Lo que en el primer cuarto de hora del partido se presagiaba como un paseo para el Madrid Castilla, a punto estuvo de torcerse. Dos concesiones defensivas del equipo grancanario las aprovechó a la perfección el equipo de Alberto Toril. Juanfran, con un derechazo, y Joselu, el más listo de la clase entre los dos centrales, tendían puentes hacia la victoria en el primer cuarto de hora.
Con muy poco fútbol, el Madrid Castilla gobernaba en el Municipal de Santa Lucía, donde los filiales se le atragantan al equipo local. De hecho, el Vecindario sólo ha perdido en su feudo ante las canteras del Celta, Rayo, Getafe y Madrid.
Con el rival en las cuerdas, el Madrid Castilla trataba de mandar el partido a la nevera hasta que se encontró con el primer susto. En un centro desde la banda izquierda, Yeray Ortega le gana la posición a Pedro Mendes, que agarró del brazo izquierdo al máximo goleador grancanario cuando se disponía a rematar en boca de gol. Javier Mateo Valero decretó penalti y la expulsión del central portugués. La responsabilidad del lanzamiento la asumió el propio Yeray, que ejecutó la pena máxima algo centrada. Isaac, guardameta suplente del Castilla, repelió el lanzamiento.
Se lamentaba el Vecindario que veía cómo, inmediatamente, Denis, prácticamente a placer, no acertaba de cara a gol en el contragolpe posterior del Castilla. De lo que puso haber sido el 1-2, a la ocasión perdida para poner el 0-3. Alberto Toril recompuso el equipo para detener las acometidas del Vecindario que se recuperó antes del descanso. Un balón servido desde la izquierda por Moisés, lo tocaba sutilmente Yeray para recortar distancias.
El décimo gol de Yeray en la temporada enchufó al partido al Vecindario. Los de José Juan Almeida apelaron a la garra y a la superioridad numérica que se vio ampliada en el 86, cuando el colegiado expulsaba por roja directa a Pablo Gil tras una dura entrada, sin balón de por medio.
Lo intentaban los grancanarios apelando al fútbol directo, pero Isaac se mostró muy sólido en el juego aéreo y muy rápido para atrapar los balones que filtraban los centrocampistas blanquinegros. El Madrid logró la victoria en un campo difícil, con la que se corona con el honorífico pero inservible título de campeón de invierno ante un Vecindario al que no le dio, ni con fútbol, ni con los arreones finales, para conseguir el empate.
Se están haciendo las cosas bien abajo, Toril mola.
Con muy poco fútbol, el Madrid Castilla gobernaba en el Municipal de Santa Lucía, donde los filiales se le atragantan al equipo local. De hecho, el Vecindario sólo ha perdido en su feudo ante las canteras del Celta, Rayo, Getafe y Madrid.
Con el rival en las cuerdas, el Madrid Castilla trataba de mandar el partido a la nevera hasta que se encontró con el primer susto. En un centro desde la banda izquierda, Yeray Ortega le gana la posición a Pedro Mendes, que agarró del brazo izquierdo al máximo goleador grancanario cuando se disponía a rematar en boca de gol. Javier Mateo Valero decretó penalti y la expulsión del central portugués. La responsabilidad del lanzamiento la asumió el propio Yeray, que ejecutó la pena máxima algo centrada. Isaac, guardameta suplente del Castilla, repelió el lanzamiento.
Se lamentaba el Vecindario que veía cómo, inmediatamente, Denis, prácticamente a placer, no acertaba de cara a gol en el contragolpe posterior del Castilla. De lo que puso haber sido el 1-2, a la ocasión perdida para poner el 0-3. Alberto Toril recompuso el equipo para detener las acometidas del Vecindario que se recuperó antes del descanso. Un balón servido desde la izquierda por Moisés, lo tocaba sutilmente Yeray para recortar distancias.
El décimo gol de Yeray en la temporada enchufó al partido al Vecindario. Los de José Juan Almeida apelaron a la garra y a la superioridad numérica que se vio ampliada en el 86, cuando el colegiado expulsaba por roja directa a Pablo Gil tras una dura entrada, sin balón de por medio.
Lo intentaban los grancanarios apelando al fútbol directo, pero Isaac se mostró muy sólido en el juego aéreo y muy rápido para atrapar los balones que filtraban los centrocampistas blanquinegros. El Madrid logró la victoria en un campo difícil, con la que se corona con el honorífico pero inservible título de campeón de invierno ante un Vecindario al que no le dio, ni con fútbol, ni con los arreones finales, para conseguir el empate.
Se están haciendo las cosas bien abajo, Toril mola.