"a Bale le iba grande, muy grande, su titularidad en Barcelona. Y más con el calzador de ariete, cuando es un velocista. Cuesta creer que en ese puesto pase por delante de Benzema o Morata. Ancelotti le metió con fórceps, sin que el galés hubiera hecho méritos para ello y sin que tampoco su físico estuviera para una tarde de tronío. Lo mismo dio, en Barcelona el chico no dejó ni migas[/b].Caduki escribió:http://deportes.elpais.com/deportes/2013/10/26/actualidad/1382807209_443594.html
El fútbol no congenia bien con el politiqueo, por más que Carlo Ancelotti haya hecho carrera como entrenador bajo más de un yugo del poder. Llegó la hora del viaje al Camp Nou y el técnico italiano ya no disimuló: Ramos fue su Pepe, un mourinhismo, una concesión a su tiritona, y Bale, su guiño a la institución. Doble fracaso, triple si se suma el del propio Ancelotti, que no metió al Real Madrid en el partido hasta que se corrigió, lo que le dejó en evidencia. Podrá tirar de alguna coartada —un más que posible penalti a Cristiano—, pero nadie salió peor parado del clásico que Ancelotti. Él, solo él, a partir de una alineación de cortesías varias, condicionó el desatino de su equipo en el primer tiempo, donde no jugó nada, irreconocible, desnaturalizado, sin brújula, sin ruta. No es que Ancelotti hubiera concretado alguna idea, sino que pegó un volantazo tal que el Madrid de repente se vio en Marte sin quererlo, sin que se sepa en qué cree o no cree su míster.
Si a Ramos no le iba la repentina mutación como mediocentro, a Bale le iba grande, muy grande, su titularidad en Barcelona. Y más con el calzador de ariete, cuando es un velocista. Cuesta creer que en ese puesto pase por delante de Benzema o Morata. Ancelotti le metió con fórceps, sin que el galés hubiera hecho méritos para ello y sin que tampoco su físico estuviera para una tarde de tronío. Lo mismo dio, en Barcelona el chico no dejó ni migas.
Después de querer jugar en muchos tableros, Ancelotti rectificó y el Madrid mejoró de forma notable con cada rectificación. Illarramendi, Benzema y Jesé rescataron a su equipo, que fue otro, que se ganó como poco el empate. Era tarde, detalles al margen, se había entregado desde la alineación. Eso sí, al italiano, acierte o no, hay que reconocerle su sosiego, temple en el análisis posterior, sin estridencias, sin desplantes ni victimismos, sin rajadas incendiarias. Un ventilador para la nueva serie de clásicos de estos tiempos. Su colega Martino tampoco es de los que atizan la hoguera, es futbolero.
Después de querer jugar en muchos tableros, Ancelotti rectificó y el Madrid mejoró de forma notable con cada rectificación. Illarramendi, Benzema y Jesé rescataron a su equipo, que fue otro, que se ganó como poco el empate."
Imposible decirlo mejor ni más claro.