- "La historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa". Karl Marx.
"Cuando se equivoca, nunca lo reconoce", decía CR de Mourinho en la 'Premier"
Inglaterra, 22 de abril de 2007. El Manchester United y el Chelsea están en la fase final de una lucha reñida por el título de Liga. José Mourinho, el entrenador del Chelsea, declara en rueda de prensa que hay "una nueva regla" en el fútbol: al United siempre le pitan penaltis a favor y nunca en contra, mientras que al Chelsea le sucede al revés. Y el portugués, anticipándose a una sanción que nunca llegaría, agrega: "No creo que se me pueda castigar por decir la verdad... Si alguien me quiere castigar por esto, que me castigue. Significaría el final de la democracia y el retorno a los viejos tiempos". Sus declaraciones desataron una guerra verbal entre Mourinho y el United que duró una semana.
El primero en responder fue su compatriota, Cristiano Ronaldo, en aquel entonces el jugador estrella del United, galardonado aquel mismo 22 de abril con el premio al mejor jugador del año de la Premier League. "No quiero que se me arrastre a hablar de Mourinho y de sus quejas sobre los árbitros", dijo Ronaldo. "Todo el mundo sabe cómo es Mourinho. Siempre tiene que decir algo para llamar la atención, especialmente cuando no está satisfecho con el rendimiento de sus jugadores. Cuando se equivoca, nunca lo reconoce". Mourinho le contestó un par de días después en los medios portugueses. "Un jugador que aspira a ser el mejor del mundo tiene que comportarse bien, callarse y demostrar la honestidad y madurez necesaria para no negar los hechos. Si dice que es falso que favorecen al United, miente. Y si es un mentiroso nunca llegará al más alto nivel del fútbol".
Alex Ferguson, el entrenador del United, dio una rueda de prensa en la que salió en defensa de su jugador: "Ronaldo tiene una opinión. Eso no significa que sea un mentiroso". El problema de fondo, dijo el escocés, era el propio Mourinho, "un hombre que no respeta a nadie salvo a sí mismo". "Mourinho parece haberse montado una cruzada personal. Me sorprende que no le hayan sancionado. Dice que las reglas del fútbol han cambiado. Quisiera saber, ¿quién lo ha hecho? ¿somos nosotros? ¿La Federación inglesa? ¿la UEFA? ¡Cristo Dios! ¡Siempre despotricando! ¡Dale que dale...! No creo que esté siendo justo con nuestro deporte".
Ferguson, que no paró de hablar sobre el portugués en 10 minutos, continuó: "Todos recibimos malas y buenas decisiones arbitrales. No se acuerda, por ejemplo, del gol legal que nos anularon cuando jugamos y perdimos contra su Oporto en la Copa de Europa. No nos gustó y nos quejamos. Pero no fuimos a la guerra". Para Ferguson, lo que pretendía Mourinho era "poner una terrible presión sobre los árbitros". "José Mourinho es un tipo muy inteligente. A los ojos de algunos es un héroe. Yo no sé quién es el villano y quién es el héroe. Pero está todo calculado. Nos quedan cuatro partidos de Liga. Si nos pitan un penalti a favor, Mourinho gana la guerra. Esto está mal".
Carlos Queiroz, antiguo entrenador del Real Madrid y en aquel momento número dos de Ferguson en el United, también entró al trapo. "Mourinho tiene su propio estilo: siempre intenta desviar la atención a las cosas que le convienen. Así es. Nosotros somos diferentes porque tenemos la humildad de reconocer los méritos de nuestros rivales".
Mourinho volvió a la carga contra Cristiano Ronaldo. "El chico hizo unas declaraciones que no demostraron ni madurez ni respeto", dijo el portugués; "quizá se deba a la infancia difícil que tuvo, a su poca educación". Ferguson enfureció. "No sé por qué ha hecho esto", declaró. "Quizá intenta desestabilizar al chico. Es ruin sacar el tema de su clase social. El hecho de que seas de una familia pobre de clase obrera no significa que no tengas educación. Lo que tiene Ronaldo son principios... Hay otros que han tenido una buena educación y no tienen principios". Mourinho no respondió y ahí acabó ese capítulo.
Hoy todo ha cambiado. Cristiano Ronaldo juega a las órdenes de Mourinho en el Real Madrid y Ferguson y Mourinho son grandes amigos. Pero todo sigue igual.