Otra de las confesiones que realiza a lo largo del revelador Momentos, es su predisposición a firmar siempre los autógrafos que le piden. “Cuando tengo tiempo nunca me niego a firmar [...] aunque tengo un truco. Si estoy rodeado de mucha gente utilizo mis iniciales y si el número de peticiones es menor utilizo mi firma habitual”. Y reconoce que los que más le preocupan son los niños enfermos: “¡Qué injusta es la vida con ellos!”, lamenta.
Uno de los secretos mejor guardados de la vida de Cristiano Ronaldo es que estuvo a punto de cambiar las botas por la pala de ping pong, uno de sus deportes favoritos. Dicen que le pegaba a la pelotita blanca igual de bien que le pega al balón.
Así lo describe CR9 en su autobiografía Momentos, que mañana saldrá a la venta: “Después del fútbol, el ping pong es mi deporte favorito. Me encanta ver partidos profesionales y me gusta mucho jugar. Empecé a sentir fascinación por el tenis de mesa desde pequeño porque es un deporte muy popular en Madeira, donde hay varios clubes competitivos a nivel nacional, como el São Roque, Estreito o Cãmara de Lobos. Empecé a jugar de niño en mi barrio y en el colegio”.
Esa afición infantil se convirtió casi en un vicio cuando Cristiano abandonó Madeira para formar parte de las categorías inferiores del Sporting de Lisboa. “Cuando me fui a vivir a la escuela del Sporting —relata Cristiano— seguí jugando al ping pong. Había bastantes mesas en la zona común de todos los deportistas y allí pasaba buenos ratos con mis compañeros. Un día el entrenador del equipo de ping pong del Sporting me dijo: ‘Te he visto jugar y creo que puedes llegar a ser un buen jugador de tenis de mesa. ¿Quieres entrar en el equipo?’. ‘No, no, gracias —le respondí sin dudar—. Yo quiero ser futbolista. El ping pong es un entretenimiento, una afición, no un deporte en el que quiera ser profesional’, le contesté”.
Sin embargo, el insistente entrenador no se dio por vencido y volvió a la carga. Según cuenta Cristiano en su autobiografía, “aquella vez no le convencí, así que intentó persuadirme una y otra vez. Yo siempre le decía que no y, finalmente, se rindió. El fútbol era mi pasión”.
Los hechos parecen haber dado la razón a Cristiano en su elección, pero él siente que podría haber llegado lejos en el tenis de mesa: “No sé si el ping pong ha perdido a un buen jugador, pero sé que incluso hoy disfruto jugando. Juego con la derecha, con la izquierda... Sin ser fanfarrón, creo que lo hago bastante bien. Incluso los que piensan que tienen alguna posibilidad acaban rindiéndose ante la evidencia”.
Si Cristiano tiene debilidad por alguien en el mundo es por su madre, Dolores Aveiro. En su autobiografía sus palabras hacia ella destilan amor verdadero: “Mi madre, ¡en fin!, es mi madre y tenemos una relación muy especial. Siempre he sido su niño pequeño e incluso hoy me trata como si fuera un bebé”.
Cristiano le está agradecido: “Por todo lo que me ha enseñado, por su preocupación constante por protegerme, por el apoyo que me ha dado siempre... Nunca me ha abandonado
”. El crack portugués recuerda la primera vez que se separó de ella. “Fue cuando ingresé en la escuela del Sporting —relata—. Por circunstancias de la vida, mi madre sólo podía venir a Lisboa tres veces al año, pero siempre me cogía de la mano, y más que eso, me cogía en sus brazos. Me daba apoyo y mucha fuerza”.
Además, Ronaldo valora sobre todo la relación de confianza que tiene con su madre.“También es una amiga a quien recurro —escribe— para pedirle opinión respecto a casi todo. Yo la escucho, porque considero que ella es la persona adecuada para aconsejarme y para decirme qué debo y qué no debo hacer en mi vida. Mi mayor deseo es que goce de buena salud y que sea feliz. Porque adoro a mi madre”.