Queda mucho por disputar, y Mou, una vez más (como el año pasado en el 5-0), digamos que ha dejado que el público, que el "entorno" influyera en la alineación. Deja el trivote a un lado y se decanta por Özil en mediocampo.
Si el Madrid ganaba este partido, perfecto. Cambio de ciclo, el Madrid sale reforzadísimo moralmente, Liga casi sentenciada y él queda como el héroe del madridismo de forma indiscutible.
Si el Madrid no ganaba este partido, Mourinho gana algo muy importante: licencia absoluta para hacer lo que le dé la gana cuando se enfrente al Barça. En el próximo partido del Barça no es que el madridismo entienda un posible trivote. Es que ya lo está pidiendo a gritos. Y esa es la pequeña "victoria" de Mou. Ahora ya podrá COMPETIR como él quiere y como le gusta sin tener que leer críticas de ningún tipo ni apelar a valentías demagógicas.
De hecho, fijaos como en la rueda de prensa al único que le cae un palo es, precisamente, a Özil. Justo el jugador que hace que el sistema madridista cambie totalmente.