Por supuesto que soy ‘raulista’, pero aunque no lo fuera, me quitaría el sombrero ante los números de este jugador. Y no me gusta mucho el asunto de la estadística para el fútbol, pero la de Raúl es tan brutal, que sólo un superclase como él puede lograr, en este fútbol de hoy en día, una trayectoria de este calado.
Madridista, profesional, responsable… Ya lo sabemos. Sobresaliente en todo, hasta el ejemplo que está dando con su suplencia es digno de admiración. Es su recta final.Es ley de vida. Pero eso no quiere decir que los miserables ventajistas que están esperando que sus treinta y tantos le retiren, saquen el hacha de la indignidad para hacer ver que ellos tenían razón.
Cojo –y lo demostró en La Romareda- Raúl es más eficaz que el noventa por ciento en plenitud. Raúl es una actitud, un profesional, un líder, un capitán, un genio y se merece un final sensato, grande y acorde a lo que significa y significará para la enciclopedia del fútbol. Nada que ver, por cierto, como Luis Aragonés–y es en lo único que he discrepado con el técnico de Hortaleza en muchos años- le sacó a ‘gorrazos’ de ese equipo nacional al que tanto dio Raúl González
Le queda un año de contrato. Ya veremos lo que decide Raúl, pero haga lo haga, me preocupa más la legión de ventajistas que su actitud que, entre otras cosas, sigue dando lecciones de comportamiento. En el campo y en el banquillo. Donde le pongan, porque, entre otras cosas, es más madridista y más sensato que la mayoría de los que se ponen la insignia del escudo en la solapa y después se dedican a remar contra corriente.
Un poquito de seriedad, un ‘muchito’ de respeto y aprovechen para disfrutar de un jugador al que los años van agotando, pero del que algún día se hablará al mismo nivel que Di Stéfano. Y no porque ya le haya batido en número de goles, sencillamente porque simbolizará el ejemplo a seguir para todo aquel jugador que quiera triunfar con la blanca.
Por cierto, el número 7 debería dejar de lucirse el día que Raúl decidiera abandonar. Directamente, esa camiseta tendría que ser llevada al Museo para ser admirada como un símbolo eterno del madridismo. Y que me perdonen los Zamora, Gento, Di Stéano, Puskas, Amancio, Pirri, Butragueño, Michel, Hugo… No habría números para ponerse si hubiera que embargar en el museo los que llevaron estos y otros gigantes, pero nunca es tarde. Hasta el 999 –algún día veremos a un Pichichi con los tres nueves en la espalda- hay muchas opciones. El fútbol también es mística, además de millones, goles, títulos y pasión. Un respeto a Raúl, a su trayectoria y a su significado. Por pura honradez. Sólo eso. Muchas gracias.