Jesé Rodríguez tiene todas las cualidades para ser uno de esos chicos elegidos para triunfar en la élite. Perspicaz, osado, grandilocuente y tenaz, ese es Jesé, un joven jugador canario que arribó a la cantera del Real Madrid para batir todos los records anotadores habidos y por haber, llegado para ser la referencia del futuro blanco su salto al primer equipo está cada vez más cerca.
Muchos han calificado su carrera de meteórica en la cantera madridista. Siempre jugando por encima de su categoría, parece que ha llegado el día para que Jesé dé un paso más y deje de un lado el filial para convertirse en jugador de la primera plantilla blanca. A tenor de las noticias, parece que el joven extremo tiene el visto bueno del futuro entrenador blanco, Carlo Ancelotti, para jugar con sus mayores. A sus 20 años, la estrella que guía a Jesé es cada vez más grande y la Liga Adelante se le ha quedado pequeña. Segundo máximo artillero esta pasada campaña en la categoría de plata del fútbol español, en el Mundial Sub-20 ya ha dejado su sello con dos tantos en el debut de España frente a Estados Unidos. Pero no es oro todo lo que reluce alrededor de Jesé, su juventud le lleva a veces a tomar el camino equivocado, algo que juega en su contra y que deberá corregir si quiere triunfar.
A sus 16 años, y jugando con el Juvenil del Real Madrid, en un derbi contra el Atlético una decisión del árbitro no fue bien correspondida por Jesé, que arremetió contra este de la peor manera posible, arreándole un cabezazo, algo que le costó 15 partidos de sanción. En el club está actitud no gustó nada, le dieron un toque de atención, y él se mostró arrepentido, como ha confesado en varias entrevistas a posteriori, intentando borrar ese mal recuerdo de su mente: “Eso es pasado y la misma palabra lo dice, ya pasó. Está olvidado y yo el primero. Y de las experiencias se aprenden”, argumentaba el canario en un chat con los usuarios del periódico La Provincia en 2010. Pero parece que las palabras se las lleva el viento, ya que tras ese incidente han venido más, y ninguna ajeno a la polémica. Apartado tras su percance en las categorías inferiores del Real Madrid de la selección, Julen Lopetegui le rescató para la causa en 2011. La Copa del Atlántico era una gran oportunidad para ver a una de las perlas del futuro de La Roja, pero Jesé se volvió a perder. En el último partido del campeonato ante México, el madridista propinó un feo golpe a un contrario en el pecho, desatando un tangana que deslució por completo el encuentro. La sombra del error volvía a escurecer la luz que desprende la magia del extremo blanco. Como si del Dr. Jekyll y Mr. Hyde se tratará, Jesé mostraba lo mejor y lo peor de una tacada.
El último incidente en el que se ha visto envuelto el futbolista blanco ha sido esta pasada temporada, en el partido de Liga Adelante contra el Sporting de Gijón disputado en el Estadio Alfredo Di Stéfano. El canterano perdió nuevamente la compostura propinándole una patada a destiempo al zaguero francés Gregory, acción que si de por sí ya era muy fea Jesé decidió acompañar con un escupitajo a otro jugador rival. Un nuevo incidente que dejó en evidencia al talentoso jugador blanco. Una falta de madurez endémica que juega en su contra.
En los últimos días Jesé ha vuelto a estar de rabiosa actualidad. Su magia con el balón en los pies es indiscutible. Puro talento. Junto a Deulofeu, ha demostrado que España tiene en la cantera a dos jugadores únicos, de esos que marcan la diferencia con un solo destello de calidad. Él lo tiene. A sus 20 años está capacitado para conseguir lo que se proponga, pero con cabeza, esa que por momentos ha perdido y que le puede llevar por el mal camino sino consigue enderezarla. En su mano está el triunfar o el perderse por el camino.