El Madrid, cansado de los errores arbitrales
Considera "inaceptables" las últimas decisiones de Clos y Undiano
Tomás Roncero | 05/01/2011
En los bares, en las oficinas, en las colas del cine o en las tertulias juveniles de los parques es el tema estrella de las últimas horas. "¿Qué le pasa a los árbitros con el Madrid?". Los últimos arbitrajes sufridos por el equipo de Mourinho ante el Sevilla en el Bernabéu (Clos Gómez) y con el Getafe en el Coliseum (Undiano Mallenco) han encendido la voz de alarma en el madridismo y, por primera vez en los últimos años, en la planta noble del Bernabéu.
Mourinho. La primera y casi única voz que salió del club contra el doble rasero existente entre los arbitrajes que disfruta el Barça (léase el penalti hecho al Levante en el Camp Nou no señalado) y los que padece el Madrid la enarboló Mourinho desde el inicio de la temporada. "El Barça juega muchos partidos contra diez, así es más fácil", dijo en septiembre. Tras el discutidísimo arbitraje de Clos en el Madrid-Sevilla, el portugués empuñó una nota de 13 errores arbitrales que le elaboró el propio club. En aquel partido, desconcertó a todos que Clos mostrase nueve tarjetas amarillas a los locales (dos acarrearon la expulsión de Carvalho), que un linier señalase cuatro fueras de juego al Madrid que no eran y, sin embargo, que habilitase a Negredo en una acción ilegal que casi acaba en gol. O el hecho de que Palop no recibiese ninguna amarilla pese a sus continuas pérdidas de tiempo y que Özil sí la viese al irse a la banda tras ser sustituido, o el propio Casillas por el simple hecho de dirigirse a él como capitán. El propio Iker ha afirmado esta semana que "el Madrid es un club señor, pero no puede ser que paguemos siempre nosotros y los demás no".
Indignado. Mourinho volvió a la carga tras el 2-3 de Getafe y habló del penalti a Cristiano no sancionado "y el del domingo, que lo vi muy bien, igual que otro en el campo de Osasuna y otro a Cristiano en el Camp Nou". Los tres están reflejados gráficamente en la página 3.
Florentino Pérez se estrenó como miembro de la Junta Directiva de la Federación Española en su reunión de diciembre, pero su asistencia no solo no ha servido de bálsamo, sino más bien al contrario. Allí estaban Villar y Sánchez Arminio, a los que la afición identifica como baluartes del Villarato.
Florentino está preocupado y ya ha trasladado a sus hombres de confianza que el Madrid no puede "seguir callado como si no pasara nada". La afición está muy molesta y por eso ha llenado de mensajes y cartas llegadas al Bernabéu quejándose por el trato que recibe su equipo. Las muestras de adhesión de los socios hacia Mourinho por dar la cara en este asunto son numerosas. "No se trata de decir en público que los árbitros van a por el Madrid, pero sí vamos a empezar a denunciar arbitrajes que han parecido tendenciosos contra nuestro equipo e, incluso, con mala fe", señala uno de los directivos de confianza del presidente.
En el Palco del Coliseum esa impresión creció con acciones que dejaron en evidencia a Undiano: expulsión perdonada a Parejo por una durísima entrada a Di María (un dirigente blanco bromeó con él en la zona de vestuarios: "Chaval, que ese será tu compañero la próxima temporada..."), fuera de juego inexistente de Özil cuando encaraba a Codina, tarjeta mostrada a Lass por una mano que vino precedida de un control con su brazo de Pedro Ríos, tarjeta a Khedira por una falta inexistente sobre Boateng, roja perdonada a Miku por un puntapié en la rodilla a Casillas sin balón...
El domingo, el andaluz Fernández Borbalán pitará en un Bernabéu irritado el Madrid-Villarreal (19:00h.). El Madrid sólo pide una cosa: "Que no nos machaque, por favor".