por Gareth Bale Vie Feb 04, 2011 1:28 pm
Os dejo la historia aqui y señalo en negro lo que creo que ocurre hoy en dia con la aficion:
Ochaíta, nacido en 1965 en Gárgoles de Abajo (Guadalajara), fue pionero en España del movimiento Ultra en los campos de fútbol, que luego se extendería al resto del deporte, y fundó el grupo Ultras Sur, que lleva liderando desde entonces.
Todo comenzó en 1980. El Real Madrid jugaba un partido en casa frente al West Ham inglés, y en la grada, los ultras violentos ingleses destrozaron cuanto pudieron e intimidaron a la mayoría de los presentes. La policía española, no acostumbrada a este tipo de sucesos, poco pudo hacer para contenerlos. Entre los aficionados madridistas, destacó un grupo de jóvenes casi adolescentes que eran miembros de la Peña Las Banderas, que decidieron que aquel tipo de humillación debía acabar, y fundaron los Ultras Sur, un grupo de apoyo algo violento al estilo de los aficionados italianos e ingleses. José Luis Ochaíta se convirtió en el cabecilla desde un principio, y no sólo apoyaban (y defendían a su entender) al Real Madrid, sino que también realizaban desplazamientos a todos los campos de España y de Europa para apoyar al equipo. Pronto el movimiento Ultra cundió entre todas las aficiones de los equipos más importantes, y en 1985 prácticamente todos los equipos tenían una sección ultra que se alojaba en los partidos tras las porterías. No sólo iniciaban los cánticos para apoyar al equipo, sino que también fabricaban grandes banderas, ponían pancartas y realizaban efectos pirotécnicos para crear un ambiente de apoyo al equipo. Esto era algo que realmente ayudaba al equipo, de ahí que fuera tan difícil ganar en campo ajeno en aquellas épocas. Los futbolistas rivales notaban la tensión y en la mayoría de los casos no era para el bien de su equipo.
José Luis Ochaíta no sólo era líder de los Ultras Sur. Como tal, era también el máximo representante del movimiento ultra en España, y su nombre salía siempre que se hablaba del tema. Fue muy polémica su relación con Ramón Mendoza, por aquellos años presidente del Real Madrid, ya que se decía que Ochaíta servía de intermediario entre presidencia y aficionados. Los Ultras conseguían dinero para los viajes, y el presidente conseguía a cambio el apoyo de los socios más jóvenes del club. Esta hegemonía duró toda la década de los 80 y buena parte de la década de los 90.
Pero todo comenzó a derrumbarse a partir de la final de la liga ACB de 1997, cuando saltó a la pista tras la humillante derrota del Real Madrid ante el FC Barcelona, con intención de agredir a los árbitros. Le pusieron una gran multa y estuvo vetado de recintos deportivos durante tres años. Por supuesto que él seguía acudiendo a todos los partidos del Real Madrid cada fin de semana, pero el hecho de tener que hacerlo a escondidas de la Policía pasó su factura.
Al año siguiente, hubo otro hecho clave que menoscabó el apoyo de la directiva al grupo Ultras Sur, debido a que se les culpó de la caída de la portería frente al Borussia de Dortmund en el partido de Champions League en 1998, que le supuso una fuerte multa al club. Los reubicaron en otra gradería, y empezaron a limitar un poco sus actuaciones.
Los años fueron pasando, y comos unos se iban haciendo mayores y otros sentían la presión policial, hicieron que el movimiento Ultra fuera disipándose. Pese al apoyo de su buen amigo y número dos Álvaro Cadenas, ya no eran los mismos como grupo. Además, con la llegada de Florentino Pérez, el club dejó de apoyarlos económicamente, y eso dejó reducido a los Ultras Sur a lo que es ahora, un grupo que va a haber los partidos como una peña más.
Ochaíta colaboró en la campaña de Lorenzo Sanz del 2000, pero no pudo evitar la llegada de Florentino Pérez
Desde entonces José Luis Ochaíta ve el fútbol de otro modo. Ya sabe que no puede participar activamente, y que su influencia es mera cosa del pasado. Ya sólo queda el mito de lo que fue, y la venta de Merchandising en las inmediaciones del estadio y la explotación de Ultras Sur como marca comercial han pasado a ser su forma de ganarse la vida.
Quizá como despedida, o como agradecimiento, Roberto Carlos le entregó su camiseta en 20o5 directamente en mano, haciendo un guiño al pasado del fútbol, ahora perdido. Ya no quedan aficionados como José Luis Ochaíta, dispuestos a morir por defender sus colores, ahora el fútbol es dinero y marketing, y quizá sea mejor así, pero en mi caso, cuando miro una curva sur y sólo veo gente sentada que va al fútbol como el que va a la ópera, siento lástima, y pienso que hay mucho por recuperar, al expulsar a los violentos expulsaron a los que sentían pasión.
Los años no perdonan, y en el momento del homenaje ya Ochaíta ya contaba con 40 años