Llevábamos un año y medio -casualmente, desde el regreso de Florentino Pérez- escuchando de boca del director de Marca que el Real Madrid tiene “la mejor plantilla del mundo”. A esta copla se le sumó otra el pasado mes de mayo: “Mourinho se apaña con lo que tiene. Si ha ganado la Champions con un equipo de retales como el Inter, ¿qué no será capaz de hacer con la mejor plantilla del mundo?”. Porque, en efecto, nuestro amigo Inda se ha hartado de repetir por tierra, mar, aire y videoblog que “al mejor equipo del mundo tiene que entrenarle el mejor entrenador del mundo”. Y estaba tan contento.
A siete puntos del Barça, las cosas se ven muy distintas: “El problema es que a Mourinho no le trajeron todos los jugadores que pidió”, ha explicado Inda en la imprescindible tertulia matinal de los lunes en Radio Marca. “El Madrid tiene una plantilla justita en cantidad y sobre todo en calidad”.
Si esta plantilla es “justita”, ¿cómo podríamos calificar la que gestionó Pellegrini el curso pasado? Sin Özil, Carvalho, Di María o Adebayor, y con Robben y Sneijder cogiendo la puerta a finales de verano pese a los deseos del técnico. En el colmo de la hipocresía, Inda también se acuerda ahora de la ausencia de Higuaín, que “el año pasado marcó cuarenta goles”. Le ha faltado añadir que, según su diario, eran goles facilones, que no valían para nada, marcados todos ante equipos humildes. Como Osasuna.
A siete puntos del Barça, las cosas se ven muy distintas: “El problema es que a Mourinho no le trajeron todos los jugadores que pidió”, ha explicado Inda en la imprescindible tertulia matinal de los lunes en Radio Marca. “El Madrid tiene una plantilla justita en cantidad y sobre todo en calidad”.
Si esta plantilla es “justita”, ¿cómo podríamos calificar la que gestionó Pellegrini el curso pasado? Sin Özil, Carvalho, Di María o Adebayor, y con Robben y Sneijder cogiendo la puerta a finales de verano pese a los deseos del técnico. En el colmo de la hipocresía, Inda también se acuerda ahora de la ausencia de Higuaín, que “el año pasado marcó cuarenta goles”. Le ha faltado añadir que, según su diario, eran goles facilones, que no valían para nada, marcados todos ante equipos humildes. Como Osasuna.