Tomás Roncero | 07/08/2011
Va de récord. Hay que remontarse años atrás para recordar un verano así. Pleno de victorias (7 de 7) pero, por encima de todo, pleno de credibilidad. Estos partidos-trampa solían resolverse en pasadas pretemporadas con mala nota y peores resultados. Lluvia pertinaz, césped con más abolladuras que el coche de Sato, miles de kilómetros a las espaldas (de hecho, miren cómo está la del bueno de Sergio Ramos) y un rival de perfil guerrero en el que un argentino con muchas ganas de bronca, Luciano Olguín, se pidió el papel de Kung-Fu Panda (enorme Arie Haan al sentarle por macarra). Todo ello daba para tomarse la cita con más cautelas, pero la tropa de Mourinho no da tregua ni a la hora de la siesta y esa marcialidad futbolística los ha convertido en el equipo del verano. El pobre Tianjin fue triturado sin piedad. Y eso que Mou apostó por un once sin alardes en el que sólo estaban cuatro teóricos titulares: Ramos, Xabi, Coentrao y Di María. Pero este es el Madrid Philips Shave: la primera hoja afeita y la segunda apura.
Karim, oh la la. Creo que se dice así en francés. No me canso de disfrutar con la nueva cara de Benzema, sonriente con el balón en los pies y sonriente con el traje de calle. Ya se siente parte del Madrid y ésa es la clave de su estado de nirvana. Le basta media hora para firmar un doblete y coronarse Pichichi del verano, por encima incluso del insaciable Cristiano (el portugués hizo honor a su dorsal metiendo siete goles). Benzema ha puesto una velocidad de crucero tan elevada que hasta Higuaín ha vuelto de la Copa América más enchufado que nunca, entrando fuerte al adversario si es preciso y porfiando como un poseso hasta inaugurar su cuenta anotadora. El poder goleador de Cristiano, Benzema e Higuaín no lo tiene nadie en el mundo a día de hoy. Una bendita realidad que hasta Messi debe aceptar cuando habla privadamente con sus colegas de Rosario
Neymar, habla ya. El club me dice que esté tranquilo porque Neymar vendrá al Madrid tras el Mundialito. Y yo les creo. Pero le digo aquí mismo a la estrella del Santos que jugar en el Madrid es como le pasa a la buena gente del campo: la tierra para el que la trabaja. Ya sé que Neymar ama al Santos, a Pelé y adora las crestas capilares, pero aún no le escuché decir que jugar en el Madrid es la quintaesencia para cualquier futbolista que quiera pasar a la posteridad. Dilo, Neymar, o calla para siempre.
Multiusos Coentrao. Chaval, de eso te puede hablar Fabio. No Capello, sino Coentrao. El turbina portugués se cogió un día un avión y se plantó en la capital de España. Se atrincheró en la casa de Jorge Mendes, habló con el Benfica con tono firme y seguro y les dijo: "Me da igual lo que os pague el Chelsea. Yo sólo jugaré en el Madrid". Y ahí tienes a la fiera de pelo oxigenado, jugando de mediocentro, de extremo, de líbero adelantado, de nueve falso y hasta de portero si se descuida un día el Galáctico de Móstoles.
¡A por el Barça! No caeré en la soberbia de decir que la Supercopa ya está ganada. No olvido que el rival es el actual campeón de Europa (aunque hay un libro que se llama '¿Por qué?' que permite entenderlo todo mejor). Espero que la UEFA no me sancione... Lo que tengo claro es que el Madrid ilusiona y seduce, juega al tiqui-golazo y deslumbra con su presencia en escena. El Barça canta con Shakira y juega con Kobe Bryant y con los delfines. Me da que Guardiola tiene motivos para estar preocupado...