locosdefutbol escribió:Si, estoy hablando de la actualidad. Informate un poquito sobre los presupuestos de los dos equipos en los ultimos 15 años, aaahh y que si me vas a venir con la gilipollez de Laporta que voto a Villar, un tio que ganaba por mayoria absoluta.......... baaah paso.
Al tema. ¿Los títulos que gana el barça cuestan mas?
La voluntad política de que Angel María Villar abandone el cargo de presidente de la Federación Española de Fútbol es firme; pero los deseos pueden truncarse con la cruda realidad.Villar dispone de mucho apoyo, se siente fuerte e incluso, entre sus íntimos, se vanagloria de que vencerá en las elecciones a cualquier opositor.
El gran granero de votos de Villar está en las federaciones territoriales, a las que ha mimado en los últimos tiempos, incrementando sus subvenciones. Tiene controladas a casi todas y la más beligerante, la catalana, fue maniatada, el pasado miércoles, gracias a la intervención de una extraña pareja de conveniencia, formada por Joan Laporta y Joan Gaspart, que dinamitaron una asamblea en la que estaba prevista la reprobación pública del todavía presidente de la Federación.
La estrategia de Gerardo González, principal rival de Villar en las próximas elecciones, pasaba porque los clubes catalanes iniciaran una rebelión, que ejercería de efecto dominó en las demás. Sus planes y los de su hombre de confianza en Cataluña, Ricardo Campoy, se vinieron abajo de la forma más inesperada.Ambos contaban con el beneplácito de 171 clubes para hacer una especie de moción de censura. Llegado el momento de la votación, sólo 158 les dieron apoyo para satisfacción del atribulado Jaume Roura, presidente de la Federación Catalana de Fútbol.
Intervención
El cambio de intención de voto lo propició Laporta, que intervino en el último momento, argumentando que los clubes catalanes no podían posicionarse contra Villar, porque eso significaría el apoyo implícito a Gerardo González. El pico de oro del presidente del Barça -llegó con el tiempo justo a la asamblea y se fue después de la votación- bastó para darle la vuelta a la tortilla. Previamente, ya había realizado la labor de zapa Gaspart, quien defendió a ultranza la gestión de Villar en la reunión, a la que asistió como presidente del club Sant Andreu.
La actuación de Gaspart no sorprendió a nadie, puesto que el ex presidente del Barça busca desesperadamente un cargo en la futura junta de la Federación Española de Fútbol -le gustaría ser una especie de embajador internacional-, siempre que Villar continúe. En estos momentos, el hotelero ya tiene uno de forma poco ortodoxa: representa al club azulgrana, a pesar de que Laporta también figura en la junta.
El determinante papel de Laporta en la jornada de la abortada rebelión sí que resulta sospechoso y debe interpretarse en dos claves: la política y la deportiva.
Al presidente del Barça y a su amigo Rafael Niubò, secretario de Deportes de la Generalitat, no les interesa un hombre como González al frente de la Federación Española. Ambos ven a Villar mucho más manejable y menos conflictivo en el tema de las selecciones catalanas que al aspirante. Asimismo, un cambio de presidente podría estropear sus planes sobre el relevo de Roura en la Catalana por otra persona más afín a sus ideas.
De haber prosperado la propuesta de Campoy -presentó su dimisión tras la derrota- y en el supuesto de que González se hiciera con el poder, el candidato a presider la Federación Catalana sería Germán de la Cruz, consejero del Espanyol -se abstuvo en la votación- y próximo a los socialistas, sin llegar al grado de militancia del aguerrido Miguel García, presidente de L'Hospitalet, enemigo de Villar después de la trifulca que mantuvo con él por aquel partido de Copa del Rey frente al Deportivo y la consiguiente polémica sobre la superficie del campo en la que debía disputarse.
Deportivamente, Joan Laporta también quiere sacar tajada de su ayuda a Villar. No debe olvidarse que todavía está pendiente el cierre del Camp Nou, una sanción que el presidente azulgrana prometió cumplir y a la que está dando largas con la excusa de que todo está paralizado en la jurisdicción ordinaria, donde metió al club Gaspart, tras dar una imagen patética en aquel partido contra el Madrid. Y es que Laporta ya ha aprendido cómo moverse en los despachos del poder. Por algo es abogado.
No hay nada como sacar los documentos a la luz para dejar en evidencia a los indocumentados.