http://www.ecosdelbalon.com/2012/10/analisis-tactica-real-madrid-barcelona/
No se si conociais esta página, yo no.
La verdad es que daban favorito al Real Madrid, si tenemos en cuenta los 5 últimos partidos entre ambos, desde la vuelta de la copa del rey, el Real Madrid ha sido globalmente superior, aunque los resultados son 2 victorias, 2 empates y 1 derrota.
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El enfrentamiento entre FC Barcelona y Real Madrid es un ser vivo. Crece, madura, cambia. Sin rastro de envejecimiento todavía, afortunadamente. Lo de anoche volvió a dejarnos detalles nuevos, técnicos, tácticos y emocionales; escribió páginas líricas que algún día transmitirán parte de lo que hoy vivimos y dejó una doble consecuencia muy agradable. La primera es que los dos equipos sacaron una lectura positiva. El Madrid, presionado por el -8, se sintió superior y eludió perder más de media Liga en el estadio más difícil del mundo, ante Leo Messi y su generación. El FC Barcelona conserva su tesoro a pesar de jugar sin sus centrales titulares, y fue el equipo que terminó atacando, que siempre es importante. El mundo puede debatir a su alrededor, y seguro que hubo uno que ganó más, o que perdió menos, pero el Clásico no frenará el crecimiento de ninguna de las escuadras, y ésa es una noticia fantástica. Por otro lado, el servicio al campeonato fue perfecto, impoluto. Ver a los dos clubes más relevantes del momento, a los dos equipos más potentes del ahora, hermanados en pos de relanzar nuestro producto debería servir de acicate para mejorar una imagen internacional que no está a la altura del fútbol que aquí se practica.
Para entender lo que sucedió sobre la pradera hay que partir de una premisa que supone un antes y un después en la rivalidad: es el Real Madrid, tras cuatro años, el que se matiza a sí mismo; y el Barcelona, el que cambia. Es algo que afecta a la táctica y a la técnica, pero más que eso a la forma de afrontar el partido. La prueba inequívoca reside en el 0-1, una obra de arte que contiene movimientos de pura autoestima, como hasta cinco primeros toques (uno de ellos de Khedira), dos cambios de orientación y un taconazo de Marcelo, lateral izquierdo, en el pico derecho del área azulgrana. Cinco blancos ocupaban ésta en ese momento, por cierto. El equipo de Mourinho se priva de muy pocas cosas. De hecho, ni siquiera se priva de sus dibujos más típicos. Por ejemplo, Özil no bajó en fase defensiva, como en el último mayo. Mantuvo el 4-2-3-1 de siempre para, tras robo, poder dar lo mejor de sí. El Barça, por su parte, se salta rutinas y modifica sistemas. Víctor Valdés no saca en corto, saca en largo; y el 4-2-2-2 habitual dio paso a un 4-2-3-1 (el uno fue Pedro abierto sobre la derecha) que buscó un mayor control dentro del aceptado ritmo alto. Tito, el hombre de los Pedro y Tello abiertos a lo Ajax 95´, sacrificaba un extremo por primera vez. Lo bravucones mueren pronto. Vilanova vivirá mucho.
La fase más presente volvió a ser el ataque posicional azulgrana, ahí no hubo sorpresas. Y como hemos dicho, quien más mutó fue el Barça, que cedió a Jordi Alba toda la banda izquierda. A cambio ganaba una referencia interior más en la línea de Messi, ayer ocupada por el propio Leo, Cesc e Iniesta. Dos intenciones había tras la decisión. Para empezar, tener una línea de pase más que garantizase continuidad y seguridad en la posesión, con el ánimo de mejorar la calidad de la pérdida y así reducir en número las transiciones merengues. Para terminar, era una trampa a Ramos y Pepe; una invitación a que salieran a por el que dejara libre el doble pivote y así librar a Messi de su atención exclusiva. No estaba mal tirada, pero Mourinho fue mejor que Vilanova esta vez, y deshizo todo el plan a partir de la posición de Álvaro Arbeloa, clave táctica del encuentro. El lateral derecho del Madrid no tuvo comportamiento de lateral, sino de interior defensivo; abandonó el costado cuando Cesc/Iniesta hicieron lo propio y les acompañó por toda la horizontal (imagen de la izquierda), para evitar que Alonso y Khedira sufrieran inferioridad numérica ante ellos y Xavi, los tres hombres bajo su custodia. Arbeloa se ha convertido en un futbolista excelente, su brillante lectura ayudó a los suyos a obtener la ventaja posicional deseada. Una ventaja ambiciosa, aunque nunca basada en la presión. El Madrid metió hasta el doble pivote de su 4-2-3-1 en campo contrario (imagen de la derecha), pero rara vez corrió tras el balón con el afán de robarlo de un pie culé. Para muestra, un botón: 11 fueron las faltas cometidas por el Barcelona en la primera mitad, por 7 del Real Madrid. La presión no fue argumento blanco ayer. Un bloque defensivo altísimo, sí.
Evidentemente, eso conllevaba riesgos. A Mourinho, pese a ser más bien conservador, ya no le pesan; pues interpreta, con acierto, que sus futbolistas son mejores que los de Vilanova en espacios abiertos. Acepta lances como el capturado en la imagen de la izquierda, nada menos que un Messi recibiendo libre con 5 para 4 a su favor, porque Khedira, Alonso, Pepe, Ramos, Marcelo y Arbeloa los maniatan con más frecuencia que la zaga culé, con o sin bajas. Que su apuesta fue correcta queda patente al recapitular que la primera ocasión en juego del Barça en el partido de ayer llegó en el minuto 87. Eso en un partido rápido, en el Camp Nou, contra Messi. El Real Madrid es un equipo absolutamente extraordinario. Abajo y arriba. Arriba Cristiano dejó el sello de su grandeza, pero de cara al análisis los más interesantes fueron Benzema y, sobre todo, Özil. Sirven al Barcelona su propia medicina, no perderla bajo ningún concepto, y la indigestión es total. Mientras que Di María acorta sin amagos la vida de las jugadas y reduce todo a un reto físico y técnico -ideal para Sergio Busquets y su escuadrón-, Karim y Mesut pisan el balón, lo protegen, piensan, atraen y escogen. Influyen en los Clásicos tanto como Iniesta, Pepe o Ramos. Más que todos los demás, sin contar a los dos miembros del TOP 10 de la historia de este bendito deporte.
En el fútbol la suerte tiene un valor incalculable, y en este inicio de temporada está del lado del Barça. Por cuestiones inexplicables, al minuto 30 llegó vivo y, tras tres rebotes y un error de Pepe, se metió de lleno en el partido. Aprovechó entonces el subidón anímico para hacer cosas interesantes, especialmente a partir de Pedro y Jordi Alba. El extremo canario, a quien Marcelo no robó la pelota en ninguno de los tres duelos que mantuvieron pero cuya productividad directa no fue destacable, abrió el campo pegado hasta donde el Real sólo lleva a un jugador, consiguiendo hacer lo que en el centro era inviable: juntar al equipo arriba. En el otro lado, Jordi Alba, a quien Di María perseguía porque recordemos que Arbeloa no estaba allí, hizo lo mismo. El número de ocasiones del Barcelona en ese tramo de 15 minutos fue 0, pero también el del Madrid, que en los primeros 30 había acumulado hasta 4 claras. Busquets fue el gran artífice del cambio, gracias a su gran calidad defendiendo “hacia delante”. En campo propio, con Özil no puede. No logra descifrarlo. En campo rival es el mejor mediocentro del mundo, y ayer, por momentos, marcó la diferencia en base a ello (imagen de la izquierda e imagen de la derecha). Para su desgracia, los azulgranas tienen también a su propio Di María, en este caso encarnado en la figura de Cesc, que por su impaciencia hizo al Barça perder un par de ataques posicionales que hubieran reforzado su confianza antes de irse al descanso.
La segunda parte estuvo marcada por un aflojamiento en las marcas por parte de los dos equipos. Salieron con ganas de mandar un mensaje, aparecieron más espacios y así se quedó hasta el final. El primero que lo aprovechó fue el Real, que a partir de Özil lideró el choque hasta el 2-1, tanto impresionante. Messi, a quien el Madrid contuvo sin grandes sacrificios y que apenas tuvo peso emocional negativo en su rival, había dado la vuelta al 0-1 sin tener una sola ocasión de gol. En hora la última genialidad de Leo coincidió con tres hechos que transformarían el escenario final del partido: la lesión de Cristiano Ronaldo, la entrada al campo de Alexis y la salida de Benzema. El Real sin el arrastre de Ronaldo (¿no es extraordinariamente bella esta imagen?) perdió profundidad y, por lo tanto, salida; y Alexis limpió al pesado de Arbeloa del medio. Iniesta y Messi encaraban a Khedira y Alonso tras 60 minutos de desgaste y con más metros que cubrir para cada uno. El repertorio técnico de ambos magos recordó al Real que el Barcelona sigue siendo un equipazo de recursos únicos, y la balanza anímica fue inclinándose sobre Casillas poco a poco, hasta unos cinco minutos de clausura en los que el Real sufrió de verdad, y en los que el Barcelona tuvo sus 2 ocasiones en juego del partido, en botas de Montoya -Alves, ojo- y Pedrito. Como último detalle que es mucho más que eso, comprueben en la imagen de la izquierda cómo anota el Real el 2-2. Sí, doble falso 9
La mayor necesidad de puntos del Madrid, la superioridad exhibida en el primer tiempo y las bajas de Puyol y Piqué -o mejor dicho, la presencia de Mascherano y Adriano en el once titular de Vilanova- impulsan a reflexionar sobre los últimos minutos del encuentro, sobre un teórico conformismo blanco o similar. Es una lectura interesante, pero también un ejercicio de infravaloración hacia el Barcelona y el Clásico en sí. Hay que archivar una certeza: tener más no es tener a favor la diferencia que saboreó el Barça sobre el Real en sus momentos más dulces. El FC Barcelona de Guardiola es el mejor equipo de los últimos 50 años de balompié, y usar sus logros y sus realidades como referencias nubla el juicio. El actual líder de la Liga sufre el desengaño de comprobar que ya no está por encima, pero el Madrid no puede ni desprenderse de sus recuerdos ni ignorar que, si es mejor que su oponente, no es por tanto, y que ni mucho menos se trataría de una circunstancia irreversible. Esta rivalidad está condenada a la igualdad, a las pequeñas distancias. Siquiera sea porque, como dijimos en el último análisis, ni Cristiano Ronaldo ni Leo Messi van a perder siempre. Aunque puede ser que Tito Vilanova deba invertir la tranquilidad de los 8 puntos de ventaja en construir un sistema diferente. El 4-2-2-2, incluso maquillado como ayer, ya ha cumplido con su labor, pero no parece tener mucho más vuelo. Empieza una nueva etapa.
La verdad es que daban favorito al Real Madrid, si tenemos en cuenta los 5 últimos partidos entre ambos, desde la vuelta de la copa del rey, el Real Madrid ha sido globalmente superior, aunque los resultados son 2 victorias, 2 empates y 1 derrota.