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    El dinero 1/3

    blackmores
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    El dinero 1/3 Empty El dinero 1/3

    Mensaje por blackmores Jue Sep 13, 2012 10:31 pm

    Pongo un trozo de Atlas Rebelado. Hay partes en negrita con las ideas mas relevantes, para que no leais todo el tocho, pero si quereis podeis hacerlo.

    Disfrutad.





    En pie, inadvertido en el borde del grupo, Rearden escuchó la voz de una mujer de rostro
    fláccido y nervioso, adornada con grandes pendientes de diamantes, en el momento de
    preguntar con aire escueto:
    —Señor d'Anconia, ¿qué cree que va a pasarle al mundo?
    —Exactamente lo que se merece.
    —¡Oh! ¡Qué cruel!
    —¿Es que no cree usted en la influencia de las leyes morales, madame? —preguntó
    Francisco gravemente—. Pues yo sí.

    Rearden oyó cómo Bertram Scudder, un poco apartado del grupo, decía a una muchacha,
    haciéndola proferir una ahogada exclamación de contrariedad:
    —No permita que ese hombre la perturbe. Ya sabe usted que el dinero es el origen de
    todo mal, y d'Anconia es un producto típico del dinero.
    Rearden no creyó que Francisco lo hubiera oído, pero vio cómo aquél se volvía hacia la
    pareja con grave y cortés sonrisa.
    ¿De modo que usted cree que el dinero es el origen de todo mal? —preguntó—. ¿Ha
    reflexionado alguna vez en cuál es el origen del dinero? El dinero es sólo un instrumento
    de cambio, que no podría existir si no se produjeran géneros ni hubiera hombres capaces
    de crearlos. El dinero es la forma material de ese principio, según el cual quienes deseen
    tratar con otros, han de hacerlo por el comercio, entregando valor por valor
    . El dinero no
    es el instrumento de los plañideros, que solicitan productos con lágrimas, ni de los
    saqueadores que los arrebatan por la fuerza. El dinero sólo es posible gracias a quienes
    producen. ¿Es eso lo que usted considera culpable?

    «Cuando se acepta dinero en pago del propio esfuerzo, se hace bajo la condición de que
    luego se podrá cambiar por el producto del esfuerzo ajeno.
    No son los pusilánimes ni los
    merodeadores los que dan valor al dinero. Ni un océano de lágrimas ni todos los cañones
    de la tierra podrán transformar los pedazos de papel que lleva en la cartera en el pan
    necesario para sobrevivir mañana. Esos pedazos de papel, que en realidad deberían ser de
    oro, constituyen una prenda de honor: su demanda de energía a la gente que produce. Su
    cartera es la declaración de esperanza según la cual, en algún lugar del mundo, existen
    hombres incapaces de quebrantar ese principio moral que es la raíz del dinero. ¿Es eso lo
    que considera usted malvado?
    »¿Se ha preocupado alguna vez en investigar en las raíces de la producción? Observe un
    generador eléctrico y atrévase a pensar que ha sido creado por el esfuerzo muscular de
    brutos sin inteligencia. Intente hacer crecer una semilla de trigo sin los conocimientos
    transmitidos por quienes lo descubrieron e iniciaron su explotación. Trate de obtener
    alimento tan sólo con movimientos físicos y comprenderá que la mente humana es la raíz
    de todos los géneros producidos y de toda la riqueza que haya existido jamás sobre la
    tierra.

    »Pero usted asegura que el dinero lo consiguen los fuertes a expensas de los débiles. ¿A
    qué fuerza se refiere? No será la fuerza de las armas o de los músculos. La riqueza es el
    producto de la capacidad del hombre para pensar.
    ¿Consigue el dinero quien inventa un
    motor a expensas de quienes no lo inventaron? ¿Lo consigue el inteligente a expensas del
    tonto? ¿El capacitado a expensas del incompetente? ¿El ambicioso a expensas del
    holgazán? El dinero se hace antes de que pueda ser arrebatado por un ladrón o solicitado
    mediante lágrimas, por el esfuerzo de todo hombre honrado, y en la medida de la
    capacidad de cada cual. El hombre honrado es aquel que comprende que no puede
    consumir más de lo que ha producido.
    »Comerciar por medio de dinero es el código de los hombres de buena voluntad. El
    dinero descansa en el axioma de que cada cual es propietario de su mente y de su
    esfuerzo. El dinero no permite a ningún poder humano prescribir el valor de un esfuerzo,
    excepto por elección voluntaria de quien siente deseos de ofrecer el suyo a cambio. El
    dinero permite obtener por los propios géneros y el propio trabajo, aquello que quienes
    han de adquirirlo consideran apropiado; pero no más. El dinero no permite otros tratos
    que aquellos que se llevan a cabo en beneficio mutuo, dentro del recto juicio de ambas
    partes. El dinero exige el reconocimiento de que el hombre ha de trabajar en beneficio
    propio, y no en su daño; para ganar y no para perder. Equivale a reconocer que el hombre
    no es una bestia de carga, nacida para transportar el fardo de su propia miseria, que hay
    que ofrecer valores y no quejas; que el lazo común entre los hombres no es un
    intercambio de sufrimientos, sino el de mercancías.
    El dinero exige que vendáis; pero no
    debilidad a cambio de estupidez, sino talento a cambio de razón; exige que se compre, no
    lo peor que sea ofrecido, sino lo mejor que se pueda conseguir con el propio dinero. Y
    cuando los nombres viven para el comercio o—, con la razón y no la fuerza como árbitro
    decisivo, el mejor producto es el que gana; el trabajo más perfecto; el hombre de más
    profundo juicio y más alta maestría. Y el grado que alcance la productividad del hombre
    será también el de su recompensa. Tal es el código de la existencia, cuya herramienta y
    símbolo constituye el dinero. ¿Y usted considera eso reprobable?
    »EI dinero es sólo una herramienta. Os llevará a donde deseéis, pero no os podrá
    reemplazar como conductores. Os ofrecerá los medios para satisfacción de vuestros
    deseos, pero no aportará deseos en sí. El dinero es. el azote de quienes intentan revertir la
    ley de la causalidad; de quienes buscan reemplazar la mente por los productos de la
    misma.
    »El dinero no comprará la felicidad para aquel que no tenga un concepto claro de lo que
    desea; el dinero no le proporcionará un código de valores, si ha evadido el conocimiento
    de lo que evaluar, ni le proveerá de un propósito si ha eludido la elección de lo que busca.
    El dinero no conseguirá inteligencia para el tonto, ni admiración para el cobarde, ni
    respeto para el incompetente. Quien intenta comprar el cerebro de su superior para que le
    sirva, reemplazando con dinero su capacidad de juicio, termina por convertirse en víctima
    de sus inferiores. Los hombres inteligentes lo abandonan, pero él sigue engañando y los
    fracasos acuden en masa a él, atraídos por una ley que no ha descubierto: la de que
    ningún hombre puede ser menor que su dinero.
    ¿Es éste el motivo por el que lo considera
    denigrante?
    »Sólo quien no la necesita, está capacitado para heredar riqueza; me refiero al hombre
    que labraría su propia fortuna, no importa con qué. Si un heredero es igual a su dinero,
    éste le sirve; de lo contrario lo destruye. Vosotros exclamáis que el dinero lo ha
    corrompido. ¿Es así? ¿No habrá sido él quien ha corrompido al dinero? No envidiéis a un
    heredero indigno; su riqueza no es vuestra, y no habríais obrado mejor, caso de adquirirla.
    No consideréis que debió haber sido distribuida entre vosotros. El agobiar al mundo con
    cincuenta parásitos en vez de uno, no habría hecho revivir esa muerta virtud de lo que fue
    fortuna. El dinero es un poder viviente que muere al carecer de raíz.
    El dinero no servirá a
    una mente que no esté capacitada para ello. ¿Es éste el motivo por el que lo llamáis
    odioso?
    »El dinero es vuestro medio de supervivencia. El veredicto que pronunciéis acerca de la
    fuente de vuestro sustento, es el mismo que pronunciáis acerca de la vida en sí. Si la
    fuente es corrupta, habréis condenado vuestra existencia. ¿Adquiristeis el dinero con
    fraude? ¿Halagando los vicios o la estupidez humana? ¿Acercándoos a seres estúpidos
    con la esperanza de conseguir más de lo que vuestra habilidad merece? ¿Bajando vuestro
    nivel de vida? ¿Realizando una tarea que despreciáis con destino a compradores hacia los
    que sentís desdén? En tal caso, vuestro dinero no os proporcionará ni un momento digno
    de auténtica alegría. Todo cuanto compréis no se convertirá en tributo, sino en reproche;
    no en triunfo, sino en constante evocador de vergüenza. Entonces gritaréis que el dinero
    es malsano. ¿Malsano porque no está a la altura de vuestro propio respeto? ¿Malsano
    porque no os deja disfrutar vuestra depravación?
    ¿Es ésta la causa de vuestro odio hacia
    el dinero?
    »El dinero siempre seguirá siendo un efecto y rehusará reemplazaros como causa. El
    dinero es producto de la virtud, pero no conferirá virtud ni os redimirá de vuestros vicios.
    El dinero no os dará lo que no hayáis merecido, ni material ni espiritualmente. ¿Es ésa la
    raíz de vuestro odio hacia él?
    »¿Acaso habéis dicho que el amor al dinero es el origen de todo mal? Amar una cosa
    significa conocer y amar la naturaleza de que está formada. Amar el dinero es conocer y
    amar el hecho de que tal dinero representa la creación del mejor de vuestros poderes
    internos y es vuestro pasaporte para comerciar vuestro esfuerzo con el de los mejores de
    vuestros semejantes. La persona que vendería su alma por unos centavos suele ser la que
    proclama en voz alta su odio hacia el dinero; y hay que reconocer que tiene motivos para
    odiarlo. Los amantes del dinero se sienten deseosos de trabajar por él. Saben que están en
    condiciones de merecerlo.

    Permitidme una indicación acerca de una clave que conduce al estudio del carácter
    humano: Quien maldice el dinero, es porque lo adquirió de manera deshonrosa. Quien lo
    respeta, se lo ha ganado por medios loables.

    »Huid de quien os diga que el dinero encarna al mal. Dicha frase es la campanilla que
    anuncia la proximidad de un saqueador, igual que en otros tiempos anunciaba la de un
    leproso. Mientras los hombres vivan en comunidad sobre la tierra y necesiten medios
    para tratar unos con otros, el único substituto, caso de abandonar el dinero, sería el cañón
    de un arma. Pero el dinero exige de vosotros las más altas virtudes, si es que deseáis
    conseguirlo o conservarlo. Quienes carecen de valor, de orgullo o de estimación propia,
    los que no poseen el sentido moral acerca de su derecho al dinero y no desean defenderlo
    como si defendieran su propia vida, aquellos que parecen pedir perdón por ser ricos, no lo
    serán mucho tiempo. Constituyen un cebo natural para las bandadas de merodeadores que
    desde hace siglos se agazapan bajo rocas, saliendo al exterior en cuanto huelen a un
    hombre que ruega ser perdonado por el pecado de poseer riqueza. Se apresurarán a
    aliviarle de su culpa, y de su vida también, que es lo que merece.
    ^Entonces presenciaréis la elevación de los hombres que militan bajo dos banderas; de
    quienes viven basándose en la fuerza y, sin embargo, cuentan con quienes viven del
    comercio para crear el valor de su dinero robado; hombres que se mueven a saltos por el
    camino de la virtud. En una sociedad moral, ellos son los criminales, y tenéis que
    protegeros contra sus actividades. Pero cuando una sociedad establece la existencia de
    criminales por derecho y de saqueadores legales, es decir, de hombres que utilizan la
    fuerza para apoderarse de la riqueza de víctimas desarmadas, el dinero se convierte en
    vengador de quien lo creó. Tales maleantes creen seguro robar a seres indefensos en
    cuanto han aprobado una ley que los desarme. Pero su botín se convierte en imán para
    otros como ellos, que se lo arrebatarán a su vez, y así continúa la carrera, venciendo, no el
    más diestro en la producción, sino quienes emplean mayor brutalidad y rudeza. Cuando la
    fuerza se convierte en estandarte, el criminal vence sobre el ratero, pero entonces la
    sociedad desaparece entre un cúmulo de ruinas y de crímenes.

    »¿Queréis saber si este día va a llegar? Observad el dinero. El dinero es el barómetro de
    las virtudes de una sociedad. Cuando notéis que el comercio se efectúa, no por
    consentimiento de sus partes, sino por obligación; cuando veáis que, con el fin.de
    producir, necesitáis permiso de quienes no producen nada; cuando observéis que el dinero
    afluye hacia quienes trafican no en géneros, sino en favores; cuando os deis cuenta de que
    muchos se hacen ricos por el soborno, por la presión, más que por el trabajo, y que las
    leyes no os protegen contra ellos, sino que, al contrario, son ellos los protegidos contra
    vosotros; cuando observéis cómo la corrupción es recompensada y la honradez se
    convierte en sacrificio, podéis asegurar, sin temor a equivocaros, que vuestra sociedad
    está condenada. El dinero es un medio tan noble que no compite con las armas, ni pacta
    con la brutalidad. Nunca permitirá a un país sobrevivir como propiedad a medias o como
    botín compartido.
    »Siempre que aparezcan elementos destructores entre los hombres, empezarán por
    destruir el dinero, porque éste es la protección del hombre y la base de una existencia
    moral. Tales elementos se apoderarán del oro, entregando a cambio un montón de papel
    falsificado. Con ello matarán todos los fines objetivos y situarán al hombre en las garras
    de un arbitrario promulgador de valores. El oro es un valor objetivo, un equivalente a
    riqueza producida. El papel es una hipoteca sobre riqueza que no existe, reforzada por un
    arma apuntada contra aquellos de quienes se espera que la produzcan. El papel es un
    cheque cursado por saqueadores legales sobre una cuenta ajena: la virtud de las víctimas.
    Vigilad la llegada del día en que dicha cuenta se agote.

    »Cuando se ha convertido al mal en medio de supervivencia, no confiéis en que los
    hombres sigan siendo buenos. No esperéis que conserven la moralidad y pierdan la vida
    convertidos en pasto de lo inmoral. No esperéis que produzcan, cuando la producción se
    ve castigada y el robo recompensado. No preguntéis entonces "¿Quién está destruyendo
    al mundo?" porque seréis vosotros mismos.
    »Os encontráis entre los mayores logros de la mayor civilización productiva y os
    preguntáis por qué ésta se derrumba a vuestro alrededor mientras maldecís lo que le da
    vida: el dinero. Contempláis al dinero como los salvajes antes que vosotros, y os
    preguntáis por qué la selva vuelve a acercarse a los límites de vuestras ciudades. En toda
    la historia humana, el dinero fue siempre botín de aprovechados, de un tipo o de otro. Sus
    nombres cambiaron, pero sus métodos fueron siempre los mismos: aprovecharse de la
    riqueza por la fuerza y mantener cautivos a los productores, rebajándolos, difamándolos y
    despojándolos de su honor. Esa frase acerca de los males del dinero, que usted ha
    expresado con semejante precipitación, no exenta de un deseo de rectitud, procede de un
    tiempo en que la riqueza era producida por la labor de los esclavos; esclavos que repetían
    movimientos descubiertos con anterioridad por la mente de alguien y que prosiguieron
    ejecutándose sin mejoría alguna durante siglos. Mientras la producción fue gobernada por
    la fuerza y la riqueza se consiguió con la conquista, hubo poco que aprender. Sin
    embargo, a través de siglos de miseria y de hambre, los hombres exaltaron a los
    saqueadores como aristócratas de la espada, como aristócratas de cuna, y más tarde como
    aristócratas de despacho, despreciando a los productores, primero como esclavos, y luego
    como comerciantes, tenderos e industriales.
    »Para gloria de la humanidad, existió por única vez en la historia, un país del dinero y no
    me es posible pagar más alto y reverente tributo a América por lo que ello significa: un
    país donde reinan la razón, la justicia, la libertad, la producción y el progreso. Por vez
    primera, la mente y el dinero de los hombres quedaron libres y dejó de existir la fortuna
    como botín de conquista. Por el contrario, floreció allí como producto del trabajo, y en
    vez de guerreros y de esclavos, progresó el verdadero forjador de fortunas; el gran
    trabajador convertido en el más alto tipo de ser humano: el forjador de sí mismo, el
    industrial americano.
    »Si me pedís que dé nombre a la distinción de que los americanos pueden estar más
    orgullosos, escogería, porque contiene a todas las demás, la de haber sido el pueblo que
    creó la frase: "hacer dinero". Jamás en ninguna otra lengua o nación había existido
    semejante palabra; los hombres pensaron siempre en la riqueza como en una cantidad
    estática que podía ser objeto de robo, conseguirse mediante ruegos o súplicas, heredarse,
    compartirse u obtenerse como favor. Los americanos fueron los primeros en comprender
    que la riqueza debía ser creada. La frase "hacer dinero" contiene la esencia de la
    moralidad humana.

    »Sin embargo, tales fueron las palabras por las que los americanos se vieron denunciados
    por las podridas culturas de los continentes de ladrones. Ahora, el credo de los mismos
    los lleva a considerar vuestros más dignos logros como motivo de vergüenza; vuestra
    prosperidad como un afán culpable; vuestros más eminentes personajes industriales como
    unos granujas, vuestras magníficas fábricas como producto de la labor muscular, trabajo
    de esclavos movidos por el látigo, como los que construyeron las pirámides de Egipto. El
    malvado que se lamenta de no ver diferencia entre el poder del dólar y el poder del látigo,
    debería aprender dicha diferencia en su propia piel… como creo que ocurrirá a la larga.

    »Hasta descubrir que el dinero es la base de todo bien, se camina hacia la propia
    destrucción. Cuando el dinero deje de ser la herramienta con la que los hombres trafiquen
    uno con otro, éstos se convertirán en herramientas de otros hombres. Sangre, látigos,
    cañones o dólares. Elegid… No existe otra opción y el tiempo se va acabando.»
    Mientras hablaba, Francisco no había mirado a Rearden ni una sola vez, pero en cuanto
    terminó, sus ojos se posaron en aquél. Rearden estaba inmóvil, sin ver más que a
    Francisco d'Anconia, entre las movibles figuras y las voces airadas que se elevaban entre
    ambos.
    Algunos de los que habían escuchado, se apresuraban a partir de allí, y muchos
    exclamaban: «¡Qué cosa tan horrible!» «¡Nada de eso es cierto!» «¡Cuánta jactancia y
    cuánta obstinación!» Lo decían en voz alta, unos a otros, cual deseosos de que sus
    vecinos los oyeran, pero confiando en que tales palabras pasaran inadvertidas para
    Francisco.
    —Señor d'Anconia —declaró la mujer de los pendientes—, no estoy de acuerdo con
    usted.
    —Si puede refutar una sola de las frases que he pronunciado, madame, la escucharé con
    mucho gusto.
    —¡Oh! No puedo contestarle. Carezco de respuesta. Mi mente no trabaja en esa
    dirección, pero siento que no está usted en lo cierto.
    —¿Cómo lo sabe?
    —Lo siento porque no me rijo por mi cabeza, sino por mi corazón. Puede ser usted muy
    expresivo con su lógica, pero carece de alma.
    —Madame, cuando veamos a seres humanos morir de hambre a nuestro alrededor, el
    corazón no servirá de nada. Y carezco de él lo suficiente como para decirle que cuando
    grite: «¡No podía imaginarlo!», nadie la perdonará por ello.


    PD: Dedicado al comunista... wink
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    El dinero 1/3 Empty Re: El dinero 1/3

    Mensaje por Anima Blaugrana Jue Sep 13, 2012 11:32 pm

    Parece una oda al dinero. Da la impresion que es el mejor invento del hombre. No estoy de acuerdo si es eso.
    Si no lo es, es que no lo he entendido.
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    El dinero 1/3 Empty Re: El dinero 1/3

    Mensaje por cesarin Vie Sep 14, 2012 1:19 am

    El dinero es una causa. Pero hay fuerzas que mueven a la mente humana como una borregada, y es ahi donde se encuentra la causa del dinero, en la mente. Pero ese tipo de informacion es la aue mas ha sido reprimida (fuertisimamente reprimida, tanto asi que muchos pensarán aue eso es solo bullshit... Estan siendo victimas del sistema)
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    El dinero 1/3 Empty Re: El dinero 1/3

    Mensaje por kiki_an Vie Sep 14, 2012 1:39 am

    cesarin escribió:El dinero es una causa. Pero hay fuerzas que mueven a la mente humana como una borregada, y es ahi donde se encuentra la causa del dinero, en la mente. Pero ese tipo de informacion es la aue mas ha sido reprimida (fuertisimamente reprimida, tanto asi que muchos pensarán aue eso es solo bullshit... Estan siendo victimas del sistema)
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    Mensaje por Nesta Vie Sep 14, 2012 2:13 am

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    Mensaje por cesarin Vie Sep 14, 2012 12:10 pm

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