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http://sport.es/es/noticias/barca/20110505/madrid-obligo-barca-regar-plena-tormenta/print-994373.shtml
La estrategia de desestabilización planteada por José Mourinho en el cuádruple enfrentamiento ante el Barça ha vivido capítulos esperpénticos y a medida que se han ido sucediendo los enfrentamientos han alcanzado tintes delirantes. Eso es lo que ocurrió en vísperas del último y decisivo `clásico¿, en la vuelta de la semifinal de la Champions League. Y el encargado de hacer el rídículo fue el delegado del equipo, Miguel Porlan `Chendo¿.
Después de lo ocurrido en la ida, en la que el Real Madrid incumplió los acuerdos alcanzados con el delegado de la UEFA sobre el riego del césped y la consiguiente denuncia del club blaugrana, el Real Madrid optó por buscar cualquier resquicio legal que le sirviera para continuar martilleando al Barça ante el máximo organismo futbolístico europeo.
Y la decisión que tomó el club blanco fue presentarse a esa reunión previa entre delegados con dos notarios que levantaran acta de todos los acuerdos alcanzados, para que el Barça no se los pudiera saltar.
El esperpento llegó a la hora de regar el césped. En esos momentos, una fuerte tormenta caía sobre Barcelona, pero el club blaugrana se vio obligado a encender los aspersores en plena pedregada para evitar la denuncia del Real Madrid. El colmo de la sinrazón a la que el club blanco ha intentado llevar esta eliminatoria.
La actitud de la entidad madridista no hace más que certificar las artimañas utilizadas en la ida para intentar dinamitar el juego dinámico del Barça. Una treta ordenada por Mourinho, que quiso asegurarse que no le devolvieran la pelota de alguna otra manera y un movimiento más en la guerra de nervios abierta por el portugués desde que se inició la serie.
La estrategia de desestabilización planteada por José Mourinho en el cuádruple enfrentamiento ante el Barça ha vivido capítulos esperpénticos y a medida que se han ido sucediendo los enfrentamientos han alcanzado tintes delirantes. Eso es lo que ocurrió en vísperas del último y decisivo `clásico¿, en la vuelta de la semifinal de la Champions League. Y el encargado de hacer el rídículo fue el delegado del equipo, Miguel Porlan `Chendo¿.
Después de lo ocurrido en la ida, en la que el Real Madrid incumplió los acuerdos alcanzados con el delegado de la UEFA sobre el riego del césped y la consiguiente denuncia del club blaugrana, el Real Madrid optó por buscar cualquier resquicio legal que le sirviera para continuar martilleando al Barça ante el máximo organismo futbolístico europeo.
Y la decisión que tomó el club blanco fue presentarse a esa reunión previa entre delegados con dos notarios que levantaran acta de todos los acuerdos alcanzados, para que el Barça no se los pudiera saltar.
El esperpento llegó a la hora de regar el césped. En esos momentos, una fuerte tormenta caía sobre Barcelona, pero el club blaugrana se vio obligado a encender los aspersores en plena pedregada para evitar la denuncia del Real Madrid. El colmo de la sinrazón a la que el club blanco ha intentado llevar esta eliminatoria.
La actitud de la entidad madridista no hace más que certificar las artimañas utilizadas en la ida para intentar dinamitar el juego dinámico del Barça. Una treta ordenada por Mourinho, que quiso asegurarse que no le devolvieran la pelota de alguna otra manera y un movimiento más en la guerra de nervios abierta por el portugués desde que se inició la serie.
