1. Estamos hartos porque somos los que pagamos este montaje llamado fútbol y, sin embargo, somos los que menos contamos. Ver, oír y pagar. A eso hemos quedado reducidos. Incluso ver y oír cada vez nos lo ponen más difícil.
2. Estamos hartos de las huelgas y de las amenazas de huelga. No nos las merecemos. Queremos ver fútbol. Antes de llegar a una huelga hay cientos de soluciones que ninguna de las partes han querido abordar.
3. Estamos hartos de que mientras el fútbol parece estar en una crisis económica descomunal, los personajes que rondan alrededor del fútbol moderno parecen cada vez más ricos y más poderosos.
4. Estamos hartos de los horarios caóticos e improvisados que nos fuerzan a perdernos partidos por no ser compatibles con nuestras obligaciones, o nos fuerzan a perder horas de sueño, o nos fuerzan a no poder viajar con nuestros equipos.
5. Estamos hartos de ver que muchos estadios se van quedando vacíos poco a poco por el descontrol de los horarios, por la competencia de los partidos televisados, por los precios altos a los que se ven forzados los clubes por no haber sabido gestionar sus cuentas
6. Estamos hartos de la falta de sensibilidad del fútbol profesional con el fútbol base. Solo les interesa si les da dinero. Mientras tanto, les trae sin cuidado que los equipos modestos se hayan quedado sin horarios en los que atraer a sus aficionados.
7. Estamos hartos de que los dirigentes de los equipos se quejen de las pérdidas económicas de las que precisamente son ellos los principales culpables. Han gastado el dinero que no tenían. Han gestionado sus clubes como auténticos ejemplos de lo que no debe ser una gestión económica y deportiva. Y aún así se quejan, pero se niegan a renunciar a sus sueldos, a la publicidad gratis que se les realiza a ellos mismos, al poder político que muchos adquieren.
8. Estamos hartos de que los pocos equipos que han sido prudentes en su gestión y que tienen sus cuentas saneadas, se vean en inferioridad de condiciones deportivas. Con el consentimiento de los jugadores, que firmaban contratos que cualquier análisis serio les habría aconsejado no firmar, los clubes se han endeudado compitiendo de forma desleal.
9. Estamos hartos de que el fútbol español gire en torno a dos equipos. La desigualdad es cada día más evidente. Se está perdiendo el espíritu de la competición concentrando los ingresos en las manos de unos pocos clubes mientras los demás se limitan a ser parte del decorado.
10. Estamos hartos de los jugadores mercenarios que se besan el escudo para en el momento de recibir una mejor oferta económica forzar a sus clubes para rescindir los contratos que libremente habían firmado.
11. Estamos hartos de los representantes que buscan el beneficio fácil manipulando a los jugadores para forzar traspasos que el buen aficionado sabe que ni eran justos para el equipo de procedencia, ni eran aconsejables para el club comprador.
12. Estamos hartos de que el fútbol lo dirijan unos estamentos nacionales e internacionales que se perpetúan en su poder, sin saber muy bien de dónde les viene ese poder. Estamentos que tienen incluso un poder judicial por encima del sistema judicial de cada país. Los dirigentes de esta estructura autoritaria mueven el fútbol a su antojo, por encima incluso de los propios clubes, que ven como sus jugadores viajan miles de kilómetros para jugar amistosos que solo lucran a esos estamentos.
¿Cuáles son nuestras propuestas?
1. Pedimos la desconvocatoria inmediata de la huelga y el compromiso de las partes de alcanzar una solución que tenga en cuenta las demandas de los aficionados.
2. Pedimos un calendario coherente. Pedimos un calendario y unos horarios que se conozca con anticipación para toda la temporada para que cada aficionado pueda saber cuándo disfrutar del fútbol. Pedimos unos horarios estandarizados que permitan al aficionado planificar la asistencia a los partidos.
3. Pedimos que sea el aficionado fiel que acude a los estadios, el centro de atención de dirigentes y jugadores, no el potencial espectador que se encuentra a miles de kilómetros. Somos nosotros los que mantenemos la pasión y sentimos envidia de ver en otras ligas que los estadios están llenos mientras que en España se vacían cada vez más. Pedimos entradas a precios razonables, especialmente para los aficionados fieles a sus equipos y aquellos que viajando a otros estadios encuentran precios abusivos.
4. Pedimos que los contratos se respeten, tanto por los clubes como por los jugadores, pero igualmente pedimos que los dirigentes no propongan contratos que saben que no van a poder pagar ni que los jugadores los acepten y luego se escandalicen de los problemas de pago.
5. Pedimos que los clubes que no cumplan con sus obligaciones tengan una penalización deportiva para evitar que los clubes serios y honestos sufran esta indecente competencia desleal.
6. Pedimos que se impida que los jugadores fuercen de mil maneras el incumplimiento de sus contratos cuando ellos mismos no han sido capaces de cumplir con los objetivos deportivos o cuando reciben mejores ofertas de otros clubes.
7. Pedimos que quien obtenga beneficios del fútbol, lo haga de manera honesta y arriesgando su dinero. El fútbol no solo es un deporte, también una actividad mercantil. Pero debe ser un negocio justo, que respete las reglas del juego limpio empresarial. Queremos que el fútbol deje de ser el caldo de cultivo propicio para personajes que solo buscan dinero fácil, la fama o el poder.
8. Pedimos que se replantee el poder que tiene la figura del representante. El sistema actual favorece e incentiva que los jugadores no tengan estabilidad alguna en los clubes. Muchos jugadores muestran más lealtad a sus agentes que a los clubes que les pagan. No queremos mercenarios, queremos jugadores profesionales que se comprometan con lo que voluntariamente han firmado y que respeten la idiosincrasia de cada club.
9. Pedimos que las televisiones cumplan su papel y que obtengan el justo beneficio de ello, pero no que manejen el fútbol a su antojo. El fútbol español no es cosa solo de dos. Debe garantizarse un reparto justo de los derechos televisivos que debería incluir entre otros apartados ingresos según la clasificación. Debe establecerse un porcentaje mínimo que debería cobrar el equipo de menos ingresos respecto a los equipos de más ingresos.
10. Pedimos que las administraciones públicas dejen de financiar las pérdidas del fútbol. Son los clubes y sus dirigentes los que están obligados a mantener sus finanzas en orden como afortunadamente aún hacen algunos equipos. Es particularmente sangrante que con 5 millones de parados, aún se mantenga buena parte del entramado del fútbol con ayudas públicas más o menos encubiertas.
11. Pedimos igualdad de oportunidades en la competición. Si es necesario, desde el propio fútbol deberán establecerse normas claras y justas que eviten la enorme diferencia que se ha ido fraguando en el potencial deportivo de los distintos equipos. Límites de gasto por equipo y reparto justo de ingresos pueden ser dos vías para acometer este problema y, de paso, racionalizar las cuentas de los clubes.
12. Pedimos que la igualdad de oportunidades se traslade a todas las competiciones. Pedimos que la Copa del Rey sea justa, sin la deshonesta ventaja con la que compiten los llamados equipos grandes. Proponemos un sistema similar a la FA Cup inglesa que suponga una fiesta del fútbol en el que prime la incertidumbre sobre las necesidades de los clubes poderosos.
13. Pedimos una reflexión seria y un apoyo explícito a la 2ªB y 3ª división. No pueden representar un pozo sin fondo para muchos equipos ni el lugar donde algunos clubes encuentran su desaparición. Debe reflexionarse sobre su sistema de competición. El control presupuestario debe alcanzar al menos a la 2ªB, pero al mismo tiempo, debe recibir un apoyo económico claro y equilibrado que evite el abismo que existe en muchos aspectos entre 2ª y 2ªB.
14. Pedimos que los clubes y la LFP eviten centrar sus miras en el corto plazo. Queremos que piensen en una relación permanente de todos los actores que intervienen en el fútbol. Acciones que perjudiquen a medios tan futboleros como la radio o la prensa escrita pueden redundar en una pérdida paulatina del interés. Se corre un serio peligro de que el nuevo aficionado lo sea solo de los equipos grandes y que los equipos pequeños palidezcan a su sombra. El fútbol moderno debe también vivir de las tradiciones y una tarde de radio, también forma parte de esas tradiciones.
2. Estamos hartos de las huelgas y de las amenazas de huelga. No nos las merecemos. Queremos ver fútbol. Antes de llegar a una huelga hay cientos de soluciones que ninguna de las partes han querido abordar.
3. Estamos hartos de que mientras el fútbol parece estar en una crisis económica descomunal, los personajes que rondan alrededor del fútbol moderno parecen cada vez más ricos y más poderosos.
4. Estamos hartos de los horarios caóticos e improvisados que nos fuerzan a perdernos partidos por no ser compatibles con nuestras obligaciones, o nos fuerzan a perder horas de sueño, o nos fuerzan a no poder viajar con nuestros equipos.
5. Estamos hartos de ver que muchos estadios se van quedando vacíos poco a poco por el descontrol de los horarios, por la competencia de los partidos televisados, por los precios altos a los que se ven forzados los clubes por no haber sabido gestionar sus cuentas
6. Estamos hartos de la falta de sensibilidad del fútbol profesional con el fútbol base. Solo les interesa si les da dinero. Mientras tanto, les trae sin cuidado que los equipos modestos se hayan quedado sin horarios en los que atraer a sus aficionados.
7. Estamos hartos de que los dirigentes de los equipos se quejen de las pérdidas económicas de las que precisamente son ellos los principales culpables. Han gastado el dinero que no tenían. Han gestionado sus clubes como auténticos ejemplos de lo que no debe ser una gestión económica y deportiva. Y aún así se quejan, pero se niegan a renunciar a sus sueldos, a la publicidad gratis que se les realiza a ellos mismos, al poder político que muchos adquieren.
8. Estamos hartos de que los pocos equipos que han sido prudentes en su gestión y que tienen sus cuentas saneadas, se vean en inferioridad de condiciones deportivas. Con el consentimiento de los jugadores, que firmaban contratos que cualquier análisis serio les habría aconsejado no firmar, los clubes se han endeudado compitiendo de forma desleal.
9. Estamos hartos de que el fútbol español gire en torno a dos equipos. La desigualdad es cada día más evidente. Se está perdiendo el espíritu de la competición concentrando los ingresos en las manos de unos pocos clubes mientras los demás se limitan a ser parte del decorado.
10. Estamos hartos de los jugadores mercenarios que se besan el escudo para en el momento de recibir una mejor oferta económica forzar a sus clubes para rescindir los contratos que libremente habían firmado.
11. Estamos hartos de los representantes que buscan el beneficio fácil manipulando a los jugadores para forzar traspasos que el buen aficionado sabe que ni eran justos para el equipo de procedencia, ni eran aconsejables para el club comprador.
12. Estamos hartos de que el fútbol lo dirijan unos estamentos nacionales e internacionales que se perpetúan en su poder, sin saber muy bien de dónde les viene ese poder. Estamentos que tienen incluso un poder judicial por encima del sistema judicial de cada país. Los dirigentes de esta estructura autoritaria mueven el fútbol a su antojo, por encima incluso de los propios clubes, que ven como sus jugadores viajan miles de kilómetros para jugar amistosos que solo lucran a esos estamentos.
¿Cuáles son nuestras propuestas?
1. Pedimos la desconvocatoria inmediata de la huelga y el compromiso de las partes de alcanzar una solución que tenga en cuenta las demandas de los aficionados.
2. Pedimos un calendario coherente. Pedimos un calendario y unos horarios que se conozca con anticipación para toda la temporada para que cada aficionado pueda saber cuándo disfrutar del fútbol. Pedimos unos horarios estandarizados que permitan al aficionado planificar la asistencia a los partidos.
3. Pedimos que sea el aficionado fiel que acude a los estadios, el centro de atención de dirigentes y jugadores, no el potencial espectador que se encuentra a miles de kilómetros. Somos nosotros los que mantenemos la pasión y sentimos envidia de ver en otras ligas que los estadios están llenos mientras que en España se vacían cada vez más. Pedimos entradas a precios razonables, especialmente para los aficionados fieles a sus equipos y aquellos que viajando a otros estadios encuentran precios abusivos.
4. Pedimos que los contratos se respeten, tanto por los clubes como por los jugadores, pero igualmente pedimos que los dirigentes no propongan contratos que saben que no van a poder pagar ni que los jugadores los acepten y luego se escandalicen de los problemas de pago.
5. Pedimos que los clubes que no cumplan con sus obligaciones tengan una penalización deportiva para evitar que los clubes serios y honestos sufran esta indecente competencia desleal.
6. Pedimos que se impida que los jugadores fuercen de mil maneras el incumplimiento de sus contratos cuando ellos mismos no han sido capaces de cumplir con los objetivos deportivos o cuando reciben mejores ofertas de otros clubes.
7. Pedimos que quien obtenga beneficios del fútbol, lo haga de manera honesta y arriesgando su dinero. El fútbol no solo es un deporte, también una actividad mercantil. Pero debe ser un negocio justo, que respete las reglas del juego limpio empresarial. Queremos que el fútbol deje de ser el caldo de cultivo propicio para personajes que solo buscan dinero fácil, la fama o el poder.
8. Pedimos que se replantee el poder que tiene la figura del representante. El sistema actual favorece e incentiva que los jugadores no tengan estabilidad alguna en los clubes. Muchos jugadores muestran más lealtad a sus agentes que a los clubes que les pagan. No queremos mercenarios, queremos jugadores profesionales que se comprometan con lo que voluntariamente han firmado y que respeten la idiosincrasia de cada club.
9. Pedimos que las televisiones cumplan su papel y que obtengan el justo beneficio de ello, pero no que manejen el fútbol a su antojo. El fútbol español no es cosa solo de dos. Debe garantizarse un reparto justo de los derechos televisivos que debería incluir entre otros apartados ingresos según la clasificación. Debe establecerse un porcentaje mínimo que debería cobrar el equipo de menos ingresos respecto a los equipos de más ingresos.
10. Pedimos que las administraciones públicas dejen de financiar las pérdidas del fútbol. Son los clubes y sus dirigentes los que están obligados a mantener sus finanzas en orden como afortunadamente aún hacen algunos equipos. Es particularmente sangrante que con 5 millones de parados, aún se mantenga buena parte del entramado del fútbol con ayudas públicas más o menos encubiertas.
11. Pedimos igualdad de oportunidades en la competición. Si es necesario, desde el propio fútbol deberán establecerse normas claras y justas que eviten la enorme diferencia que se ha ido fraguando en el potencial deportivo de los distintos equipos. Límites de gasto por equipo y reparto justo de ingresos pueden ser dos vías para acometer este problema y, de paso, racionalizar las cuentas de los clubes.
12. Pedimos que la igualdad de oportunidades se traslade a todas las competiciones. Pedimos que la Copa del Rey sea justa, sin la deshonesta ventaja con la que compiten los llamados equipos grandes. Proponemos un sistema similar a la FA Cup inglesa que suponga una fiesta del fútbol en el que prime la incertidumbre sobre las necesidades de los clubes poderosos.
13. Pedimos una reflexión seria y un apoyo explícito a la 2ªB y 3ª división. No pueden representar un pozo sin fondo para muchos equipos ni el lugar donde algunos clubes encuentran su desaparición. Debe reflexionarse sobre su sistema de competición. El control presupuestario debe alcanzar al menos a la 2ªB, pero al mismo tiempo, debe recibir un apoyo económico claro y equilibrado que evite el abismo que existe en muchos aspectos entre 2ª y 2ªB.
14. Pedimos que los clubes y la LFP eviten centrar sus miras en el corto plazo. Queremos que piensen en una relación permanente de todos los actores que intervienen en el fútbol. Acciones que perjudiquen a medios tan futboleros como la radio o la prensa escrita pueden redundar en una pérdida paulatina del interés. Se corre un serio peligro de que el nuevo aficionado lo sea solo de los equipos grandes y que los equipos pequeños palidezcan a su sombra. El fútbol moderno debe también vivir de las tradiciones y una tarde de radio, también forma parte de esas tradiciones.