Con medio país pidiendo la cabeza de Mourinho, el Madrid ha cerrado filas con su entrenador. Se considera que su gesto contra Tito Vilanova fue la respuesta a una cadena de provocaciones iniciadas por el entrenador del Barcelona, Pep Guardiola.
Según fuentes del club blanco, el entrenador azulgrana se dirigió al banquillo tras uno de los goles de su equipo y gritó: "Sois una puta banda". La provocación fue seguida por varios jugadores, entre ellos, Lionel Messi, quien también tuvo un gesto hacia la banda ocupada por los madridistas. Se echó la mano a la boca en un gesto que significaría que hablan demasiado y que había llegado el momento de callarse.
Más argumentos en la defensa del equipo blanco. Se les ha echado en cara que no esperaran a la entrega de la copa de campeones como señal de respeto. El motivo fue que las propias fuerzas de seguridad dijeron a la expedición que lo mejor era que abandonaran el césped para evitar posibles tánganas. Los blancos hicieron caso. El doctor Serratosa, por ejemplo, trató de quedarse para felicitar a sus colegas azulgranas, pero le instaron a que se fuera hacia los vestuarios.
En los incidentes finales, el Madrid admite que Marcelo se equivocó en la dura entrada a Cesc Fábregas, pero se insiste que Ozil fue golpeado primero por Villa y después por Messi. La indignación es total con Xavi y Piqué por sus declaraciones en las que insisten en que el Madrid practica antifútbol.
Iker Casillas mostró además su malestar por lo que considera teatro continuado de los jugadores azulgrana simulando faltas inexisentes. La guerra continúa y el Madrid se defiende.
Según fuentes del club blanco, el entrenador azulgrana se dirigió al banquillo tras uno de los goles de su equipo y gritó: "Sois una puta banda". La provocación fue seguida por varios jugadores, entre ellos, Lionel Messi, quien también tuvo un gesto hacia la banda ocupada por los madridistas. Se echó la mano a la boca en un gesto que significaría que hablan demasiado y que había llegado el momento de callarse.
Más argumentos en la defensa del equipo blanco. Se les ha echado en cara que no esperaran a la entrega de la copa de campeones como señal de respeto. El motivo fue que las propias fuerzas de seguridad dijeron a la expedición que lo mejor era que abandonaran el césped para evitar posibles tánganas. Los blancos hicieron caso. El doctor Serratosa, por ejemplo, trató de quedarse para felicitar a sus colegas azulgranas, pero le instaron a que se fuera hacia los vestuarios.
En los incidentes finales, el Madrid admite que Marcelo se equivocó en la dura entrada a Cesc Fábregas, pero se insiste que Ozil fue golpeado primero por Villa y después por Messi. La indignación es total con Xavi y Piqué por sus declaraciones en las que insisten en que el Madrid practica antifútbol.
Iker Casillas mostró además su malestar por lo que considera teatro continuado de los jugadores azulgrana simulando faltas inexisentes. La guerra continúa y el Madrid se defiende.