La mayor parte de deportistas que conozco suelen huir del alcohol, aunque muchos sucumben al placer de una buena cerveza. ¿Es bueno beber cerveza tras la práctica deportiva? o, al menos ¿es compatible una cerveza con el deporte?
Quizá por la afición a esta bebida en multitud de países, se realizan continuamente estudios sobre los beneficios de la cerveza. El último del que he tenido conocimiento salió hace un par de días.
Al hablar de “Idoneidad de la cerveza en la dieta equilibrada de los deportistas”, presentado en el marco de los Juegos Mundiales de Medicina y Salud (Medigames), que se celebran en Alicante, el profesor de Fisiología del Ejercicio de la Universidad de Barcelona (UB), Joan Ramón Barbany, defendió que “la cerveza tiene una alta presencia de elementos antioxidantes, derivados de su origen vegetal, que combaten la aparición de radicales libres”, lo que contribuye a reducir los efectos producidos por el ejercicio físico, como “los dolores musculares, la fatiga y el fenómeno conocido como sobreentrenamiento”.
También apuntó esta bebida contiene componentes vitamínicos, minerales y carbohidratos, por lo que “su ingesta en dosis moderadas” por personas adultas puede desempeñar un papel en “la recuperación del metabolismo hormonal e inmunológico de los deportistas tras el ejercicio físico”
También expuso Juan Antonio Corbalán, médico especialista en Fisiología del Deporte y ex jugador de baloncesto que, “a pesar del alcohol” y con “un uso inteligente”, la cerveza es una “magnífica bebida compatible con el rendimiento deportivo de cualquier disciplina”.
Estamos de enhorabuena los que hacemos deporte y luego disfrutamos de nuestros jarrones de birra