Todo comenzó al terminar la rueda de prensa de José Mourinho. El técnico blanco abandonó con normalidad la sala de prensa del Bernabéu acompañado de su cuerpo técnico, que estuvo presente al completo durante la intervención del entrenador portugués. Sin embargo, muy pocos se percataron que Silvino Louro continuaba sentado en su silla mientras los periodistas recogían y comentaban las palabras de Mourinho.
El preparador de porteros abandonó instantes después la sala por el mismo lugar que lo habían hecho sus compañeros. No cruzó ninguna palabra con ninguno de los asistentes, simplemente se limitó a observar y callar. A los pocos minutos, un trabajador del Real Madrid se acercó a Antón Meana, periodista de Radio Marca que estaba grabando un corte para Marca TV. El trabajador del club blanco le preguntó si podía ir un momento que querían hablar unas cosas, a lo que Meana contestó afirmativamente sin poner ningún tipo de problemas.
Fuera de la sala de prensa estaban esperando José Mourinho, la mayoría de su cuerpo técnico y varios trabajadores más del Real Madrid. No fueron a ningún cuarto oscuro -tal y como afirmaron ayer algunos periodistas en las redes sociales-, ni a ningún despacho. Toda la conversación tuvo lugar tras la puerta de salida de la sala de prensa que comunica con el camino al campo. Por tanto, ni se arrinconó, ni se secuestró a nadie contra su voluntad.
Al principio no hubo gritos, la conversación tuvo un tono normal que hacía imposible a los presentes en la sala de prensa -muchos periodistas ya la habían abandonado- enterarse de lo que ocurría tras la puerta. Esto causó confusión e incluso muchos informaron ayer de que solo se encontraban Mourinho y Silvino Louro en esa conversación, cuando la verdad es que había muchas más personas presentes. Algo debió escuchar el entrenador del Real Madrid que le molestó en exceso, ya que a partir de ahí recrimaría en voz alta diversas actitudes al periodista de Radio Marca.
Mourinho le espetó que "no todo vale para conseguir más audiencia" y que "había límites que no se podían pasar". En ningún momento se escucharon amenazas ni insultos de parte de ninguno de los trabajadores del Real Madrid -incluyendo Mourinho y Louro- hacia el periodista. Lo que si hubo fueron voces a partir de algún comentario que ofendió profundamente al de Setúbal. De lo que se pudo oír, en ningún momento se pidió nombre de fuentes o cosas parecidas. Lo que si se escuchó al entrenador madridista es pedir que se trabaje con más profesionalidad y rigurosidad.
El técnico luso dejó claro que a él no le molestan las críticas y afirmó tajantemente: "Si quieres decir que soy un entrenador de mierda, pues dices que soy un entrenador de mierda pero no mientas". Curiosamente, otra frase que nadie ha querido sacar a la luz hasta este momento. Se ve que alguna información publicada o quizás que se va a publicar, carecían de toda ética desde el punto de vista de Mourinho.
La conversación continuó en un tono más tranquilo, no sin antes que el entrenador del Real Madrid acusara con vehemencia a Meana: "Utilizáis cualquier cosa para vender y tener más audiencia, cosas que a mí me dan vergüenza".
Del resto de lo sucedido solo los presentes pueden dar su versión, ya que nadie más escuchó nada. Solo se pudo oír alguna palabra suelta de Mourinho, una de ellas fue "espías", palabra que utilizó en alguna que otra frase.
Está claro que esta situación es el cúmulo de los muchos ataques que ha sufrido Mourinho a lo largo del tiempo. Solo hay que revisar la pregunta que hizo Meana al luso en la rueda de prensa posterior al partido entre el Celta y el Real Madrid y la respuesta del técnico. Precisamente, esa contestación también fue una de las frases que se pudo escuchar ayer: "Tus valoraciones y opiniones siempre van en una dirección de forma interesada".
Antón Meana en vez de utilizar los micrófonos de Radio Marca para dar su versión de lo ocurrido ayer por la tarde, ha esperado al día siguiente para hacerlo a página completa en el diario Marca. Al final, se demuestra que Mourinho tiene razón y que cualquier cosa se utiliza como reclamo para aumentar las ventas.
Peor aún son aquellos estómagos agradecidos que sin estar presentes, sin saber nada de lo ocurrido, hablaron de "amenazas" y "cuartos oscuros", con el único objetivo de que les llamen para la próxima tertulia, en busca de aumentar sus cuentas corrientes unos cientos de euros más. Horas después, borraron sus tuits al verle las orejas al lobo y al haber ya cumplido con su ración de peloteo diario.
Es la época del todo vale, en la que los periodistas deportivos se han convertido en los protagonistas de la noticia, una conversación entre varias personas pasa a ser un acto "mafioso". Curiosamente, muchos de los que lo califican de esta forma, son los mismos que se reunían alrededor de una mesa para poner y quitar entrenadores del Real Madrid no hace muchos años atrás.
No está de más para terminar, recordar una frase que dijo ayer el presidente del Real Madrid en el acto de entrega de insignias: "Nunca dejaréis que nadie traspase la línea de ser dueños de nuestro destino".