http://www.as.com/opinion/articulo/nido-orgullo-andalucia/20111020dasdaiopi_3/Tes
Dijo Artur Mas que los catalanes hablan mejor castellano que los andaluces (y que los gallegos) y se armó. Dijo Duran i Lleida aquello del PER y de las mañanas en las tabernas y se volvió a armar. Los dos dijeron que no querían decir exactamente lo que dijeron, pero los dos dijeron lo que dijeron. Sin intención de ofender, está claro, pero con un descuido muy, muy, muy ofensivo. Mas sólo pretendía decir, es verdad, que en Cataluña se habla un buen castellano, más allá de la enseñanza en catalán. Duran i Lleida sólo pretendía decir, aclaró luego, que una sociedad subsidiada está condenada a muerte.
Ofendieron. Reflejaron desprecio. Se lo deberían hacer mirar. Pero ya les contestaron con presteza los políticos andaluces, en obligada defensa de la dignidad de su tierra y de sus votantes. Alfonso Guerra desempolvó su vieja y proverbial agresividad dialéctica con aquello de que Duran i Lleida vive todo el año en el Hotel Palace de Madrid. Bueno, pues todo debería haber quedado ahí, pero Del Nido lo prolonga. Del Nido está en el papel de moderno Robin Hood en busca de causas, sean el pepino, la Liga bipolar o, ahora, la reivindicación del orgullo andaluz sobre el brillante césped del Camp Nou.
No me gusta, no me parece el sitio. El Barça no tuvo arte ni parte en los extravíos de los dos políticos y en el deporte se convive con el principio de que mejor evitar en lo posible la mezcla con esos temas. Y es un secreto a voces que la Junta de Andalucía, a contrapié con el tema de la Copa Davis en Sevilla, que no ha apoyado (como no lo hizo en Córdoba), está detrás de la operación. Igual que vería mal que en el Parlamento los diputados se pusieran a discutir de penaltis y villarato, veo mal que el Sevilla lleve al Camp Nou la respuesta en su camiseta a las jaimitadas de dos políticos errados.