Leo Messi nació profesionalmente pegado a la banda. Memorable fue su meneo bautismal en un Gamper contra la Juventus, regateando todo lo que se le puso delante, con Fabio Capello pellizcándose en el banquillo visitante del Camp Nou. Corría el año 2005. Estaba claro que la demarcación ideal para un driblador de ese calibre era la de extremo y así lo entendió Frank Rijkaard, que le subió con mano maestra en sus primeros años buscando el desequilibrio partiendo desde la banda. Es verdad que Rijkaard lo colocó en el centro del ataque en algún partido, por ejemplo en San Mamés en el año 2008, pero se trató de experimentos puntuales sin continuidad.
Fue en la temporada siguiente, con Pep Guardiola de entrenador y Tito Vilanova de mano derecha, cuando la historia de Messi y la del Barcelona cambiaron después de una meditada modificación táctica. Todo nació de una charla futbolera entre Carles Rexach y Tito Vilanova, ambos amigos íntimos. Charly le comentó si no se les había pasado por la cabeza la posibilidad de probar un día con Messi en el eje del ataque. Vilanova le contestó al principio que eso suponía desplazar a Samuel Eto'o al extremo, a priori un mal negocio, pero dándole vueltas a la idea llegaron a la conclusión de que el camerunés podía moverse entre el central y el lateral, no pegado a la cal como un extremo al uso.
Vilanova empezó a verle más ventajas que inconvenientes a la propuesta, se convenció de su idoneidad y decidió explicársela a Pep Guardiola ayudándose de una pizarra. El de Santpedor no lo vio claro en un principio pero, con el paso del tiempo, ante la insistencia de Tito y viendo el tremendo potencial de Messi, llegó a un acuerdo con Vilanova: probarlo contra el Real Madrid.
(.....) El resto no lo pongo que es historia.
A ver si con el tiempo se le da a Tito la importancia que merece por parte de todos, lastima que haya tenido tan mala suerte.
Y tambien el papel de Charly en todo esto, al final va a ser nuestro mayor benefactor. Entre la servilleta de Messi y esto...