La imprescindible posesión... por Martí Perarnau
La posesión de balón que alcanza el Barça habitualmente es materia de controversia. En algunos ámbitos, porque con ese dato se pretende justificar todo. En otros, porque se busca ridiculizarlo tachando de 'inútil' o 'hueca' dicha posesión. En realidad, la posesión no es un objetivo en sí mismo, sino un instrumento más dentro de la filosofía de juego elegida por el Barça. Dicha filosofía tiene una premisa irreversible: dominar el balón. Ordenarse a partir del cuero, no perderlo nunca y recuperarlo velozmente para volver a ordenarse. El balón es el centro del estilo del Barça y el que explica y genera todas las consecuencias posteriores.
Esta filosofía o estilo se traduce en un sistema de juego, que consiste en bastante más que un dibujo en la pizarra. Un 4-3-3 puede interpretarse de modos distintos: ofensiva o defensivamente, dando pelotazos o tocando, etc. El elegido por el Barça es un sistema que prioriza el juego de posición y de toque, buscando crear superioridad (el “hombre libre”) en todas las acciones y con el objetivo permanente de atacar, hasta el punto que existe una decisión trascendental que impregna todo el sistema: se defiende atacando y no reculando.
En el proceso creativo del equipo hay un peldaño más: el sentido del juego. Tras el estilo y el sistema, viene el sentido del juego, que es otra elección importante: decidir la manera en que tu equipo moverá el balón. Elegir el modo en que se producirá la circulación del esférico. Desde el Dream Team, el Barça busca siempre apoyarse en dos líneas superiores para retroceder una línea tocando de cara. Cruyff buscaba, de este modo, romper las líneas rivales con esa direccionalidad vertical en su juego. El Pep Team persigue el mismo objetivo a través de movimientos más horizontales que provocan una basculación exagerada en los rivales hasta desordenar sus líneas y permitir la jugada vertical hacia el área contraria.
Y aquí entra en juego la posesión. Sin tener el balón es imposible alcanzar esa direccionalidad horizontal en perpetuo movimiento. Por tanto, resulta imposible desorganizar al contrario, salvo en un contragolpe puntual, si no se alcanzan posesiones largas y duraderas de manera constante y con el sentido del juego horizontal que vemos durante los partidos. La posesión se convierte, así, en un instrumento imprescindible para el sentido, el sistema y el estilo de juego blaugrana. Sin dicha posesión no existiría el Pep Team, equipo que suma 177 partidos consecutivos consiguiendo mayor posesión que su rival, con un promedio que ronda el 70% y que asciende al 74% en las mejores actuaciones. Leo a mucha gente, sobre todo en Madrid, reírse del dato de posesión. Simplemente, no han entendido nada de esta forma de jugar.
por Martí Perarnau
La posesión de balón que alcanza el Barça habitualmente es materia de controversia. En algunos ámbitos, porque con ese dato se pretende justificar todo. En otros, porque se busca ridiculizarlo tachando de 'inútil' o 'hueca' dicha posesión. En realidad, la posesión no es un objetivo en sí mismo, sino un instrumento más dentro de la filosofía de juego elegida por el Barça. Dicha filosofía tiene una premisa irreversible: dominar el balón. Ordenarse a partir del cuero, no perderlo nunca y recuperarlo velozmente para volver a ordenarse. El balón es el centro del estilo del Barça y el que explica y genera todas las consecuencias posteriores.
Esta filosofía o estilo se traduce en un sistema de juego, que consiste en bastante más que un dibujo en la pizarra. Un 4-3-3 puede interpretarse de modos distintos: ofensiva o defensivamente, dando pelotazos o tocando, etc. El elegido por el Barça es un sistema que prioriza el juego de posición y de toque, buscando crear superioridad (el “hombre libre”) en todas las acciones y con el objetivo permanente de atacar, hasta el punto que existe una decisión trascendental que impregna todo el sistema: se defiende atacando y no reculando.
En el proceso creativo del equipo hay un peldaño más: el sentido del juego. Tras el estilo y el sistema, viene el sentido del juego, que es otra elección importante: decidir la manera en que tu equipo moverá el balón. Elegir el modo en que se producirá la circulación del esférico. Desde el Dream Team, el Barça busca siempre apoyarse en dos líneas superiores para retroceder una línea tocando de cara. Cruyff buscaba, de este modo, romper las líneas rivales con esa direccionalidad vertical en su juego. El Pep Team persigue el mismo objetivo a través de movimientos más horizontales que provocan una basculación exagerada en los rivales hasta desordenar sus líneas y permitir la jugada vertical hacia el área contraria.
Y aquí entra en juego la posesión. Sin tener el balón es imposible alcanzar esa direccionalidad horizontal en perpetuo movimiento. Por tanto, resulta imposible desorganizar al contrario, salvo en un contragolpe puntual, si no se alcanzan posesiones largas y duraderas de manera constante y con el sentido del juego horizontal que vemos durante los partidos. La posesión se convierte, así, en un instrumento imprescindible para el sentido, el sistema y el estilo de juego blaugrana. Sin dicha posesión no existiría el Pep Team, equipo que suma 177 partidos consecutivos consiguiendo mayor posesión que su rival, con un promedio que ronda el 70% y que asciende al 74% en las mejores actuaciones. Leo a mucha gente, sobre todo en Madrid, reírse del dato de posesión. Simplemente, no han entendido nada de esta forma de jugar.
por Martí Perarnau