Un sofisma que se convierte en un torpedo en la línea de flotación de Florentino Pérez que nunca creyó en la categoría de los entrenadores. Mucho menos para los gurús de la crítica del fútbol español, que como reaccionarios creen que la ultima frontera del futbol es la retórica del toque de balón.
Por ejemplo, tenemos argentinos camuflados de periodistas, adláteres de Valdano, que utilizan el escarnio y la prevaricación para menospreciar el trabajo de Mourinho cuando su jefe es más barcelonista que Gaspart. Incluso existen retorcidos y anti vanguardistas críticos de cine, que se convierten en payasos críticos de fútbol cuando ni saben de fútbol ni han escrito en su vida de ello, ni saben de música, aunque presumen y dudo que sepan ya de cine porque ni ven las películas.
Es un circo el anti-Mourinho que, por apoplejía, se convierte en un odio cerval al Madrid y quieren asociarlo con los ultras del fondo sur, cuando su reaccionaria retórica es de gente que tiene miedo al futuro, al progreso y el devenir futbolístico.
El partido de Albelda fue un exponente. Tras la exhibición roja del primer periodo, Emery, con enorme complejo madridista que siempre le catapulta al fracaso, pidió fútbol cólera. Ira como la de Soldado -patético exponente de su colérica ineptitud futbolística para llegar a jugar en el Madrid- que sólo amedrentó a un árbitro como Texeira, con demasiadas órdenes para desarrollarlas sin miedo. Tarjetas a lo Villar contra el Real Madrid y tentetieso.
El provincianismo que segrega el presidente del Valencia es un rictus mas de la perversa envidia a un centralismo que sólo disfruta el azulgrana, expuesto a un vuelco espectacular del guardiolismo más facha.
Julian ruiz
Última edición por nonatranquilo el Dom Nov 20, 2011 10:31 pm, editado 1 vez