por Tritranquil Miér Sep 26, 2012 10:04 pm
Explicó la nueva seleccionadora, Esther Jaumà, que un día antes de su presentación se reunió con las deportistas y se encontró el río revuelto: “Están hartas. Tienen ganas de que esto termine”. Efectivamente, el hastío dominaba el rostro de Andrea Fuentes, capitana del equipo, que buscó acomodo para todas sus compañeras en la primera fila de la sala. Al término de la presentación del nuevo equipo técnico, motivo de la convocatoria, y de la posterior conferencia de prensa, en la que se habló, y mucho, de los métodos de Anna Tarrés, Fuentes tomó la palabra.
Lo que no había hecho Fernando Carpena, hablar claro, lo hicieron las nadadoras. “Estamos muy orgullosas de las medallas que hemos ganado con el corazón y no con un hacha en la cabeza. Ha habido acusaciones graves que atacan a nuestra dignidad como deportistas. No queremos que nuestras medallas se manchen”, dijo, enérgica. Y puntualizó que la mayoría de las abajofirmantes de la carta de denuncia “ni ha estado en la selección ni ha conocido a Anna”.
Pero no terminó ahí: “Deberíamos estar celebrando lo que hemos conseguido y no estar de duelo como parece. No queremos que se nos tilde de ovejas que han sufrido bajo la tutela de un dictador. Nosotras hemos ido a entrenarnos voluntariamente y, como cualquier deportista de élite, hemos pasado momentos duros y otros increíblemente geniales. Sabíamos que para ganar una medalla había que llegar a ciertos puntos y lo hemos hecho orgullosísimas. Ha sido duro y lo seguirá siendo. Con nuestro consentimiento, no con maltratadores empujándonos al vacío”.
Todas sus compañeras la rodeaban y asentían mientras Fuentes, seria, afectada, hablaba. Y a su exposición se apuntó Thais Henríquez, canaria, que desmintió haber sido maltratada por no ser catalana o no entender la lengua como afirmaba una de las denunciantes. “Anna hablaba catalán y yo tuve que hacer un esfuerzo y aprenderlo, pero no pasa nada. Me siento orgullosa”, afirmó.