Sancionan a unos vecinos de Camargo por limpiar el río
Hartos de solicitar la limpieza del río Collado para evitar las reiteradas inundaciones de su propiedad y la proliferación de roedores, Juan Carlos Cosío y María Ángeles Arce decidieron limpiar un pequeño tramo del cauce fluvial que discurre paralelo a su terreno, por lo que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico les ha incoado expediente sancionador por hacer las obras sin contar con la autorización de este organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Se trata de una infracción leve que puede sancionarse con hasta 6.010,12 euros.
Este matrimonio, que vive en el barrio Ladredo del pueblo de Camargo, no sale de su asombro. «Es el mundo al revés. Un sábado lo limpiamos y el lunes aparece la Confederación para comprobar el estado del río y en vez de felicitarnos nos notifica que nos van a multar», dice Cosío, quien señala que hace dos años se inundó el bajo de su vivienda, así como la mies de Camargo y otras casas, pero la Confederación «no se dignó a acercarse a la zona».
Según su relato, el río no tiene mucho caudal, pero la maleza y los desechos acumulados hacen de presa y se desborda el agua anegando todo su entorno. La acumulación de suciedad también ha provocado la presencia de «ratas como conejos» y mal olor, principalmente en los meses de verano. Por todo ello y dado que la confederación hizo caso omiso de las peticiones vecinales para limpiar el río, este matrimonio optó por retirar toda la porquería, entre la que encontraron, además de restos vegetales, numerosos plásticos de todos los colores, chapas de uralita, una bombona de butano y una conejera de madera de gran tamaño, entre otros objetos variopintos.
«No entiendo que no multen a la gente que ensucia el río y sí a los que le limpiamos», reflexiona Juan Carlos Cosío, que considera «una indefensión no poder limpiar el río. Se supone que nos multan por no pedir permiso para hacerlo, así que hemos presentado alegaciones porque desconocíamos que había que pedir autorización».
La Confederación por su parte, argumenta en su escrito que, además de las obras de reperfilado del cauce del río Collado, «se ha procedido cerramiento de parcela en zona de policía y servidumbre de la margen derecha del citado río sin permiso de este organismo». El nominado como cerramiento es un pastor eléctrico, consistente en un hilo conductor situado a unos 40 centímetros del suelo, y que tiene como objetivo que los perros de esta familia de Camargo no caigan al río.
Es acojonante. Lo mejor es lo que dicen los "sancionados", que llevan un porron de tiempo solicitando que lo limpien y se pasan dos dias despues de limpiarlo para multarles. Y los que lo ensucian de rositas.
Pero que mierda es esta?
PD: En realidad lo entiendo. Al Ministerio del Medio Ambiente no les gusta esto, si pueden poner a un piromano al mando, que mas da, no?
Hartos de solicitar la limpieza del río Collado para evitar las reiteradas inundaciones de su propiedad y la proliferación de roedores, Juan Carlos Cosío y María Ángeles Arce decidieron limpiar un pequeño tramo del cauce fluvial que discurre paralelo a su terreno, por lo que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico les ha incoado expediente sancionador por hacer las obras sin contar con la autorización de este organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Se trata de una infracción leve que puede sancionarse con hasta 6.010,12 euros.
Este matrimonio, que vive en el barrio Ladredo del pueblo de Camargo, no sale de su asombro. «Es el mundo al revés. Un sábado lo limpiamos y el lunes aparece la Confederación para comprobar el estado del río y en vez de felicitarnos nos notifica que nos van a multar», dice Cosío, quien señala que hace dos años se inundó el bajo de su vivienda, así como la mies de Camargo y otras casas, pero la Confederación «no se dignó a acercarse a la zona».
Según su relato, el río no tiene mucho caudal, pero la maleza y los desechos acumulados hacen de presa y se desborda el agua anegando todo su entorno. La acumulación de suciedad también ha provocado la presencia de «ratas como conejos» y mal olor, principalmente en los meses de verano. Por todo ello y dado que la confederación hizo caso omiso de las peticiones vecinales para limpiar el río, este matrimonio optó por retirar toda la porquería, entre la que encontraron, además de restos vegetales, numerosos plásticos de todos los colores, chapas de uralita, una bombona de butano y una conejera de madera de gran tamaño, entre otros objetos variopintos.
«No entiendo que no multen a la gente que ensucia el río y sí a los que le limpiamos», reflexiona Juan Carlos Cosío, que considera «una indefensión no poder limpiar el río. Se supone que nos multan por no pedir permiso para hacerlo, así que hemos presentado alegaciones porque desconocíamos que había que pedir autorización».
La Confederación por su parte, argumenta en su escrito que, además de las obras de reperfilado del cauce del río Collado, «se ha procedido cerramiento de parcela en zona de policía y servidumbre de la margen derecha del citado río sin permiso de este organismo». El nominado como cerramiento es un pastor eléctrico, consistente en un hilo conductor situado a unos 40 centímetros del suelo, y que tiene como objetivo que los perros de esta familia de Camargo no caigan al río.
Es acojonante. Lo mejor es lo que dicen los "sancionados", que llevan un porron de tiempo solicitando que lo limpien y se pasan dos dias despues de limpiarlo para multarles. Y los que lo ensucian de rositas.
Pero que mierda es esta?
PD: En realidad lo entiendo. Al Ministerio del Medio Ambiente no les gusta esto, si pueden poner a un piromano al mando, que mas da, no?