Detallazo, gesto de auténtica deportividad... Vale cualquier calificativo para reflejar lo acontecido en un torneo alevín disputado en las localidades guipuzconas de Azpeitia y Azkoitia.
Sevilla y Espanyol disputaron la final. El partido acabó 4-4 y se tuvo que decidir el campeón en la tanda de penaltis donde los hispalenses se mostraron más acertados. Tras la entrega de trofeos y después de recibir el visto bueno de la organización, el técnico del Sevilla, Ernesto Chao, entregó la copa al Espanyol.
David Fernández, entrenador de los periquitos, no salía de su asombro: "Me comentó que nosotros hemos jugado mejor durante el torneo y que en la final hemos sido mejores. Ha sido un gesto increíble. Llevo algunos años como entrenador, pero nunca había vivido una situación igual. Es digno de elogiar, porque hay pocos que puedan tener un detalle como éste”,