Uno de los grandes males del Real Madrid, aparte de gestión deportiva desastrosa, viene dado por una parte del madridismo. Se ha vuelo conformista y con muy poco gusto por el buen fútbol.
El hecho de que en el Bernabéu se aplauda a un tío que se recorra 40 metros para que un balón no salga de banda, no debería ser algo negativo, pero sí lo es, en mi opinión, que se quede ahí. Cuando realmente el aplauso debería venir por gestos técnicos útiles, jugadas de combinación, buena presión y esquema defensivo, etc. En definitiva, gusto por el buen juego, por lo técnico, por la calidad.
En cierta medida la pérdida de identidad deportiva en el Real Madrid, viene también motiva por esto último. Sí, somos el Madrid, sí, 9 Copas de Europa, sí, muchas ligas, historia...pero ¿y el presente? Estamos sumidos en una crisis donde tenemos muy claro el pasado pero poco el presente y mucho menos el futuro. Cuando la clave ya la tenía Bernabéu, CALIDAD. El Madrid ha sido grande, no sólo porque le ponía mucha garra, el miedo escénico, sino porque ha contado con equipos con muchísima calidad en varias de sus líneas; y es cierto que el espíritu ganador es indispensable, pero debe ir acompañado de mimbres.
El problema es que hoy día ya no es suficiente disponer de dos o tres grandes futbolistas. El fútbol ha cambiado, la preparación física y táctica ha igualado la balanza; siendo así una palabra vuelve a la palestra. CALIDAD. Pero no calidad de taquitos, calidad colectiva, calidad en la preparación físico, calidad en la táctica, en los entrenamientos, en los saques de esquina, en las anticipaciones, en las coberturas, en los cambios de orientación, en las jugadas de falta, en los tiros desde la frontal, etc, etc, etc.
Ahí está la identidad que no tenemos. Lo cual es aplicable al baloncesto por cierto. LA CALIDAD.
El hecho de que en el Bernabéu se aplauda a un tío que se recorra 40 metros para que un balón no salga de banda, no debería ser algo negativo, pero sí lo es, en mi opinión, que se quede ahí. Cuando realmente el aplauso debería venir por gestos técnicos útiles, jugadas de combinación, buena presión y esquema defensivo, etc. En definitiva, gusto por el buen juego, por lo técnico, por la calidad.
En cierta medida la pérdida de identidad deportiva en el Real Madrid, viene también motiva por esto último. Sí, somos el Madrid, sí, 9 Copas de Europa, sí, muchas ligas, historia...pero ¿y el presente? Estamos sumidos en una crisis donde tenemos muy claro el pasado pero poco el presente y mucho menos el futuro. Cuando la clave ya la tenía Bernabéu, CALIDAD. El Madrid ha sido grande, no sólo porque le ponía mucha garra, el miedo escénico, sino porque ha contado con equipos con muchísima calidad en varias de sus líneas; y es cierto que el espíritu ganador es indispensable, pero debe ir acompañado de mimbres.
El problema es que hoy día ya no es suficiente disponer de dos o tres grandes futbolistas. El fútbol ha cambiado, la preparación física y táctica ha igualado la balanza; siendo así una palabra vuelve a la palestra. CALIDAD. Pero no calidad de taquitos, calidad colectiva, calidad en la preparación físico, calidad en la táctica, en los entrenamientos, en los saques de esquina, en las anticipaciones, en las coberturas, en los cambios de orientación, en las jugadas de falta, en los tiros desde la frontal, etc, etc, etc.
Ahí está la identidad que no tenemos. Lo cual es aplicable al baloncesto por cierto. LA CALIDAD.